Biólogos descubren la vida secreta de los erizos urbanos
Los erizos están más cerca de lo que imaginas. Mientras duermes, recorren jardines y calles en busca de alimento, pero cuando llega el invierno, eligen un refugio bajo las raíces de los árboles.
Por Enrique Coperías
«Los jardines ofrecen una combinación ideal de refugio y alimento. La variedad de plantas, setos y superficies como piedras y terrazas crean un hábitat adecuado», explica la zoóloga Johansen. Cortesía: Piotr Łaskawski
«Me sorprendió descubrir que los erizos no buscan refugio en el bosque, sino que prefieren anidar en jardines y cerca de las casas. Sin embargo, cuando llega la hora de hibernar, optan por cobijarse bajo las grandes raíces de los árboles del bosque», afirma la zoóloga Beate Strøm Johansen, de la Universidad de Agder (UiA), en Noruega, que ha liderado un nuevo estudio sobre la vida de los erizos urbanos en la ciudad noruega de Kristiansand.
En los últimos años, la población de erizos ha disminuido drásticamente. En 2021, fueron incluidos en la lista roja de especies amenazadas en Noruega y otros países europeos.
Johansen y su equipo han seguido de cerca a nueve erizos urbanos, y los resultados de este seguimiento aparecen publicados en la revista Animals. «No forman grupos ni manadas. Como la mayoría de los mamíferos, los erizos son animales solitarios. Cada uno tiene su propio refugio donde pasa la noche», explica la experta en un comunicado de la Universidad de Agder.
Vigilancia de día y de noche
«Muy pocos mamíferos son sociales. Creemos que muchos viven en grupos porque los leones y los lobos reciben gran atención en la televisión», dice Johansen, que destaca que los mustélidos, como las comadrejas, los armiños, los tejones y las nutrias, y otros mamíferos solitarios solo se encuentran durante el apareamiento y el cuidado de sus crías. «Para las hembras de erizo, esto significa entre cuatro y seis semanas de intensa crianza», explica la zoóloga.
El estudio incluyó trabajo de campo tanto de día como de noche. Durante el período de agosto a noviembre, justo antes de la hibernación, los investigadores monitorizaron la vida de nueve erizos cerca de la Universidad de Agder, en una zona residencial próxima al bosque de Jegersberg.
Para seguirles la pista, los erizos fueron equipados con transmisores de radio, aunque solo seis conservaron los dispositivos el tiempo suficiente para ser incluidos en el estudio.
Durante una expedición nocturna, los estudiantes Milla Mona, Sophie Albertsen y Marius Stener Floden localizan a un erizo que ha construido un nido entre herramientas de jardinería, bajo una terraza. Foto: Beate Strøm Johansen
Nada de ofrecerles leche; mejor, agua
Los erizos son animales nocturnos. Comienzan su actividad alrededor de las once de la noche, momento en que salen a buscar alimento. Su dieta es diversa: lombrices de tierra, ciempiés, escarabajos, babosas, larvas, huevos, bayas e incluso pequeños vertebrados, como pájaros muertos, mamíferos, anfibios y reptiles.
Sin embargo, no pueden consumir cualquier cosa. La zoóloga advierte: «Beberán leche si la encuentran, pero esto les provoca una diarrea verde y viscosa que puede hacerlos enfermar gravemente». En su lugar, recomienda dejarles un recipiente con agua.
«En veranos secos, proporcionar agua en un recipiente puede marcar la diferencia para los erizos, tejones, ardillas y aves. También se les puede ofrecer comida seca para gatos o perro», sugiere Johansen.
El ciclo de vida de los erizos
Estos mamíferos con púas, de los que se conoce dieciséis especies repartidas en cinco géneros, suelen regresar a sus nidos alrededor de las tres de la madrugada, aunque algunos prolongan su actividad hasta el amanecer. Durante la primavera, el apareamiento es una prioridad. Las hembras pueden tener hasta once crías, aunque lo más común es entre cuatro y cinco.
Si ves un erizo de día, probablemente sea una madre agotada en busca de comida para sus crías. Después de cuatro semanas, las crías comienzan a explorar el entorno con su madre y, en un par de semanas más, se independizan.
Los erizos construyen tres tipos de nidos: los nidos de verano, simples y temporales; los nidos de cría, más sólidos y usados por las madres con sus crías; y los nidos de hibernación, duraderos y preparados para el invierno.
Transmisores de la tiña
Los erizos de Kristiansand tenían en promedio diez nidos cada uno; en total, veintiocho. De estos, 16 estaban bajo estructuras, como terrazas y garajes, mientras que doce estaban en jardines y zonas de vegetación.
«Los jardines ofrecen una combinación ideal de refugio y alimento. La variedad de plantas, setos y superficies como piedras y terrazas crean un hábitat adecuado», explica Johansen.
Los machos ocupaban dieciocho nidos, mientras que las hembras usaban una decena de ellos. Durante el estudio, algunos erizos cambiaron de nido hasta 36 veces, pero nunca compartieron refugio. La razón: los erizos son ecosistemas ambulantes, llenos de parásitos y posibles transmisores de enfermedades, como la tiña. Esta es una infección cutánea causada por un hongo.
Los erizos son de los pocos mamíferos que hibernan de verdad. Cortesía: George Kendall
Acosados por zorros y tejones
A pesar de sus púas, los erizos tienen depredadores naturales, como los tejones y los zorros. «Cuando se sienten amenazados, los erizos se hacen un ovillo y erizan sus púas — dice Johansen. Sin embargo, los tejones tienen una técnica efectiva: hacen girar la bola de espinas hasta encontrar el punto débil en el vientre del erizo.
Por su parte, los zorros esperan pacientemente hasta que el erizo se relaje y asome la nariz, momento en que atacan.
Los erizos son de los pocos mamíferos que hibernan de verdad. «Mucha gente cree que los osos hibernan, pero en realidad solo duermen durante el invierno. Su cuerpo es demasiado grande para bajar la temperatura lo suficiente como para una verdadera hibernación», explica Johansen.
Para los erizos, el invierno ideal es aquel con nieve, ya que actúa como aislante térmico. Sin embargo, las heladas sin nieve pueden ser peligrosas. «Durante la hibernación, los erizos despiertan cada once días para comprobar que todo esté en orden», indica esta zoóloga.
A partir de septiembre, los erizos comienzan a prepararse para el invierno, buscando nidos duraderos bajo grandes árboles, como pinos o caducifolios. «Eligen zonas con matorrales, donde pueden recolectar musgo, hojas y tallos de hierba para sellar la entrada y protegerse del frío», concluye Johansen.▪️
Información facilitada por la Universidad de Agder
Fuente: Lars Mørch Korslund, Beate Strøm Johansen et al.: Home range, movement, and nest use of hedgehogs (Erinaceus europaeus) in an urban environment prior to hibernation. Animals (2024). DOI: https://doi.org/10.3390/ani14010130