¿Son los bebés lectores de labios? Un estudio revela su sorprendente talento para el lenguaje
Los bebés pueden reconocer sonidos del habla con solo ver el movimiento de los labios, incluso antes de los seis meses. Un nuevo estudio desafía lo que creíamos sobre el aprendizaje del lenguaje.
Por Enrique Coperías
Si alguna vez has notado que tu bebé te mira fijamente mientras hablas, es porque está captando algo más que sonidos: está aprendiendo cómo se hacen esos sonidos, dice un nuevo estudio. Foto: Jonathan Borba
Durante mucho tiempo, los científicos han creído que los bebés comienzan a especializarse en los sonidos del habla de su lengua materna alrededor de los 6 a 10 meses de edad, en un proceso conocido como sintonización perceptiva.
Según esta idea, primero aprenden a distinguir sonidos relevantes de su idioma y, más adelante, desarrollan la capacidad de extraer características fonológicas. Sin embargo, un nuevo estudio desafía esta noción al demostrar que los bebés de tan solo cuatro meses ya pueden reconocer sonidos del lenguaje, incluso sin necesidad de escucharlos.
Este descubrimiento, realizado por un equipo de investigadores del MARCS Institute for Brain, Behaviour, and Development en Australia, coordinado por Eylem Altuntas, cambia nuestra comprensión sobre el desarrollo del lenguaje. No solo muestra que los bebés pueden diferenciar entre distintas formas de producir consonantes, sino que también son capaces de aplicar esta información de manera amodal, es decir, reconociendo los sonidos del habla tanto al oírlos como al ver a alguien hablar.
¿Cómo se estudia el lenguaje en bebés?
Esto sugiere que la abstracción fonológica —la capacidad de reconocer y generalizar patrones de sonidos del habla sin necesidad de asociarlos a palabras específicas— comienza antes de lo que se pensaba, incluso antes de que los bebés se especialicen en los sonidos del lenguaje.
Los bebés no pueden decirnos lo que piensan, pero los científicos han desarrollado métodos ingeniosos para medir lo que aprenden. En este estudio, los investigadores usaron un experimento de aprendizaje asociativo, en el que los bebés de entre cuatro y seis meses fueron expuestos a palabras artificiales en dos minilenguajes distintos.
En uno de estos lenguajes, todas las palabras comenzaban con sonidos labiales (por ejemplo, ba, va, wa), mientras que en el otro, todas las palabras comenzaban con sonidos coronales producidos con la punta de la lengua (como da, za, la).
Medusas y cangrejos
Para evaluar si los bebés podían reconocer y abstraer estas diferencias, primero se les entrenó con audio, emparejando cada conjunto de palabras con una imagen de un animal; por ejemplo, los sonidos labiales, con una medusa —
jellyfish, en inglés—y los sonidos linguales, con un cangrejo —crab, en inglés—.
Posteriormente, en la fase de prueba, los bebés vieron vídeos sin audio de una persona pronunciando palabras de estos minilenguajes. Lo interesante es que los bebés miraban más tiempo cuando las palabras coincidían con las que habían aprendido previamente, lo que indica que habían abstraído la relación entre los sonidos del habla y los movimientos de los labios, incluso sin escuchar el audio.
Tradicionalmente, los científicos han creído que el aprendizaje del lenguaje sigue una secuencia rígida: primero, los bebés afinan su capacidad para discriminar sonidos de su lengua materna y, solo después, comienzan a desarrollar categorías fonológicas abstractas.
Lectura de labios
Sin embargo, los resultados de este estudio sugieren que la abstracción fonológica ocurre antes de que los bebés se especialicen en los sonidos del idioma.
Estos resultados coinciden con investigaciones previas en adultos adoptados. Estudios anteriores han demostrado que adultos que fueron adoptados en un país con un idioma diferente cuando tenían solo entre tres y cicno meses, y que nunca volvieron a escuchar su lengua de nacimiento, aún conservaban cierta habilidad para reconocer sonidos de ese idioma muchos años después.
Esto sugiere que el cerebro de los bebés ya había creado representaciones fonológicas abstractas desde una edad muy temprana.
Además, este nuevo estudio demuestra que la percepción del habla es amodal, lo que significa que los bebés no solo escuchan los sonidos, sino que también pueden reconocerlos visualmente al observar el movimiento de los labios.
¿Cómo sabemos que los bebés realmente aprenden?
Para demostrar que los bebés realmente estaban aprendiendo, los investigadores midieron cuánto tiempo pasaban mirando la pantalla en diferentes condiciones. En la fase de entrenamiento, los bebés vieron imágenes junto con los sonidos del minilenguaje y, como se esperaba, miraban más tiempo al principio. Sin embargo, con el tiempo, sus miradas de atención disminuyeron, lo que indica que habían aprendido la asociación.
En la fase de prueba, los investigadores presentaron vídeos sin audio de una persona hablando, pero ahora con las imágenes intercambiadas. Si los bebés no hubieran aprendido nada, habrían mirado al azar. Sin embargo, los resultados mostraron que miraban significativamente más cuando la imagen coincidía con la categoría de sonidos que habían aprendido.
Esto sugiere que habían almacenado información sobre cómo se producen los sonidos del habla y podían reconocer esa diferencia solo con la imagen de la persona hablando.
Ejemplos de ensayos en fase de entrenamiento y prueba. Nota: Las palabras que se muestran aquí son solo ejemplos de las 240 palabras por idioma. Cortesía: Eylem Altuntas / Developmental Science
Implicaciones para el desarrollo del lenguaje
Este estudio, publicado en la revista Developmental Science, cambia nuestra comprensión sobre cómo los bebés procesan el lenguaje, y tiene implicaciones importantes para el desarrollo cognitivo. Si los bebés pueden extraer información fonológica a tan temprana edad, esto sugiere que la base para aprender un idioma se establece mucho antes de lo que se pensaba, afirman los autores del trabajo.
Estos hallazgos también pueden ayudar en la detección precoz de problemas del habla. Si los bebés con dificultades en la abstracción fonológica pueden ser identificados antes de los seis meses, se podrían desarrollar estrategias para ayudarlos antes de que el problema se vuelva más difícil de tratar.
Otra implicación es que los bebés pueden beneficiarse de la exposición multisensorial al habla. Ver a las personas hablar, además de escucharlas, podría ser clave para el aprendizaje del lenguaje.
Antes de los seis meses
En palabras de Altuntas, este experimento aporta evidencia sólida de que los bebés son capaces de abstraer características fonológicas del habla antes de los seis meses, mucho antes de que ocurra la especialización lingüística. Además, muestra que esta abstracción es amodal, es decir, los bebés pueden reconocer sonidos tanto al escucharlos como al ver a alguien hablar.
Sin duda alguna, estos hallazgos desafían teorías establecidas sobre el desarrollo del lenguaje y sugieren que el cerebro humano está preparado para procesar el habla de manera más sofisticada desde los primeros meses de vida. A medida que avancen las investigaciones, podríamos descubrir aún más sobre cómo los bebés aprenden un idioma y qué factores influyen en este proceso.▪️
Fuente: Eylem Altuntas, Catherine T. Best, Marina Kalashnikova, Antonia Götz, Denis Burnham. Phonological Feature Abstraction Before 6 Months: Amodal Recognition of Place of Articulation Across Multiple Consonants. Developmental Science (2025). DOI: https://doi.org/10.1111/desc.13605