17 factores de riesgo que puedes modificar para evitar ictus, demencia y depresión en el futuro

Las enfermedades cerebrales del envejecimiento, como el ictus, la demencia y la depresión tardía, comparten más de lo que imaginas. Un nuevo estudio identifica diecisiete factores de riesgo modificables que podrían ayudarte a prevenir estas tres dolencias de forma simultánea.

Por Enrique Coperías

Al menos el 60% de los ictus, el 40% de las demencias y el 35% de las depresiones en edades avanzadas se atribuyen a factores de riesgo que podemos modificar de manera indivializada.

Al menos el 60% de los ictus, el 40% de las demencias y el 35% de las depresiones en edades avanzadas se atribuyen a factores de riesgo que podemos modificar de manera indivializada. Foto: Marc Najera

Las enfermedades cerebrales relacionadas con la edad, como el ictus, la demencia y la depresión tardía, representan una parte debilitante del proceso de envejecimiento.

Sin embargo, las personas pueden reducir el riesgo de desarrollar estas tres dolencias mediante cambios en el estilo de vida y el comportamiento. Al menos el 60% de los ictus, el 40% de las demencias y el 35% de las depresiones en edades avanzadas se atribuyen a factores de riesgo modificables, que a menudo se solapan por una fisiopatología compartida. Es decir, hay mecanismos en el cuerpo —como inflamación, daño vascular o cambios en el cerebro— que contribuyen al desarrollo de las tres condiciones al mismo tiempo.

En una nueva y exhaustiva revisión sistemática, investigadores del Mass General Brigham han identificado diecisiete factores de riesgo modificables comunes al ictus, la demencia y la depresión en edad avanzada. Modificar cualquiera de ellos puede disminuir el riesgo de padecer las tres afecciones.

Diecisiete factores de riesgo modificables y compartidos

Los resultados, que respaldan herramientas innovadoras como el Brain Care Score, una herramienta que mide y guía los hábitos relacionados con la salud cerebral, basada en factores de riesgo modificables, han sido publicados en el Journal of Neurology, Neurosurgery, and Psychiatry.

«Nuestro estudio identificó diecisiete factores de riesgo modificables compartidos entre el ictus, la demencia y la depresión tardía, lo que pone de relieve que hay muchas medidas diferentes que las personas pueden tomar para prevenir enfermedades cerebrales relacionadas con la edad», señaló Sanjula Singh, MD, PhD, MSc (Oxon), autor principal e investigador líder en los Brain Care Labs del Massachusetts General Hospital (MGH), parte del sistema de salud Mass General Brigham.

El equipo analizó meticulosamente la literatura científica, y recopiló 182 metaanálisis publicados sobre los factores de riesgo vinculados al ictus, la demencia y la depresión tardía. A partir de ahí, integraron los datos para identificar factores de riesgo que pueden modificarse mediante cambios de conducta, y que están presentes en al menos dos de las tres enfermedades.

De la presión arterial a la depresión

Además, calcularon su impacto relativo en la calidad de vida y la mortalidad prematura.

Los investigadores han logrado identificar estos diecisiete factores de riesgo compartidos en las tres enfermedades y que se pueden modificar haciendo cambios en el estilo de vida y determinados comportamientos:

  1. La presión arterial.

  2. El índice de masa corporal.

  3. La enfermedad renal.

  4. La glucosa plasmática en ayunas.

  5. El colesterol total.

  6. El consumo de alcohol.

  7. La alimentación.

  8. La pérdida auditiva.

  9. El dolor crónico.

  10. La actividad física.

  11. El propósito vital.

  12. El sueño.

  13. El tabaquismo.

  14. El compromiso social.

  15. La actividad cognitiva en el tiempo libre.

  16. El estrés.

  17. Los síntomas depresivos.

Entre ellos, la hipertensión y la insuficiencia renal grave fueron los dos factores que mostraron un mayor impacto en la incidencia de estas condiciones. Por otro lado, una mayor actividad física y la participación en actividades cognitivas de ocio, como hacer rompecabezas o jugar a las damas, se relacionaron con un menor riesgo de enfermar, aunque se sospecha que estas asociaciones podrían ser más sintomáticas que causales, ya que quienes ya presentan enfermedades cerebrales pueden participar menos en estas actividades.

«La demencia, el ictus y la depresión tardía están conectadas y entrelazadas. Si alguien desarrolla una, hay una probabilidad considerable de que desarrolle otra más adelante —afirma el doctor Jasper Senff, primer autor y becario postdoctoral en el Laboratorio Singh del Massachusetts General Hospital. Y añade—: Y debido a que comparten estos factores de riesgo superpuestos, los esfuerzos preventivos podrían reducir simultáneamente la incidencia de varias de estas enfermedades, lo que representa una gran oportunidad para aliviar la carga de las enfermedades cerebrales relacionadas con el envejecimiento».

El equipo del Mass General Brigham también desarrolló y validó el Brain Care Score, una herramienta diseñada para medir y guiar los esfuerzos de protección de la salud cerebral. Esta puntuación ha sido actualizada para incorporar los hallazgos más recientes y sigue evolucionando.

Los autores del trabajo subrayan la necesidad de realizar más estudios sobre los factores modificables en la depresión tardía y proponen llevar a cabo un ensayo clínico aleatorizado para evaluar una intervención basada en el Brain Care Score.

«La atención sanitaria se vuelve cada vez más compleja. Pero estos hallazgos nos recuerdan que prevenir enfermedades cerebrales puede ser sorprendentemente simple. ¿Por qué? Porque muchas de las condiciones más comunes comparten los mismos factores de riesgo», concluye el doctor Jonathan Rosand, fundador de la Global Brain Care Coalition y titular de la Cátedra de Neurología JP Kistler en el Massachusetts General Hospital. ▪️

  • Información facilitada por el Mass General Brigham

  • Fuente: Jasper R. Senff et al. Modifiable Risk Factors for Stroke, Dementia, and Late-Life Depression: A Systematic Review and DALY Weighted Risk Factors for a Composite Outcome. Journal of Neurology Neurosurgery & Psychiatry (2025). DOI: https://doi.org/10.1101/2024.07.08.24309905

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