¿Cómo reaccionamos ante una ruptura sentimental? Esto es lo que dice la ciencia

Cuando una relación se rompe y uno quiere seguir, las emociones pueden ser un torbellino. Un nuevo estudio revela cómo reaccionamos realmente ante una ruptura no deseada… y lo hacemos en general de tres formas posibles.

Por Enrique Coperías

Un estudio griego ha descubierto trece formas de reaccionar ante una ruptura de pareja, que pueden agruparse en tres grande categorías. Imagen generada con DALL-E

Las rupturas amorosas son experiencias humanas universales. Aunque todos deseamos que nuestras relaciones íntimas sean duraderas, muchas terminan antes de lo esperado.

Por ejemplo, un estudio británico de OnePoll, empresa de investigación de mercados y encuestas con sede en el Reino Unido, encontró que la duración promedio de una relación romántica es de dos años y nueve meses antes de terminar o consolidarse en algo más serio. Y según datos de Eurostat, en Europa un matrimonio tiene una vida de media dieciséis años antes de que ocurra un divorcio. Una proporción que se cumple también para España; el INE (Instituto Nacional de Estadística) informa de que la duración media de los matrimonios que terminan en divorcio es de 16,8 años (datos de 2023).

Pero ¿cómo reaccionamos cuando nuestra pareja decide cortar la relación y nosotros no queremos? ¿Hay patrones comunes de comportamiento o emociones?

Un reciente estudio científico, llevado a cabo por los investigadores Menelaos Apostolou, Isaias Taliadoros y Timo Juhani Lajunen, del Departamento de Ciencias Sociales en la Universdad de Nicosia (Chipre) aborda esta cuestión desde una perspectiva evolutiva y psicológica para entender mejor nuestras respuestas ante una ruptura no deseada.

Una mirada evolutiva a las rupturas

En las conclusiones del trabajo, que han sido publicadas en la revista Evolutionary Psychology, podemos leer que, ante el fin de una relación amorosa, la mayoría de las personas responde con tristeza, muestran curiosidad por los motivos del fracaso o emprenden intentos por seguir adelante.

Desde la óptica de la evolución, las relaciones íntimas son importantes porque ayudan a garantizar la reproducción y el cuidado de los hijos. Perder a una pareja, por tanto, supone una amenaza potencial para nuestra aptitud biológica, es decir, para nuestra capacidad de dejar descendencia.

Por eso, el estudio plantea que las emociones que sentimos tras una ruptura podrían haberse desarrollado como mecanismos adaptativos: por ejemplo, la tristeza o la ira podrían haber tenido la función de hacernos reflexionar sobre lo ocurrido, evitar errores futuros o intentar salvar la relación.

El papel de las emociones y la autoestima

Además, cuando uno invierte tiempo, emociones y recursos en una pareja, su pérdida se vive como una pérdida de inversión. Todo esto genera un coste emocional importante para la persona que no quiere terminar la relación.

Las emociones son clave para entender cómo reaccionamos. La tristeza, el enfado, la desesperación y el bajón anímico no son simples efectos colaterales: podrían haber evolucionado para empujarnos a actuar de forma que aumente nuestras posibilidades de mantener la relación o, al menos, de aprender de la experiencia. Incluso la autoestima entra en juego: según la teoría del sociómetro, cuando nos rechazan, percibimos que nuestro valor como pareja ha disminuido, lo que nos empuja a revisar nuestras estrategias de relación.

La teoría del sociómetro es una idea fascinante en psicología que explica para qué sirve la autoestima desde una perspectiva evolutiva. Fue propuesta por el psicólogo Mark Leary en los años 90 y nos dice, en pocas palabras, que la autoestima actúa como un sensor interno que mide cómo de aceptados o valorados nos sentimos por los demás.

¿Qué dice la gente que haría tras una ruptura?

Imagina que tu autoestima es como un medidor de gasolina, pero en lugar de combustible, lo que indica es tu nivel de aceptación social. Según esta teoría: si las personas te valoran, te aprecian o te incluyen, tu autoestima sube; y si te critican, te ignoran o te rechazan, tu autoestima baja.

