Desentrañan la verdadera forma del megalodón, el tiburón gigante extinto

El megalodón, el gigantesco tiburón prehistórico, no era lo que pensábamos. Nuevas investigaciones revelan que su cuerpo era más largo y esbelto, similar al de un tiburón limón, lo que desafía toda la imagen tradicional que teníamos de este temible depredador.

Por Enrique Coperías

Fotograma de la película Megalodón (2018), dirigida por Jon Turteltaub y protagonizada por Jason Statham.

Fotograma de la película Megalodón (2018), dirigida por Jon Turteltaub y protagonizada por Jason Statham. Cortesía: ‘The Meg.’ Images © 2018 Warner Bros. Entertainment Inc., Gravity Pictures Film Production Company and Apelles Entertainment, Inc. Courtesy of Sony Pictures Imageworks.

El megalodón ha sido durante mucho tiempo imaginado como un gigantesco tiburón blanco, pero nuevas investigaciones desafían esa visión tradicional, sugiriendo que la realidad es muy diferente. Según el estudio, este cazador prehistórico poseía un cuerpo mucho más largo, con una forma más parecida a la de un tiburón limón o incluso a la de una ballena grande.

El megalodón, conocido científicamente como Carcharocles megalodon, fue un tiburón prehistórico que dominó los océanos hace aproximadamente hace entre 23 y 3,6 millones de años, durante el periodo Cenozoico, desde inicios del Mioceno2 hasta el ocaso del Plioceno.

El equipo de investigadores, compuesto por científicos de la Universidad de California en Riverside (Estados Unidos) y otras instituciones de todo el mundo, utilizó un enfoque innovador para estimar la longitud total del cuerpo del tiburón, yendo más allá de los métodos convencionales que se basan principalmente en el tamaño de los dientes.

Tan grande como dos autobuses escolares

Analizando la columna vertebral del megalodón y comparándola con más de un centenar de especies de tiburones vivos y extintos, los científicos lograron determinar una proporción más precisa para la cabeza, el cuerpo y la cola de este majestuoso depredador.

Los resultados de la investigación, publicados en la revista Palaeontologia Electronica, sugieren que el megalodón pudo haber alcanzado una impresionante longitud de unos 24 metros, aproximadamente el tamaño de dos clásicos autobuses escolares de Estados Unidos alineados. Además, se estima que el tiburón podría haber pesado unas 94 toneladas, similar a una gran ballena azul, aunque su cuerpo estaba adaptado para moverse de manera eficiente y energética, en lugar de perseguir presas a alta velocidad durante largos períodos.

"«Este estudio presenta el análisis más robusto realizado hasta la fecha sobre el tamaño y la forma del cuerpo del megalodón», señala el biólogo marino Phillip Sternes en un comunicado de la Universidad de California en Riverside. Y añade—: En lugar de parecerse a un tiburón blanco sobredimensionado, en realidad, el megalodón era más similar a un enorme tiburón limón, con un cuerpo más esbelto y alargado. Esta forma tiene mucho más sentido para moverse de manera eficiente en el agua».

Este es el aspecto de un tiburón galano o limón (Negaprion brevirostris), que puede crecer hasta los 3 metros de longitud. El megalodón se parecía anatómicamente a este escualo, según un nuevo estudio.

Este es el aspecto de un tiburón galano o limón (Negaprion brevirostris), que puede crecer hasta los 3 metros de longitud. El megalodón se parecía anatómicamente a este escualo, según un nuevo estudio. Cortesía: Albert Kok

Un megalodón más esbelto

Mientras que los tiburones blancos tienen un cuerpo robusto y con forma de torpedo, ideal para estallidos de velocidad, los tiburones limón (Negaprion brevirostris) presentan una figura más delgada y uniforme, con un estrechamiento menos marcado. Esta forma cilíndrica permite una natación más suave y eficiente, lo que sería una ventaja para el megalodón si su estructura fuera más similar a la de un tiburón limón.

De acuerdo con los hallazgos, el megalodón habría tenido un aspecto mucho más esbelto que el depredador voluminoso que comúnmente aparece en los medios.

Al igual que los aviones o los nadadores olímpicos, los tiburones deben minimizar la resistencia para nadar de manera fluida y eficiente.

¿Era un depredador de alta velocidad o un cazador lento y estratégico?

«Cuando nadas, lo haces con la cabeza, porque es más eficaz que hacerlo con el estómago», explica Tim Higham, biólogo de la de la Universidad de California en Riverside, que ha contribuido al estudio sobre la forma en que los animales se desplazan por el agua. Y añade—: Del mismo modo, la evolución se mueve hacia la eficiencia, la mayor parte del tiempo».

El estudio también resalta cómo los grandes animales acuáticos, incluidos los tiburones, las ballenas y los reptiles marinos extintos, siguen patrones similares en términos de proporciones corporales. «La física de la natación limita cómo de robusto o alargado puede ser un depredador masivo», agregó Higham.

En cuanto a las capacidades de nado del megalodón, el estudio arroja nueva luz sobre un tema debatido: ¿era un depredador de alta velocidad o un cazador lento y estratégico? Los resultados sugieren un equilibrio entre ambas características. Aunque probablemente nadaba a velocidades moderadas, el megalodón habría sido capaz de realizar rápidas aceleraciones para capturar a su presa.

Dado su tamaño y las exigencias energéticas, nadar constantemente a alta velocidad no habría sido eficiente.

El tamaño del megalodón en comparación con el de un submarinista.

El tamaño del megalodón en comparación con el de un submarinista. Cortesía: Kenshu Shimada/DePaul University

Un ejemplo de gigantismo

Además, el estudio indica que, al nacer, un megalodón podría haber medido cerca de 4 metros, aproximadamente el tamaño de un tiburón blanco adulto. "Es completamente posible que los cachorros de megalodón comenzaran a cazar mamíferos marinos poco después de nacer", comentó Sternes.

Uno de los avances más significativos de este estudio fue identificar al tiburón limón como el mejor modelo vivo para las proporciones del megalodón. A diferencia del tiburón blanco, los tiburones limón tienen un cuerpo más alargado. Cuando los investigadores ampliaron las proporciones de un tiburón limón a la longitud estimada del megalodón, encontraron una coincidencia casi perfecta.

«Esta investigación no solo refina nuestra comprensión de cómo era el megalodón, sino que también proporciona un marco para estudiar cómo el tamaño influye en el movimiento de los animales marinos», advierte Sternes.

Más allá de cambiar nuestra visión sobre el megalodón, el estudio ofrece nuevas perspectivas sobre por qué solo ciertos animales pueden evolucionar a tamaños tan gigantescos. «El gigantismo no se trata solo de ser más grande, sino de evolucionar el cuerpo adecuado para sobrevivir a esa escala" —dice Sternes. Y concluye— El megalodón pudo haber sido uno de los ejemplos más extremos de este fenómeno». ▪️

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