Resuelto el misterio de la ”momia gritona”
Un estudio demuestra que el famoso gesto en el rostro de una momia egipcia enterrada hace 3.500 años se debía a un dolor extremo y no a una momificación deficiente, como algunos arqueólogos suponían.
Por Michiel Dijkstra
Investigadores egipcios utilizaron las técnicas más avanzadas para diseccionar virtualmente una momia femenina del Imperio Nuevo, bautizada como la Mujer Gritona, por su extraordinaria expresión. Demostraron que había sido embalsamada con incienso y enebro importados. No había ninguna causa evidente de la muerte, pero la boca abierta de la momia podía deberse a un espasmo cadavérico, que suele asociarse a la muerte con mucho dolor y bajo fuertes emociones.
En 1935, el Museo Metropolitano de Nueva York organizó una expedición arqueológica a Egipto. En Deir Elbahari, cerca de Luxor, el sitio de la antigua Tebas, excavaron la tumba de Senenmut, el arquitecto y supervisor de las obras reales —y supuestamente amante— de la famosa reina Hatschepsut (1479 a. C -1458 a. C.). Debajo de la tumba de Senenmut encontraron una cámara funeraria separada para su madre Hat-Nufer y otros parientes no identificados.
Aquí, hicieron un descubrimiento asombroso: un ataúd de madera que contenía la momia de una anciana, con una peluca negra y dos anillos de escarabajo en plata y oro. Pero lo que llamó la atención de los arqueólogos fue la expresión de la momia: tenía la boca abierta, como si estuviera encerrada en un grito eterno. La apodaron la Mujer Gritona.
Ahora, aproximadamente 3.500 años después de su entierro, investigadores de Egipto han utilizado las técnicas científicas más avanzadas para examinar a la Mujer Gritona y aprender sobre su vida y muerte. Los resultados aparecen publicados en la revista Frontiers in Medicine.
Fue embalsamada con sus órganos internos
"Aquí demostramos que fue embalsamada con un costoso material importado. Esto, unido al aspecto bien conservado de la momia, contradice la creencia tradicional de que la no extracción de sus órganos internos implicaba una mala momificación", dice la doctora Sahar Saleem, profesora de Radiología del Hospital Kasr Al Ainy de la Universidad de El Cairo (Egipto).
Hasta 1998, la Mujer Gritona había permanecido en la Facultad de Medicina Kasr Al Ainy de El Cairo, donde en las décadas de 1920 y 1930 los investigadores estudiaron numierosas momias reales, entre ellas la de Tutankamón. Posteriormente, fue trasladada al Museo Egipcio de El Cairo a petición del Ministerio de Antigüedades. Desde 1935, el ataúd y los anillos de la momia se exponen en el Museo Metropolitano de Nueva York.
En el nuevo estudio, Saleem utilizó tomografías computarizadas para disecar virtualmente la momia y estimar su edad, identificar posibles patologías y valorar su estado de conservación.
Saleem y su la coautora de la investigación, la doctora Samia El-Merghani, del Ministerio de Antigüedades (Egipto), también utilizaron técnicas avanzadas como la microscopía electrónica de barrido (SEM), la espectroscopia de infrarrojos por transformada de Fourier (FTIR) y el análisis de difracción de rayos X (XRD) para identificar los materiales.
Las investigadoras comprobaron que la momia seguía en buen estado. La investigación llevada a cabo 89 años después del descubrimiento de la mujer momificada la muestra desenvuelta, tumbada en decúbito supino con las piernas extendidas y las manos cruzadas sobre la ingle. Le faltaban varios dientes, probablemente perdidos antes de morir, ya que había indicios de reabsorción ósea. Esta ocurre cuando un diente se sale y la cavidad se deja cicatrizar. Otros dientes estaban rotos o mostraban signos de desgaste.
Medía 1,54 metros del altura, tenía 48 años en el momento de su muerte y sufrío de artritis leve
"Los dientes perdidos en vida podrían haber sido extraídos. La odontología nació en el antiguo Egipto, y Hesy-Ra [de Tercera Dinastía del Antiguo Egipto] fue el primer médico y dentista del mundo", explica Saleem.
A partir de imágenes por tomografía computarizada en 2D y 3D, Saleem estimó que la Mujer Gritona tuvo en en vida una altura de 1,54 metros en vida. A partir de la morfología de la articulación entre los dos huesos pélvicos, que se suaviza con la edad, las imágenes de tomografía computarizada estimaron que tenía aproximadamente 48 años en el momento de su muerte. Había sufrido de artritis leve de la columna vertebral, como lo demuestra la presencia de osteofitos o espolones óseos en las vértebras.
Saleem no encontró ninguna incisión de embalsamamiento, lo que era consistente con el descubrimiento de que el cerebro, el diafragma, el corazón, los pulmones, el hígado, el bazo, los riñones y el intestino todavía estaban presentes en el interior de la momia. Esto fue una sorpresa, ya que el método clásico de momificación en el Imperio Nuevo de Egipto (1550 a. C.-1069 a. C.) incluía la extirpación de todos esos órganos, excepto el corazón.
El análisis FTIR de su piel demostró que la Mujer Gritona había sido embalsamada con enebro e incienso, materiales costosos que tuvieron que importarse a Egipto desde el Mediterráneo Oriental y África Oriental o del sur de Arabia, respectivamente.
Asimismo, su cabello natural había sido teñido con henna y enebro. La larga peluca, hecha de fibras de palmera datilera, se había tratado además con cuarzo, magnetita y cristales de albita, probablemente para endurecer los mechones y darles el color negro preferido por los antiguos egipcios, porque representaba la juventud.
"Estos hallazgos apoyan el antiguo comercio de materiales para embalsamar en el antiguo Egipto. La expedición dirigida por la reina Hatshepsut trajo incienso de Punt (posiblemente Somalia, en África). La tumba de Tutankamón también contenía incienso y enebro", explica Saleem.
No había ninguna causa evidente de la muerte.
La expresión facial de grito de la momia en este estudio podría interpretarse como un espasmo cadavérico
Pero, ¿cuál fue la causa de la inolvidable expresión de la momia? La rareza del material de embalsamamiento parecía descartar que el proceso de momificación hubiera sido descuidado y que los embalsamadores simplemente se hubieran olvidado cerrarle la boca.
"La expresión facial de grito de la momia en este estudio podría interpretarse como un espasmo cadavérico, lo que implica que la mujer murió gritando de agonía o de dolor", baraja Saleem.
El espasmo cadavérico es una forma rara de rigidez muscular, asociada normalmente a muertes violentas en condiciones físicas extremas y emociones intensas.
"La mujer que grita es una auténtica cápsula del tiempo por la forma en que murió y fue momificada", concluye Saleem. ▪️
Información facilitada por Frontiers -Adaptación: Enrique Coperías / RexMolón Producciones
Fuente: Sahar N. Saleem and Samia El-Merghani. Paleoradiological and scientific investigations of the screaming woman mummy from the area beneath Senmut’s (1479–1458 BC) Theban tomb (TT71). Frontiers in Medicine (2024). DOI: https://doi.org/10.3389/fmed.2024.1406225