Enrique Coperias Jimenez Enrique Coperias Jimenez

¿Comer por necesidad o por placer? Hay un circuito cerebral que lo controla

Muchas veces comemos, no porque tengamos hambre, sino por presiones sociales o porque la comida es tan apetitosa, que, aunque estemos llenos, solo queremos otro bocado. Un estudio detecta circuitos neuronales que promueven la alimentación por hambre y suprimen la alimentación por placer.

Leer más
Enrique Coperias Jimenez Enrique Coperias Jimenez

Los primeros mamíferos vivían más años

Mientras que la mayoría de los mamíferos modernos viven deprisa y mueren jóvenes, sus antiguos parientes preferían tomarse la vida con calma, según un nuevo estudio.

Leer más
Enrique Coperias Jimenez Enrique Coperias Jimenez

El oro blando permite conectar los nervios con ingenios electrónicos

El oro no se presta fácilmente a ser convertido en hilos largos y delgados. Pero investigadores de Suecia han logrado crear nanocables de oro y desarrollar electrodos blandos que se pueden conectar al sistema nervioso. Así, han logrado estimular un nervio de rata y captar sus señales.

Leer más
Enrique Coperias Jimenez Enrique Coperias Jimenez

Un nuevo biomaterial regenera el cartílago dañado de las articulaciones

Científicos desarrollan un material bioactivo capaz de regenerar con éxito cartílago de alta calidad en articulaciones dañadas. Podrá usarse para tratar enfermedades degenerativas, como la osteoartritis, y reparar lesiones como los desgarros del ligamento cruzado anterior.

Leer más
Enrique Coperias Jimenez Enrique Coperias Jimenez

¿Cómo detectar grandes agujeros negros? Con ayuda de los pequeños

Un equipo internacional de astrofísicos propone un novedoso método para detectar las parejas de agujeros negros gigantes que se encuentran en el centro de las galaxias analizando las ondas gravitacionales generadas por los agujeros negros estelares binarios más pequeños que se hallan en sus proximidades.

Leer más
Enrique Coperias Jimenez Enrique Coperias Jimenez

Resuelto el misterio de la ”momia gritona”

Un estudio demuestra que el famoso gesto en el rostro de una momia egipcia enterrada hace 3.500 años se debía a un dolor extremo y no a una momificación chapucera, como algunos arqueólogos suponían.

Leer más