¿Los solteros y divorciados tienen un menor riesgo de sufrir demencia?
Estar casado —o vivir en pareja— siempre se había considerado un escudo frente a los problemas de salud en la vejez. Pero un nuevo estudio revela un giro inesperado: los solteros y divorciados podrían tener menor riesgo de desarrollar demencia.
Por Enrique Coperías
Casarse no garantiza disfrutar de una vejez más saludable que permanecer soltero, dice un nuevo estudio. Foto: Kenny Eliason
Durante décadas, numerosos estudios han sugerido que estar casado aporta pingües beneficios para la salud, como una mayor longevidad o una menor probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Esta creencia se basaba en que el matrimonio —o vivir en pareja de hecho— proporciona apoyo emocional, social y económico, factores que favorecen una vida más saludable. Sin embargo, una nueva investigación realizada por expertos de la Universidad Estatal de Florida (Estados Unidos) y de la Universidad de Montpellier (Francia), y en la que se utilizaron datos obtenidos del Centro Nacional de Coordinación del Alzhéimer (NACC) estadounidense, pone en duda esa idea, al menos en lo que respecta al riesgo de desarrollar demencia.
Lo que descubrió el equipo de científicos, coordinado por Selin Karakose, del Departamento de Geriatría de la Universidad Estatal de Florida, fue sorprendente: las personas mayores que estaban solteras —ya fueran viudas, divorciadas o que nunca se casaron— tenían menos riesgo de sufrir alzhéimer, demencia con cuerpos de Lewy u otros tipos de demencia, en comparación con quienes estaban casados.
Un estudio pionero con una muestra muy amplia
Para el estudio, Karakose y sus colegas analizaron datos de más de 24.000 personas mayores de cincuenta años que no presentaban signos de demencia al comenzar el seguimiento. Durante dieciocho años, se realizaron evaluaciones clínicas anuales para detectar cualquier deterioro cognitivo. Sin duda alguna, se trata de uno de los estudios longitudinales sobre demencia más grandes y duraderos realizados hasta ahora.
Los investigadores clasificaron a los participantes según su estado civil inicial: casados, viudos, divorciados o nunca casados. Durante el período de observación, alrededor del 20% de los participantes desarrolló algún tipo de demencia, un deterioro progresivo de las funciones cognitivas, como la memoria, el lenguaje y el juicio, que interfiere con la vida diaria..
Contra todo pronóstico, el mayor riesgo se observó entre las personas casadas.
Ventaja para viudos, divorciados y los que nunca se casaron
Incluso después de ajustar los resultados teniendo en cuenta factores como edad, sexo, nivel educativo, salud física y mental, hábitos de vida y predisposición genética, los datos mostraron que los viudos, divorciados y quienes nunca se casaron tenían entre un 17% y un 40% menos de probabilidad de desarrollar demencia que los casados.
Según los neurólogos, existen varios tipos de demencia, cada uno con causas y características distintas. La más común es la enfermedad de Alzheimer, que se manifiesta por pérdida de memoria, desorientación y dificultad para realizar tareas cotidianas, y progresa de forma lenta pero irreversible. Otra forma frecuente es la demencia con cuerpos de Lewy, que combina síntomas cognitivos con alucinaciones visuales y alteraciones del movimiento, similares al párkinson.
Por su parte, la demencia vascular se produce por problemas de circulación en el cerebro, como microinfartos, y suele tener una evolución escalonada. También está la degeneración lobar frontotemporal, que afecta sobre todo la conducta, el lenguaje y la personalidad, y suele aparecer a edades más tempranas que otros tipos. Cada una tiene un perfil clínico distinto, pero todas comparten el impacto profundo en la autonomía de la persona.
¿Y si simplemente se diagnosticaba más tarde a los solteros?
Pues bien, el vínculo entre la demencia y la vida conyugal se repitió al analizar diferente tipos específicos de demencia. En los casos de la enfermedad de Alzheimer y la demencia con cuerpos de Lewy, los adultos mayores solteros también mostraron un menor riesgo de caer en sus garras, y no se hallaron diferencias significativas en relación con la demencia vascular y la degeneración lobar frontotemporal.
