Una prueba de sangre de alta precisión diagnostica el alzhéimer y mide el grado de demencia

Un simple análisis de sangre podría revolucionar el diagnóstico del alzhéimer, ya que detecta no solo la presencia. de esta demencia, sino también cómo de avanzada está la enfermedad. Un logro clave hacia una medicina más personalizada y accesible de las enfermedades neurodegenerativas.

Por Enrique Coperías

Un nuevo estudio revela que los niveles de una proteína llamada MTBR-tau243 en sangre reflejan con precisión la acumulación tóxica de agregados de la proteína tau en el cerebro, y se correlacionan con la gravedad de la enfermedad de Alzhéimer

Un nuevo estudio revela que los niveles de una proteína llamada MTBR-tau243 en sangre reflejan con precisión la acumulación tóxica de agregados de la proteína tau en el cerebro, y se correlacionan con la gravedad de la enfermedad de Alzhéimer que sufre el paciente. Imagen generada con Gemini.

Según un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis, en Estados Unidos, y la Universidad de Lund, en Suecia, un nuevo análisis de sangre no solo permite diagnosticar la enfermedad de Alzheimer, sino también estimar el grado de avance de esta dolencia neurodegenerativa.

Actualmente existen varios análisis de sangre para detectar el alzhéimer, incluidos dos desarrollados por la citada Universidad de Washington. Estas pruebas ayudan a los médicos a diagnosticar la enfermedad en personas con síntomas cognitivos, pero no ofrecen información sobre el estadio clínico, es decir, el nivel de deterioro del pensamiento o la memoria asociado a la demencia.

Dado que las terapias actuales son más eficaces en las fases tempranas del alzhéimer, contar con un método sencillo y fiable para medir el avance de la enfermedad podría ayudar a los médicos a identificar qué pacientes tienen mayor probabilidad de beneficiarse del tratamiento. Además, esta nueva prueba también puede ayudar a determinar si los síntomas de una persona son causados realmente por el alzhéimer u obedecen a otra afección.

Ovillos letales de proteína tau

En el estudio, publicado en la revista Nature Medicine, los investigadores hallaron que los niveles de una proteína llamada MTBR-tau243 en sangre reflejan con precisión la acumulación tóxica de agregados de la proteína tau en el cerebro, y se correlacionan con la gravedad de la enfermedad.

La proteína tau desempeña un papel crucial en la enfermedad de Alzheimer. En condiciones normales, esta proteína estabiliza los microtúbulos, estructuras esenciales para el transporte de nutrientes y otras sustancias dentro de las neuronas. Sin embargo, en el alzhéimer, la tau sufre cambios químicos anormales, como la hiperfosforilación, lo que provoca que se desprenda de los microtúbulos y se acumule formando ovillos neurofibrilares.

Dichos ovillos interfieren con la comunicación neuronal y provocan la muerte de las células cerebrales. La acumulación de ovillos de tau se correlaciona con la gravedad de los síntomas cognitivos y la progresión de la demencia. Además, se cree que la proteína tau propagada de neurona a neurona, lo que contribuyen a la propagación de la patología a través del cerebro.

El ataque de dos proteínas diferentes

Analizando los niveles de esta proteína en personas con deterioro cognitivo, los investigadores han logrado distinguir entre fases tempranas y avanzadas del alzhéimer, y separar a estos pacientes de quienes presentaban síntomas causados por otras dolencias.

«Este análisis de sangre identifica claramente los ovillos de tau característicos del alzhéimer, que son nuestro mejor biomarcador para medir los síntomas y la demencia asociada», explica el doctor Randall J. Bateman, coautor principal del estudio y catedrático en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington. Y añade en un comunicado de esta institución: En la práctica clínica actual, no contamos con métodos accesibles para evaluar directamente los ovillos de tau y la demencia. Un análisis de sangre como este puede brindar una mejor indicación sobre si los síntomas se deben al alzhéimer y ayudar a los médicos a elegir el tratamiento más adecuado para cada paciente».

La enfermedad de Alzheimer se caracteriza inicialmente por la acumulación de placas de proteína amiloide en el cerebro, seguida años después por ovillos de proteína tau. Los síntomas cognitivos suelen aparecer cuando los ovillos de tau comienzan a detectarse, y empeoran a medida que se expanden.

Una alternativa a los escáneres cerebrales

El método más preciso para determinar el estadio de la enfermedad es la tomografía por emisión de positrones (PET), que permite visualizar tanto las placas de amiloide como los ovillos de tau. Sin embargo, aunque muy precisas, las tomografías PET son costosas, lentas y de acceso limitado fuera de centros especializados, lo que restringe su uso clínico.

El equipo liderado por Bateman trabaja en el desarrollo de test sanguíneos como alternativa más accesible a los escáneres cerebrales. Ya han creado dos pruebas que detectan con alta precisión la presencia de placas amiloides y que los médicos utilizan actualmente para facilitar el diagnóstico. Hasta ahora, sin embargo, no existía un análisis de sangre que reflejara con exactitud los niveles de tau en el cerebro.

