El pasado volcánico de Marte ofrece pistas sobre la vida en el planeta rojo primitivo
Bajo el árido polvo del cráter Jezero, Marte guarda los restos de un antiguo mundo volcánico. Nuevos hallazgos del róver Perseverance nos muestran un planeta mucho más dinámico —y potencialmente habitable— de lo que suponían los astrobiólogos.
Por Enrique Coperías
El cráter Jezero no solo fue el lecho de un antiguo lago, sino también una región volcánica activa, donde el fuego modelaba la corteza mientras el agua circulaba por grietas y fisuras. La actividad volcánica prolongada podría haber mantenido condiciones adecuadas para la vida durante largos periodos de la historia de esta región de Marte. Imagen conceptual generada con DALL-E
Cuando nos imaginamos Marte, solemos visualizar vastos desiertos de polvo rojo y pedruscos bajo un cielo rosado. Sin embargo, debajo de esa superficie aparentemente inerte, el planeta esconde una historia geológica apasionante.
Un nuevo estudio realizado con datos cosechados por el róver Perseverance ha revelado que el suelo del cráter Jezero, lugar de aterrizaje del vehículo de la NASA en 2021, está compuesto por una asombrosa variedad de rocas volcánicas ricas en hierro. Estamos ante un hallazgo que no solo ayuda a reconstruir el pasado volcánico de Marte, sino que acerca más que nunca la posibilidad de encontrar huellas de vida antigua en el planeta rojo.
El estudio, publicado en la revista Science Advances y cofirmado por investigadores de instituciones como la Universidad de Texas A&M, marca un hito en la exploración marciana. Como explica en un comunicado Michael Tice, geobiólogo y sedimentólogo de esta universidad y uno de los coautores del trabajo, «analizando estas diversas rocas volcánicas, hemos obtenido información valiosa sobre los procesos que moldearon esta región de Marte. Esto mejora nuestra comprensión de la historia geológica del planeta y de su potencial para haber albergado vida».
Un laboratorio ambulante en otro mundo
La misión Perseverance, parte del ambicioso programa Mars 2020, busca señales de vida microbiana pasada en Marte. Para ello, el róver cuenta con herramientas de análisis de última generación, entre las que destaca el PIXL, un sofisticado espectrómetro de fluorescencia de rayos X que permite estudiar la química y la textura de las rocas con una resolución nunca antes alcanzada en otro planeta.
«No estamos simplemente mirando fotos, sino obteniendo datos químicos detallados, composiciones minerales y hasta texturas microscópicas. Es como tener un laboratorio móvil en otro planeta», afirma Tice. Esta capacidad ha revolucionado la forma en que los científicos estudian Marte, permitiendo acceder a niveles de información impensables hace apenas una década.
La historia enterrada en la formación Máaz
El róver de la NASA ha explorado una serie de rocas agrupadas en lo que los investigadores denominan la formación Máaz. A través de los análisis de PIXL y otras cámaras de alta resolución, los científicos han identificado dos grandes tipos de rocas volcánicas.
Por un lado, están los basaltos oscuros, ricos en hierro y magnesio, que contienen minerales intercrecidos, como el piroxeno y el feldespato plagioclasa, junto a vestigios de olivino alterado. Por otro lado, nos encontramos con lavas más claras clasificadas como traquiandesitas, que se caracterizan por la presencia de cristales de plagioclasa incrustados en una matriz rica en potasio.
Este mosaico mineralógico revela una historia geológica sorprendentemente compleja. No se trata de un simple flujo de lava, sino de un escenario donde distintos episodios volcánicos, con magmas de composiciones diversas, fueron modelando el terreno a lo largo del tiempo.
Mosaico de dos imágenes que muestran el brazo del róver Persevernce tras escanear y tomar muestras de una de las rocas analizadas en el artículo científico. La roca aparece en la parte inferior derecha y muestra claramente el agujero donde se recogió la muestra. La roca recibió el nombre informal de Rochette por parte del equipo científico del Perseverance. Cortesía: NASA/JPL-Caltech/ASU
Magmas que evolucionaron bajo la corteza
Para entender cómo se formaron estas rocas, el equipo de científicos realizó diversos modelos termodinámicos que simulan las condiciones de enfriamiento y solidificación de los minerales. Los resultados apuntan a un proceso de cristalización fraccionada de alta intensidad, en el que diferentes minerales se separaron del magma a medida que éste se enfriaba.
Pero hay más: las composiciones químicas también sugieren que el magma interactuó con materiales ricos en hierro de la propia corteza marciana, modificando aún más su contenido mineral.
«El proceso que observamos aquí, la cristalización fraccionada combinada con la asimilación de material cortical, es muy similar al que ocurre en sistemas volcánicos activos de la Tierra —explica Tice. Y añade—: Esto sugiere que esta parte de Marte pudo haber tenido una actividad volcánica prolongada, que a su vez podría haber mantenido condiciones adecuadas para la vida durante largos periodos de su historia».
