Confirmado por la ciencia: «No es lo que dices, sino cómo lo dices»

Los científicos han descubierto que el giro de Heschl, una región clave del cerebro, no solo procesa sonidos, sino que también descifra la entonación y el significado oculto en el habla. Este hallazgo revoluciona nuestra comprensión del lenguaje y podría transformar la IA y la rehabilitación del habla.

Por Enrique Coperías

El tono, la entonación y la forma en que se comunica un mensaje pueden influir en el receptor más que el contenido en sí.

El tono, la entonación y la forma en que se comunica un mensaje pueden influir en el receptor más que el contenido en sí. Los científicos han descubierto que una zona del cerebro conocida como giro de Heschl tiene mucho que decir en esta asociación. Cortesía: Jason Rosewell

Probablemente hayas utilizado en más de una ocasión la frase «No es lo que dices, sino cómo lo dices» para hacer significar que el tono, la entonación y la forma en que se comunica un mensaje pueden influir más que el contenido en sí. La intuición venía a decirnos que seguramente es así, que la manera en que transmitimos una idea puede afectar a la interpretación y reacción de los demás, ya sea en una conversación cotidiana, en una negociación o en cualquier tipo de interacción humana.

Pues bien, ahora la neurociencia ha conformado que esta frase hecha tiene una base científica.

En efecto, un estudio pionero ha demostrado que una región del cerebro, tradicionalmente vinculada al procesamiento auditivo, desempeña un papel crucial en la interpretación del lenguaje.

La clave se halla en el giro de Heschl

Investigadores de la Universidad del Noroeste, la Universidad de Pittsburgh y la Universidad de Wisconsin-Madison han descubierto que el llamado giro de Heschl (HG), una región del córtex auditivo primario ubicada en el lóbulo temporal del cerebro, no solo procesa sonidos, sino que también transforma las variaciones sutiles en el tono—conocidas como prosodia—en información lingüística esencial.

Esta capacidad permite a los seres humanos captar el énfasis, la intención y el significado implícito en una conversación.

El estudio, publicado en la revista Nature Communications, desafía la idea de que la prosodia se procesa exclusivamente en la circunvolución temporal superior (STG), una región cerebral clave para la percepción del habla. Según Bharath Chandrasekaran, investigador principal del trabajo y catedrático en la Universidad del Noroeste, los hallazgos replantean por completo nuestra comprensión sobre cómo, dónde y a qué velocidad maneja nuestro cerebro los matices del habla.

Alicia en el país de… la neurociencia

«Este descubrimiento redefine la arquitectura de la percepción del lenguaje —explica Chandrasekaran en un coomunicado de la Universidad del Noroeste. Y añade—: Si bien llevamos décadas estudiando cómo el cerebro abstrae el habla, este es el primer estudio que analiza cómo las variaciones sutiles del tono se procesan a nivel neuronal".

Para realizar esta investigación, el equipo trabajó con once pacientes adolescentes con epilepsia grave, a quienes se les implantaron electrodos en la corteza cerebral como parte de su tratamiento neuroquirúrgico.

A diferencia de los estudios tradicionales que dependen de técnicas no invasivas y menos precisas, este enfoque permitió grabar con gran resolución la actividad neuronal mientras los pacientes escuchaban un audiolibro de Alicia en el país de las maravillas.

Dos zonas del cerebro, al habla

El equipo de científicos registró en tiempo real cómo múltiples regiones cerebrales respondían a los cambios de entonación en la voz. El giro de Heschl mostró una actividad sorprendente: en lugar de solo procesar el sonido como un fenómeno acústico, categorizaba los cambios en el tono como elementos lingüísticos fundamentales.

Este procesamiento ocurrió de forma separada a la interpretación de los sonidos individuales que forman las palabras, lo que indica que esta región del lóbulo temporal no solo detecta la prosodia, sino que la abstrae y la codifica en categorías significativas para el lenguaje.

Uno de los hallazgos más llamativos es que el giro de Heschl supera a la circunvolución temporal superior en la diferenciación de los acentos tonales, lo que supone un desafío a la idea de que la prosodia solo se procesaba en áreas cerebrales posteriores.

Cómo el cerebro capta la melodía del habla

Utilizando modelos multivariados, los investigadores confirmaron que el giro de Heschl no solo responde a cambios espectrotemporales del sonido, sino que crea representaciones abstractas de los acentos tonales.

G. Nike Gnanateja, coautor principal del estudio y profesor en la Universidad de Wisconsin-Madison, subraya la importancia de estos hallazgos: «Nuestro estudio desafía suposiciones ampliamente aceptadas sobre cómo el cerebro capta la melodía del habla. Aunque el tono varía constantemente en nuestras conversaciones, el cerebro crea representaciones estables para entenderlo».

Además, el estudio apunta a que el procesamiento prosódico ocurre mucho antes en la secuencia auditiva de lo que se pensaba. Esto sugiere que el giro de Heschl juega un papel fundamental en la estructuración del mensaje del hablante para el oyente.

Aunque los primates no humanos pueden procesar las mismas señales acústicas que nosotros, no logran abstraer los acentos tonales como categorías lingüísticas, según apunta el nuevo estudio.

Aunque los primates no humanos pueden procesar las mismas señales acústicas que nosotros, no logran abstraer los acentos tonales como categorías lingüísticas, según apunta el nuevo estudio. Cortesía: Michael Bautz

¿Es una habilidad exclusivamente humana?

Para profundizar en el origen de esta capacidad, los investigadores realizaron estudios en primates no humanos. A pesar de procesar las mismas señales acústicas que los humanos, los primates no mostraron la capacidad de abstraer los acentos tonales como categorías lingüísticas.

Esto refuerza la hipótesis de que el lenguaje y su entonación dependen de la experiencia y el aprendizaje humano, lo que distingue nuestra comunicación de la de otras especies.

Los hallazgos tienen implicaciones revolucionarias en diversas áreas, como la rehabilitación del habla y el desarrollo de asistentes de voz más avanzados. Comprender cómo el cerebro humano procesa la prosodia podría ayudar a:

✅ Mejorar terapias para trastornos del lenguaje, como el autismo o la disprosodia tras un ictus.

✅ Desarrollar una inteligencia artificial (IA) capaz de reconocer matices de tono e intención en el lenguaje hablado.

✅ Optimizar sistemas de reconocimiento de voz, acercando el procesamiento del lenguaje natural a la percepción humana.

«Nuestros hallazgos pueden transformar la manera en que entendemos la comunicación humana y cómo desarrollamos tecnologías para interactuar con ella», concluye Chandrasekaran. En efecto, su estudio redefine lo que sabemos sobre la percepción del habla y confirma que, en el lenguaje, cómo lo decimos importa tanto como lo que decimos. ▪️

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