En un estudio anterior, Bateman y sus colegas —entre ellos, los primeros autores Kanta Horie, profesora asociada de investigación en Neurología en la WashU Medicine, y Gemma Salvadó, entonces investigadora postdoctoral en la Universidad de Lund, además del coautor principal Oskar Hansson, profesor de Neurología en la Universidad de Lund— demostraron que los niveles de MTBR-tau243 en el líquido cefalorraquídeo se correlacionan estrechamente con la presencia de ovillos de tau en el cerebro.

El investigador de la WashU Medicine Kanta Horie coloca una muestra en un espectrómetro de masas que mide los niveles de proteínas en el plasma sanguíneo y otros fluidos.

El investigador de la WashU Medicine Kanta Horie coloca una muestra en un espectrómetro de masas que mide los niveles de proteínas en el plasma sanguíneo y otros fluidos. Horie codirigió el desarrollo de un análisis de sangre para la enfermedad de Alzheimer que diagnostica y clasifica la enfermedad utilizando espectrometría de masas para medir el nivel de una proteína llamada MTBR-tau243. Cortesía: Matt Miller

Participantes con diferentes grados de alzhéimer

En esta nueva investigación, ampliaron su análisis a la sangre, que es mucho más fácil de obtener que el líquido cefalorraquídeo, el cual requiere una punción lumbar.

Los investigadores desarrollaron una técnica para medir los niveles de MTBR-tau243 en sangre y los compararon con la cantidad de ovillos de tau en el cerebro, medida mediante escáneres PET. Evaluaron su enfoque en dos grupos: 108 voluntarios del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer Charles F. y Joanne Knight de WashU Medicine, y un subconjunto de 55 personas de la cohorte sueca BioFINDER-2. Para validar su generalización, probaron la técnica en un tercer grupo independiente de 739 personas del resto de la cohorte BioFINDER-2.

Los participantes representaban un amplio espectro de la progresión del alzhéimer —excepto las fases más avanzadas—,desde el estado presintomático, cuando hay amiloide en el cerebro pero las personas aún no presentan deterioro cognitivo, hasta etapas tardías con demencia manifiesta. También incluyeron personas cognitivamente sanas sin beta amiloide, y otras con síntomas cognitivos causados por afecciones distintas al alzhéimer.

Una precisión del 92%

El análisis mostró que los niveles de MTBR-tau243 en sangre reflejan la presencia de ovillos de tau en el cerebro con una precisión del 92%. Estos niveles eran normales en personas sin síntomas, independientemente del estado del amiloide, lo que indica que la proteína MTBR-tau243 no se eleva en etapas presintomáticas.

En personas con síntomas cognitivos atribuibles al alzhéimer, los niveles de MTBR-tau243 estaban claramente elevados en quienes se encontraban en una fase leve de deterioro cognitivo, y eran hasta doscientas veces más altos en quienes presentaban demencia.

Esta diferencia permitió distinguir con claridad entre etapas tempranas y avanzadas de la enfermedad. Además, los niveles de MTBR-tau243 permanecían normales en personas con síntomas causados por otros tipos de demencia, lo que refuerza la utilidad de esta prueba para distinguir el alzhéimer de otras condiciones.

Nuevos medicamentos a punto de llegar

La tecnología de este nuevo análisis de sangre incluye mediciones de otra forma de tau conocida como p-tau217. «Probablemente usaremos el p-tau217 en sangre para diagnosticar si una persona tiene alzhéimer, pero el MTBR-tau243 será un complemento muy valioso tanto en el ámbito clínico como en la investigación», señala Hansson. Y añade—: Cuando ambos biomarcadores son positivos, la probabilidad de que el alzhéimer sea la causa de los síntomas cognitivos aumenta considerablemente en comparación con cuando solo el p-tau217 es anómalo».

En palabras de Hansson, «esta distinción resulta esencial para seleccionar el tratamiento más adecuado para cada paciente».

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) estadounidense ya ha aprobado dos tratamientos que ralentizan la progresión del alzhéimer mediante la reducción del amiloide cerebral. Según Horie, es probable que pronto se aprueben nuevos medicamentos, incluidos varios dirigidos a la proteína tau y a otros procesos relacionados con la enfermedad.

Imagen microscópica de una neurona sana (izquierda) y de una neurona con ovillos neurofibrilares compuestos de proteína tau.

Imagen microscópica de una neurona sana (izquierda) y de una neurona con ovillos neurofibrilares compuestos de proteína tau.

Hacia una medicina personalizada para la demencia

Con pruebas de sangre que permitan diagnosticar y clasificar el estadio de la enfermedad, los médicos podrán adaptar los tratamientos al perfil específico de cada paciente.

«Estamos a las puertas de una nueva era de medicina personalizada para el alzhéimer», afirma Horie. Y añade—: En etapas tempranas, con pocos ovillos de tau, las terapias antiamiloides pueden ser más eficaces. Pero cuando aparece la demencia con altos niveles de tau, podrían ser más apropiadas las terapias dirigidas contra la tau u otros enfoques en desarrollo».

Y a modo de conclusión, añade lo siguiente: «Una vez que contemos con un análisis de sangre clínicamente disponible para determinar el estadio, y con tratamientos adecuados para cada fase, los médicos podrán ofrecer planes terapéuticos más personalizados y eficaces».▪️

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