Texturas que cuentan historias
La idea de un Marte con volcanes activos durante millones de años cambia radicalmente nuestra visión de su habitabilidad pasada. Si existieron fuentes térmicas y químicas estables, los ingredientes para la vida habrían tenido más oportunidades de prosperar.
Las imágenes microscópicas obtenidas por el róver muestran una riqueza textural impresionante. Muchas rocas de Máaz tienen una estructura porfídica, con grandes cristales de plagioclasa flotando en una matriz más fina. Esto indica que los magmas estuvieron almacenados en cámaras subterráneas, donde se enfriaron lentamente antes de salir a la superficie en erupciones más rápidas.
Especialmente llamativo es el afloramiento conocido como Alfalfa, donde enormes cristales de hasta cinco milímetros aparecen rodeados de una matriz roja y rica en potasio.
Además, los cristales de feldespato en Alfalfa presentan zonas de fusión parcial y zonaciones químicas oscilantes, señales claras de que experimentaron cambios bruscos de temperatura y química, probablemente asociados a mezclas magmáticas antes de la erupción final.
Química extrema: el enigma del hierro
Uno de los hallazgos más sorprendentes ha sido el altísimo contenido de hierro en las rocas. Este rasgo no puede explicarse solo por la cristalización normal del magma.
Los investigadores proponen que los magmas de Máaz asimilaron material ferroso de la corteza, un proceso que no solo enriqueció su composición, sino que también deja pistas de la estructura interna del Marte primitivo.
Los minerales analizados refuerzan esta idea. Muchos piroxenos encontrados caen en la llamada zona prohibida del diagrama de estabilidad mineral, donde no deberían formarse a bajas presiones, lo que sugiere que cristalizaron a cierta profundidad. Los olivinos, también riquísimos en hierro, muestran signos de alteración acuosa, lo que indica que tras su solidificación fueron expuestos a fluidos líquidos.
Mapa de elevación del cráter Jezero de Marte, el lugar donde aterrizará el róver Perseverance de la misión Mars 2020 de la NASA. Los colores más claros representan una mayor elevación. El óvalo señala la elipse de aterrizaje del róver cuando se pose en Marte. Los científicos están interesados en estudiar esta ribera porque podría haber preservado fósiles de vida microbiana, si es que esta llegó a formarse en algún momento en el planeta rojo. Crédito: NASA/JPL-Caltech/MSSS/JHU-APL/ESA
El valor de las muestras para el futuro
Parte de estas rocas ya ha sido recolectada por el Perseverance en forma de núcleos de perforación. Estos fragmentos están destinados a ser devueltos a la Tierra en el marco de la misión Mars Sample Return, una colaboración entre la NASA y la Agencia Espacial Europea prevista para la próxima década.
Las muestras, selladas en tubos, serán recuperadas por un nuevo róver que las cargará en un pequeño cohete, el Mars Ascent Vehicle, para enviarlas a la órbita marciana, donde serán capturadas por otra nave que las traerá de regreso a la Tierra hacia finales de la década de 2030.
Una vez aquí, los científicos podrán analizar los materiales con técnicas avanzadas para estudiar la historia geológica de Marte, su evolución climática y buscar de microfósiles y otros posibles signos de vida antigua, en laboratorios de bioseguridad ultraavanzados. Además, los resultados ayudarán a preparar futuras misiones humanas al planeta rojo.
«Cuando traigamos estas muestras a la Tierra, podremos hacer preguntas mucho más detalladas sobre su historia y sobre posibles firmas biológicas», comenta Tice.
Un nuevo Marte, más dinámico de lo que pensábamos
Los datos recogidos hasta ahora apuntan a un Marte muy diferente del mundo frío e inactivo que solíamos imaginar. El cráter Jezero no solo fue el lecho de un antiguo lago, sino también una región volcánica activa, donde el fuego modelaba la corteza mientras el agua circulaba por grietas y fisuras.
Según Tice, «cada róver que hemos enviado a Marte ha sido un prodigio tecnológico, pero esta vez hemos llegado a un nivel de detalle que nos está cambiando la forma de pensar sobre la historia de las rocas marcianas». Y lo más emocionante es que esto es solo el principio.
«Algunos de los descubrimientos más emocionantes aún están por venir — asegura Tice. Y concluye—: Estamos viendo cosas que nunca esperábamos, y creo que en los próximos años podremos refinar nuestra comprensión de la historia geológica de Marte de maneras que jamás imaginamos».
En definitiva, los hallazgos en la formación Máaz no solo reescriben la historia volcánica de Marte, sino que también abren una ventana de esperanza para responder una de las preguntas más antiguas de la humanidad: ¿estuvo alguna vez Marte habitado?
Gracias al róver Perseverance y al esfuerzo de científicos como Michael Tice y su equipo, hoy estamos más cerca que nunca de encontrar la respuesta. ▪️
Información facilitada por la Universidad de Texas A&M
Fuente: Mariek E. Schmidt et al. Diverse and highly differentiated lava suite in Jezero crater, Mars: Constraints on intracrustal magmatism revealed by Mars 2020 PIXL. Science Advances (2025). DOI: 10.1126/sciadv.adr2613