Una garra gigante desenterrada en Mongolia pertenece a una nueva especie de dinosaurio de dos dedos

Un dinosaurio con solo dos dedos y unas garras de 30 centímetros ha salido a la luz tras pasar años olvidado en una caja. Este fósil excepcional revela secretos nunca vistos sobre cómo vivían y se alimentaban los tericinosaurios.

Por Enrique Coperías

La nueve especie de dinosaurio hallada en el desierto de Gobi, Duonychus tsogtbaatari, tenía una mano con dos garras que alcanzaban los 30 centímetros de longitud.

La nueve especie de dinosaurio hallada en el desierto de Gobi, Duonychus tsogtbaatari, tenía una mano con dos garras que alcanzaban los 30 centímetros de longitud. Cortesía Yoshitsugu Kobayashi et al. / iScience (2025)

Un equipo internacional de paleontólogos y científicos de la Tierra ha identificado unos restos fósiles como pertenecientes a un terizinosaurio de dos garras. Los fósiles fueron desenterrados hace más de una década en Mongolia, y el nuevo estudio que los describe ha sido publicado en la revista iScience.

En 2012, un grupo de investigadores de la Academia de Ciencias de Mongolia descubrió en el desierto de Gobi los restos fósiles de un terizinosaurio, un tipo de dinosaurio bípedo conocido por sus largas garras curvas y su dieta principalmente herbívora. Durante varios años, los fósiles permanecieron almacenados sin ser estudiados en detalle.

Sin embargo, en este nuevo trabajo, el equipo internacional de paleontólogos, liderado por Yoshitsugu Kobayashi, del Museo de la Universidad de Hokkaido, en Japhn, ha analizado los restos con un resultado extraordinario: las garras tridimensionales fósiles más grandes y mejor conservadas jamás encontradas en un dinosaurio.

Excepcionales fósiles tridimensionales

El conjunto fósil recuperado incluía ambos brazos del dinosaurio, con sus garras completas, además de partes de la pelvis y una buena porción de su columna vertebral. A diferencia de muchos fósiles que se encuentran como simples siluetas planas en la roca, estos se han conservado en tres dimensiones, lo que proporciona una visión mucho más realista de la anatomía original del animal.

Estos restos datan de hace unos 90 millones de años, o sea, que se remontan al período Cretácico Superior, y pertenecen a una especie completamente nueva para la ciencia, que ha sido bautizada como Duonychus tsogtbaatari. El nombre significa dos garras (del griego duo = dos, onyx = garra) y el epíteto específico rinde homenaje al paleontólogo mongol Khishigjav Tsogtbaatar, por su destacada contribución al estudio de los dinosaurios de Asia Central.

Según los investigadores, Duonychus tsogtbaatari habría medido aproximadamente 3 metros de largo y pesado unos 270 kilogramos, lo que lo convierte en un tericinosaurio de tamaño medio.

Este era el aspecto del Duonychus tsogtbaatari, un tericinosaurio con unas enormes garras especializada para manipular la vegetación.

Este era el aspecto del Duonychus tsogtbaatari, un tericinosaurio con unas enormes garras especializada para manipular la vegetación. Cortesía: Yoshitsugu Kobayashi et al. / iScience (2025)

Dos dedos en lugar de tres

Aunque comparte rasgos con otros miembros de su grupo —como un cuerpo robusto, cuello largo y dientes en forma de hoja para cortar vegetación—, presenta una particularidad notable: es el primer terizinosaurio conocido que poseía solo dos dedos funcionales en sus manos, en lugar de los tres habituales en el grupo.

Esto representa un caso inédito de reducción evolutiva del número de dedos, fenómeno que también ha ocurrido de forma independiente en otros dinosaurios terópodos, como los tiranosaurios y alvarezsaurios.

La característica más llamativa del fósil es una de sus garras de aproximadamente 30 centímetros de largo, que conserva la vaina córnea de queratina que recubría el hueso en vida. Este hallazgo es excepcional, ya que la queratina se descompone rápidamente tras la muerte y rara vez fosiliza.

Un par de herramientas especializadas en la manipulación vegetal

El hecho de que esta vaina se haya conservado en tres dimensiones es una auténtica rareza ,y permite a los paleontólogos reconstruir con gran precisión cómo era la garra completa cuando el dinosaurio estaba vivo. Según las mediciones, la vaina aumentaba la longitud funcional de la garra en más de un 40%, y su curvatura acentuada sugiere un uso adaptado al agarre de vegetación.

El equipo de investigadores plantea que la razón por la cual Duonychus tsogtbaatari tenía solo dos garras podría estar relacionada con su forma de alimentarse. Tener solo dos dedos haría que cada uno fuera más robusto y fuerte, lo cual habría facilitado el agarre de ramas gruesas o el arrastre de grandes cantidades de hojas hacia la boca.

Es decir, en lugar de tener tres dedos más delgados y delicados, contaba con dos herramientas especializadas en la manipulación vegetal. Este tipo de morfología manual se conoce como didactilia funcional, y representa una adaptación poco común en dinosaurios herbívoros.

Acortar los brazos y simplificar la mano

A través del análisis biomecánico, los científicos descubrieron que el dedo principal del Duonychus tsogtbaatari podía flexionarse casi 90 grados, lo que sugiere una capacidad avanzada para sujetar objetos, algo que no se había documentado en otros tericinosaurios.

Este movimiento, junto con la forma y tamaño de la garra, indica que el animal podía agarrar tallos de hasta 10 cm de grosor, lo que sugiere una alimentación selectiva dentro de su entorno vegetal.

Además, el hallazgo proporciona pistas sobre la evolución convergente de los miembros anteriores reducidos en varios grupos de dinosaurios terópodos. En todos ellos —aunque con dietas muy distintas— se observa una tendencia similar: acortar los brazos y simplificar la mano, ya sea para cazar con la cabeza, como en los tiranosaurios, o para manipular objetos con especialización extrema, como en los alvarezsaurios que tenían un único dedo grande para excavar en nidos de insectos.

Reconstrucción del esqueleto (Cortesía: Genya Masukawa) y piezas fósiles del dinosaurio Duonychus tsogtbaatari. Cortesía: Yoshitsugu Kobayashi et al. / iScience (2025)

Una caja de sorpresas del Gobi

Este descubrimiento no solo amplía nuestro conocimiento sobre la diversidad anatómica y ecológica de los dinosaurios del Cretácico en Asia, sino que también resalta la importancia de revisar colecciones fósiles olvidadas.

Lo que durante años fue solo una caja con huesos almacenados se ha convertido en uno de los hallazgos más relevantes del estudio de los tericinosaurios y su evolución.

Sin duda, Duonychus tsogtbaatari representa una ventana excepcional hacia los misterios del pasado, y demuestra que todavía quedan muchas sorpresas enterradas bajo la arena del desierto de Gobi. ▪️

  • Fuente: Kobayashi, Yoshitsugu et al. Didactyl therizinosaur with a preserved keratinous claw from the Late Cretaceous of Mongolia. iScience (2025). DOI: 10.1016/j.isci.2025.112141

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