El calor extremo puede acelerar el envejecimiento biológico de las personas mayores

Pasar más días expuesto al calor extremo podría acelerar el envejecimiento biológico en personas mayores de 56 años, y aumentar de este modo el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con la edad y reducir la esperanza de vida.

Por Enrique Coperías

Las personas mayores necesitan una mayor hidratación durante las olas de calor.

Las personas mayores necesitan una mayor hidratación durante las olas de calor. Imagen generada con Bing

El calentamiento global ha incrementado la frecuencia e intensidad de las olas de calor, o sea, períodos prolongados de temperaturas anormalmente altas que pueden tener efectos devastadores en la salud humana y el medioambiente.

Estudios recientes revelan que las olas de calor registradas en 2022 y 2023 en el Mediterráneo Occidental alcanzaron anomalías de temperatura de +3.6 °C y +2.9 °C, respectivamente, superando cualquier variación climática natural de los últimos mil años. Y no solo eso, 2024 se consolidó como el año más cálido a nivel global desde que se tienen registros, con una temperatura media que, por primera vez, superó en 1,5 °C los niveles preindustriales.

Un nuevo estudio científico realizado en Estados Unidos y publicado en la revista Science Advances revela que la exposición prolongada al calor ambiental acelera el envejecimiento biológico en las personas mayores. Este hallazgo sugiere que el calor extremo podría aumentar el riesgo de enfermedades asociadas a la edad y reducir la esperanza de vida.

Un vínculo claro entre el calor y el envejecimiento epigenético

Si bien los efectos del calor extremo en la salud, como los golpes de calor y las enfermedades cardiovasculares, están bien documentados, su impacto en el envejecimiento biológico ha sido poco estudiado. El nuevo estudio, dirigido por la investigadora Eun Young Choi, de la Universidad del Sur de California, es uno de los primeros en analizar a gran escala cómo la exposición al calor ambiental afecta la edad biológica de los seres humanos a nivel molecular.

Para llegar a esta conclusión, los autores del trabajo, Eun Young Choi y Jennifer A. Ailshire, de la Faculta de Gerontología Leonard Davis, en la Universidad del Sur de California, contaron con 3.600 adultos mayores de 56 años y utilizaron datos genéticos extraídos de muestras de sangre recolectadas entre 2006 y 2007. La edad biológica de los participantes fue estimada mediante tres relojes epigenéticos: el PCPhenoAge, el PCGrimAge y el DunedinPACE.

Estos relojes miden la edad biológica en función de patrones de metilación del ADN. Dichos patrones cambian con el tiempo y han sido vinculados con enfermedades relacionadas con la edad.

Mayor exposición al calor, mayor envejecimiento biológico

Además, Choi y Ailshire recopilaron datos sobre temperaturas diarias en las áreas donde los participantes vivieron durante los seis años previos a la toma de muestras, lo que permitió evaluar la exposición acumulada al calor extremo.

Por cada doscientos días de exposición a temperaturas superiores a 32,2°C en un período de seis años, los participantes tenían una edad biológica hasta 3,5 meses mayor en comparación con aquellos que vivían en zonas más frescas.

Esta aceleración del envejecimiento varió según el reloj epigenético utilizado: PCPhenoAge mostró mayor sensibilidad al calor en períodos cortos, mientras que PCGrimAge y DunedinPACE reflejaron efectos más acumulativos.

Diferencias en los efectos a corto y largo plazo

La exposición a olas de calor en períodos cortos —de siete a sesenta días— mostró un aumento inmediato en el reloj PCPhenoAge, y reflejó cambios biológicos rápidos.

En cambio, la exposición prolongada —de uno a seis años— impactó en todos los relojes epigenéticos, lo que sugiere que el daño biológico por calor se acumula con el tiempo.

En personas que vivieron en zonas con temperaturas altas durante más de un año, se observó una aceleración en la edad epigenética de hasta 2,48 años en PCPhenoAge y hasta 1,09 años en PCGrimAge.

Este mapa muestra las anomalías de temperatura globales durante el verano meteorológico de 2023 (junio, julio y agosto). Representa cuánto más cálidas o frías fueron distintas regiones de la Tierra en comparación con el promedio de referencia de 1951 a 1980. Crédito: NASA Earth Observatory/Lauren Dauphin.

Un fenómeno global

En exposiciones durante seis años, DunedinPACE mostró un 5% de aumento en la velocidad del envejecimiento biológico.

Estudios en Taiwán y Alemania han encontrado hallazgos similares, lo que sugiere que este efecto puede ser global y no exclusivo de Estados Unidos.

Expertos como Austin Argentieri, de la Universidad de Harvard, destacan que, aunque el estudio proporciona una evidencia sólida, los relojes epigenéticos no captan el envejecimiento en su totalidad ni predicen con exactitud el riesgo de enfermedades. Es necesario más trabajo para vincular la aceleración epigenética con resultados clínicos, como la mortalidad y las enfermedades asociadas a la edad.

Muchos factores en el aire

Otro factor a considerar es que el estudio no tuvo en cuenta el acceso al aire acondicionado ni el tiempo que los participantes pasaban al aire libre, lo que podría influir en su exposición real al calor. Además, los resultados podrían diferir en poblaciones más jóvenes o en países donde las estrategias de adaptación al calor son distintas.

Identificar a los grupos más vulnerables a este tipo de envejecimiento acelerado permitirá a los responsables de políticas públicas diseñar medidas de protección más efectivas, como la mejora del acceso a sistemas de refrigeración y el desarrollo de infraestructura urbana más resiliente al calor.

El estudio refuerza la necesidad de políticas de salud pública enfocadas en mitigar los efectos del calor extremo, especialmente en adultos mayores. Se estima que para 2050, más de 100 millones de estadounidenses estarán expuestos regularmente a temperaturas extremas, lo que podría aumentar la carga de enfermedades crónicas y reducir la esperanza de vida.

Algunas estrategias recomendadas por Choi y Ailshire en el estudio incluyen las siguientes:

Mayor acceso a aire acondicionado y refugios climáticos, especialmente en comunidades vulnerables.
Programas de monitorización de salud para adultos mayores durante olas de calor.
Diseño urbano con más áreas verdes y sombra para reducir las islas de calor en las ciudades.
Concienciación sobre hidratación y signos de golpe de calor, especialmente entre las poblaciones más afectadas.

Este estudio científico es, sin duda alguna, un paso crucial para comprender cómo el cambio climático impacta la biología humana y refuerza la urgencia de tomar medidas para proteger a las poblaciones más vulnerables.

El calor extremo no solo es una amenaza inmediata para la salud, sino un factor que acelera el envejecimiento y el desarrollo de enfermedades relacionadas con la edad, como la hipertensión arterial, la enfermedad coronaria, la insuficiencia cardíaca, la demencia, la EPOC, la artrosis y la artritis reumatoide. ▪️

  • Fuente: Eun Young Choi, Jennifer A. Ailshire. Ambient outdoor heat and accelerated epigenetic aging among older adults in the US. Science Advances (2025). DOI:10.1126/sciadv.adr0616

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