Además, los investigadores descubrieron que las personas no casadas también tenían menos probabilidades de que un deterioro cognitivo leve evolucionara hacia demencia, lo que añade peso a sus conclusiones.
Una de las explicaciones que se barajan es que los casados reciben un diagnóstico más temprano, porque su pareja detecta antes los cambios de comportamiento o memoria. Las personas que viven solas o no tienen relaciones cercanas podrían tardar más en buscar atención médica, lo que haría que se subestime el riesgo real de demencia entre los solteros.
¿Qué factores podrían estar protegiendo a los solteros?
Sin embargo, en este estudio, aunque los casados eran diagnosticados antes, las diferencias en la edad del diagnóstico y la severidad de los síntomas no explicaban completamente el fenómeno. Esto sugiere que la soltería podría estar asociada a un riesgo realmente más bajo, y no solo a un sesgo en la detección.
Los investigadores también analizaron si variables como sexo, edad, nivel educativo, depresión y genética influían en los resultados. Aunque se detectaron algunas pequeñas diferencias (por ejemplo, ser soltero parecía más protector para los hombres que para las mujeres), el patrón general se mantenía constante en todos los grupos.
Algunas investigaciones previas habían planteado que, tras una viudez o un divorcio, algunas personas experimentan un aumento del bienestar o del contacto social. Por ejemplo, se ha observado que muchas personas reportan más satisfacción con su vida después de un divorcio o que amplían su red social tras enviudar.
También se sabe que las personas que nunca se han casado tienden a tener relaciones sociales más activas con amigos o vecinos, e incluso pueden llevar hábitos de vida más saludables que las personas emparejadas.
Una relación de pareja conflictiva puede ser tan perjudicial para el cerebro como la soledad; el estrés crónico derivado de matrimonios de baja calidad es un factor de riesgo clave para el deterioro cognitivo. Foto de Timur Weber
Lo más relevante no es el estado civil
Por otro lado, no todos los matrimonios son protectores de la salud física y mental. En palabras de Karakose, las relaciones de baja calidad pueden generar estrés crónico, un factor de riesgo bien conocido para el deterioro cognitivo. Así, una mala relación de pareja podría tener efectos negativos para el cerebro, equiparables o peores que la soltería.
Este estudio no busca desaconsejar el matrimonio ni promover la soltería, pero sí invita a reconsiderar la creencia de que casarse protege contra la demencia. Los resultados sugieren que lo más relevante no es el estado civil, sino la calidad de las relaciones personales, el bienestar emocional y el estilo de vida.
Los autores reconocen que su muestra no es representativa de toda la población de Estados Unidos, ya que incluía un número elevado de personas blancas, con estudios superiores y acceso a centros de salud de alta calidad. También señalan que faltan datos sobre factores como la calidad del matrimonio, el tiempo transcurrido en cada estado civil o el impacto de las transiciones (como el divorcio o la viudedad).
La calidad de la relación amorosa
A pesar de estas limitaciones, los resultados son lo suficientemente sólidos como para plantear nuevas líneas de investigación. Sería interesante explorar más a fondo cómo influyen factores como el estrés financiero, la red de apoyo social o las experiencias dentro del sistema sanitario en la posible relación entre las relaciones de pareja y la salud mental.
También sería útil analizar qué rol juegan variables como el tiempo desde la separación conyugal o la calidad de las relaciones amorosas y familiares.
Gracias a los datos del estudio longitudinal del Centro Nacional de Coordinación del Alzhéimer, este trabajo ha identificado un patrón inesperado: las personas mayores casadas tienen un mayor riesgo de demencia que quienes están solteras, ya sea por elección o circunstancias. Estos hallazgos podrían deberse a un retraso en el diagnóstico entre los solteros, o podrían cuestionar directamente la idea de que el matrimonio protege la salud mental en la vejez. ◾️
Fuente: Selin Karakose, Martina Luchetti, Yannick Stephan, Angelina R. Sutin, Antonio Terracciano. Marital status and risk of dementia over 18 years: Surprising findings from the National Alzheimer's Coordinating Center. Alzheimer's & Dementia (2025). DOI: https://doi.org/10.1002/alz.70072