Cambios en el nivel del mar dieron forma a los primeros animales de la Tierra

Un estudio sugiere que los desplazamientos de las placas continentales que provocaron cambios a largo plazo en el nivel del mar sentaron las bases para la evolución de los primeros representantes del reino animal en la Tierra.

Por la Universidad de Edimburgo

Paleontólogos examinan la evidencia de fósiles de animales, que tienen unos 550 millones de años de antigüedad, en un trabajo de campo en Namibia. Foto: Rachel Wood

Un equipo de la Universidad de Edimburgo, en Escocia, ha estudiado con detalle una recopilación de rocas y fósiles del llamado intervalo Ediacárico-Cámbrico, una franja de tiempo de hace entre 580 y 510 millones de años. Este periodo fue testigo de una explosión de biodiversidad que ha quedado recogida en los registros fósiles y cuyas causas han desconcertado a los científicos desde Charles Darwin.

Los primeros animales de esta época vivían en el mar, en un momento de la Tierra en que los niveles de oxígeno en el aire y el océano eran muy inferiores a los actuales.

Mientras que las primeras formas de vida anteriores a esta época eran en su mayoría organismos unicelulares y pluricelulares simples, las criaturas del periodo Ediacárico empezaron a hacerse más complejas, con múltiples células organizadas en planes corporales que les permitían alimentarse, reproducirse y desplazarse por el fondo oceánico.

Esta época también marcó la aparición de los llamados animales bilaterales, que presentan un esquema corporal simétrico, común a la mayoría de las especies actuales, incluidos los seres humanos. Este tipo de simetría, por la cual el organismo es simétrico respecto a un plano (plano sagital) que divide el cuerpo en dos mitades especularmente idénticas, es el más extendido en el reino animal.

Cronología de la biodiversidad

Mediante la recopilación de datos de distintas fuentes —incluidas la datación radiactiva y la información geoquímica sobre las capas de roca en las que se hallaron los fósiles—, el equipo trazó un mapa de todos los principales hallazgos fósiles y diversos conjuntos de datos medioambientales en una única línea cronológica.

La nueva cronología permitió al equipo estudiar las tendencias de la biodiversidad durante el periodo en cuestión con más detalle que antes.

Combinaron estos datos con otros de carácter químico procedentes del registro geológico, lo que confirmó la existencia de un vínculo entre los grandes cambios en el nivel global del mar, los intervalos en los que los ambientes marinos poco profundos ganaron más oxígeno y la aparición y diversificación de los primeros grupos de animales.

Un estallido de vida repartido en tres fases

Esta dinámica preparó el terreno para varios estallidos significativos de diversidad biológica que se repartió en tres fases, durante un periodo total de 33 millones de años, bautizadas como explosión de Avalon, el Mar Blanco y el Nama. Cada una de ellas marcó la llegada de nuevos grupos animales y el declive de otros.

Al reconstruir las condiciones ambientales en la época más remota, el estudio aporta nuevos datos sobre las antiguas fuerzas y presiones que dieron forma a la vida más primitiva de nuestro planeta.

El equipo también identificó lagunas en el registro fósil, lo que sugiere que el conocimiento actual sobre los primeros animales está sesgado por los grupos de yacimientos de todo el mundo en los que se han encontrado y estudiado fósiles.

“Construir una escala temporal de la evolución animal primitiva a partir del registro rocoso es una tarea de enormes proporciones, solo posible gracias a la investigación internacional e interdisciplinaria —explica Fred Bowyer, de la Facultad de Geociencias, en la Universidad de Edimburgo, y uno de los autores del estudio, que ha sido publicado en Science Advances. Yañade—: Pero un enfoque global integrado es crucial. Pone al descubierto los sesgos de nuestros registros, al tiempo que revela pautas en la aparición de fósiles, los ciclos del nivel del mar y el oxígeno ambiental”.

En palabras de Mariana Yilales Agelvis, coautora del estudio y colega de Bowyer en la Facultad de Geociencias, “saber qué impulsa la biodiversidad es una pieza fundamental en el rompecabezas de la vida”. Y concluye—: Me siento muy privilegiada por haber aprovechado décadas de investigación global interdisciplinar y haber contribuido a comprender mejor el papel que desempeña el nivel del mar en la evolución del reino animal primitivo”. ▪️

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