Las imágenes sexuales roban más la atención de los hombres que de las mujeres

¿Por qué las imágenes eróticas secuestran de inmediato nuestra atención? Un nuevo estudio revela cómo los estímulos sexuales afectan a nuestra concentración y qué papel juega el género en esta distracción automática.

Por Enrique Coperías

Las imágenes eróticas tienen una fuerza tremenda para captar nuestra atención, independientemente de que seamos hombre o mujer. Imagen generada con Gemini

¿Alguna vez te ha ocurrido que de repente una imagen con contenido sexual te ha sacado de lo que estabas haciendo, incluso si estaban muy concentrado en una tarea? No es casualidad: la ciencia ha demostrado que ciertos estímulos sexuales captan nuestra atención de forma automática, interrumpiendo lo que estamos haciendo.

Este fenómeno, conocido como retraso inducido por contenido sexual (o SCID, por sus siglas en inglés), se ha observado tanto con palabras como con imágenes. Imagina, por ejemplo, que intentas resolver un problema de matemáticas, pero aparece una imagen erótica en la pantalla; el SCID describe cómo esa imagen puede retrasar tu capacidad para resolver el problema.

Ahora un estudio realizado por Robert J. Snowden, de la Universidad de Cardiff; Poppy Midgley, de la Universidad de Swansea; y Nicola S. Gray, de la Bay University Health Board (SBUHB), en el Reino Unido, trata de entender cómo el cerebro procesa la información sexual y cómo esta puede interferir con otras funciones cognitivas en uno y otro género.

La investigación, publicada en la revista Sexes, puso el foco en dos cuestiones clave: ¿estos estímulos eróticos afectan más a los hombres que a las mujeres? Y ¿existe una diferencia en cómo reaccionamos ante imágenes del sexo que nos resulta atractivo?

Un efecto automático

El SCID hace referencia al retraso en nuestras respuestas cuando un estímulo sexual irrumpe, aunque no tenga relación con la tarea que estamos realizando. Por ejemplo, si una persona debe decidir rápidamente si dos líneas tienen la misma orientación, y de fondo aparece una imagen erótica, su tiempo de reacción probablemente se vea afectado.

Este efecto se considera automático, porque ocurre incluso cuando la persona intenta ignorar el estímulo sexual. Se ha observado en múltiples contextos y tipos de tareas, lo que indica que nuestro cerebro procesa este tipo de información de manera privilegiada.

Existe la creencia de que los hombres son más sensibles visualmente a los estímulos sexuales. Sin embargo, la evidencia científica ha sido ambigua, y hay resultados para todos los gustos. En efecto, algunos estudios aseguran que el efecto es mayor en las mujeres; otros, por el contrario, apuntan hacia los hombres; y los hay que no encuentran diferencias claras entre uno y otro sexo.

Primer experimento: todos se distraen, pero los hombres un poco más

Para investigar cómo nos influye el retraso inducido por contenido sexual, los autores llevaron a cabo dos experimentos sobre distracción por imágenes sexuales, donde participantes jóvenes (mayoritariamente estudiantes universitarios) debían realizar tareas cognitivas simples mientras se les mostraba imágenes distractoras, algunas sexuales y otras neutras.

En el primer estudio participaron 43 personas: 21 hombres y 22 mujeres. Las imágenes incluían parejas en actos sexuales, hombres y mujeres desnudos o parcialmente vestidos, y fotos neutras de personas o escenas cotidianas.

Como era de esperar, todos los voluntarios mostraron tiempos de reacción más lentos ante imágenes sexuales, lo que confirmó la existencia del efecto SCID. Sin embargo, los hombres se vieron más afectados que las mujeres, sobre todo ante las imágenes de parejas sexuales, lo que sugiere una mayor sensibilidad masculina al contenido erótico.

Los hombres tienen una respuesta más categórica hacia estímulos del sexo que prefieren, mientras que en las mujeres esta especificidad no es tan marcada, advierte el nuevo estudio.

Los hombres tienen una respuesta más categórica hacia estímulos del sexo que prefieren, mientras que en las mujeres esta especificidad no es tan marcada, advierte el nuevo estudio.

Segundo experimento: ajustes metodológicos, resultados más nítidos

Una parte central del estudio buscaba averiguar si los participantes reaccionaban de forma diferente según el género de las imágenes sexuales. La hipótesis era que los hombres heterosexuales se distraerían más con imágenes de mujeres, y que las mujeres, con menor especificidad, mostrarían una distracción similar ante ambos géneros, precisan los autores del estudio en Sexes.

Los resultados, sin embargo, no mostraron diferencias claras: tanto hombres como mujeres se distrajeron por igual con imágenes masculinas y femeninas. Esto llevó a los investigadores a rediseñar el experimento.

En el segundo estudio participaron 107 personas: 61 hombres y 46 mujeres. Para mejorar la precisión de los resultados, los invstigadores redujeron la frecuencia de imágenes sexuales, acortaron el tiempo de exposición y seleccionaron exclusivamente participantes con orientación heterosexual.

Esta vez sí se encontraron diferencias claras: los hombres se distrajeron mucho más con imágenes de mujeres que con masculinas, mientras que las mujeres mostraron niveles similares de distracción con ambos tipos. Esto respalda la idea de que los hombres tienen una respuesta más categórica hacia estímulos del sexo que prefieren, mientras que en las mujeres esta especificidad no es tan marcada.

Una respuesta más fluida en ellas

Aunque los hallazgos fueron estadísticamente significativos, hay un problema importante: la fiabilidad del test fue baja. Es decir, aunque los promedios mostraban tendencias claras, los resultados variaban mucho entre individuos. Esto limita el uso del retraso inducido por contenido sexual como herramienta diagnóstica para evaluar preferencias sexuales de forma individual.

Los resultados de ambos estudios confirman que los estímulos sexuales distraen de manera automática, incluso en tareas simples. También revelan diferencias de género: los hombres se ven más afectados por imágenes sexuales femeninas, mientras que las mujeres responden de forma más equilibrada.

Estos hallazgos coinciden con estudios previos que muestran que los hombres presentan una respuesta sexual más específica, mientras que en las mujeres es más fluida o ambigua.

El deseo sexual

Sin embargo, también se resalta la necesidad de mejorar los métodos. La baja fiabilidad sugiere que, aunque existen diferencias a nivel grupal, aún no contamos con una herramienta precisa para medirlas individualmente.

Las imágenes sexuales distraen —eso ya lo sabíamos—, pero este estudio nos ayuda a entender mejor cómo y por qué ocurre, y cómo las diferencias de género influyen en esa distracción.

Aunque queda camino por recorrer para afinar estas herramientas, esta investigación ofrece una base sólida para seguir explorando cómo responde nuestra atención ante uno de los estímulos más poderosos de la naturaleza humana: el deseo sexual.

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