Para explorar estas reacciones, los investigadores realizaron un estudio en dos fases con más de seiscientos participantes de habla griega. En la primera fase, se les pidió que imaginaran que su pareja quería terminar la relación y que indicaran cómo reaccionarían. A partir de estas respuestas abiertas, se identificaron 79 posibles reacciones.

En la segunda fase, se pidió a otro grupo que calificara la probabilidad de tener esas reacciones usando una escala del uno al cinco. Mediante análisis estadísticos, los autores agruparon estas respuestas en trece tipos de reacciones, que a su vez se agruparon en tres grandes bloques.

Las trece formas de reaccionar:

  1. Sentirse triste: La reacción más frecuente. Más del 90% dijo que probablemente se sentiría triste, herido o decaído.

  2. Buscar explicaciones: Muchos dijeron que preguntarían a su pareja por qué quiere terminar, e intentarían entender qué ha fallado.

  3. Ocuparse con otras cosas: Salir con amigos, trabajar más o hacer actividades para distraerse.

  4. Aceptar la ruptura con dignidad: Una proporción importante manifestó que trataría de aceptar la decisión y seguir adelante.

  5. Intentar cambiar la decisión de la pareja: Algunos dijeron que intentarían convencer a la pareja de seguir.

  6. Cortar todo contacto: Desde bloquear a la pareja en las redes sociales hasta eliminar todo rastro de ella.

  7. Buscar ayuda psicológica: Algunos indicaron que acudirían a un terapeuta o sugerirían ir en pareja.

  8. Enfurecerse: Aunque no todos lo reconocen, una parte de los encuestados se imaginó reaccionando con rabia o sintiéndose traicionado.

  9. Depresión o aislamiento: Cierre emocional, pérdida de interés, desesperanza.

  10. Sexo por venganza: Buscar una nueva pareja (incluso alguien del círculo de ella) como forma de venganza.

  11. Agresión física o verbal: Desde insultar hasta gestos violentos, aunque fue de las reacciones menos frecuentes.

  12. Amenazas de autolesión: Una minoría dijo que podría amenazar con hacerse daño.

  13. Espiar a la expareja: Vigilar sus redes sociales o preguntar a amigos en común.

Algunos estudios sugieren que existe un punto crítico alrededor de los cuatro años, donde muchas relaciones experimentan crisis o rupturas. Otros trabajos indican que los siete años también son una etapa vulnerable, donde la relación se fortalece o se debilita. Foto: Masha S.

Tres grandes bloques de reacciones

A través del análisis de los datos, los investigadores agruparon estas trece reacciones en tres categorías mayores:

✅ Aceptar y olvidar: Incluye cortar contacto, aceptar la ruptura y tratar de pasar página. Fue el tipo de reacción más frecuente.

✅ Tristeza y depresión: Agrupa emociones como el dolor, el deseo de entender lo que ocurrió y el intento de buscar apoyo.

✅ Agresión física y psicológica: Engloba las respuestas más problemáticas, como los deseos de venganza, la agresividad y las amenazas.

¿Influye el género, la edad o el estado sentimental?

Los resultados mostraron que, en general, hombres y mujeres reaccionan de forma similar. La única diferencia significativa fue que los ellos reportaron con más frecuencia intenciones de tener sexo por venganza.

También se observó que las personas mayores son más propensas a aceptar la ruptura y menos propensas a intentar convencer a la pareja de quedarse o a deprimirse, quizá por mayor experiencia o madurez emocional.

Curiosamente, estar en pareja o no en el momento del estudio no tuvo un efecto significativo sobre cómo se imaginaban reaccionando ante una hipotética ruptura.

Creer frente a hacer

Aunque este estudio ofrece una imagen muy completa y matizada de cómo las personas pueden reaccionar ante una ruptura no deseada, los propios autores reconocen algunas limitaciones. Por ejemplo, el estudio se basó en lo que la gente cree que haría, no en lo que hizo realmente.

También se centró en una muestra cultural concreta —en concreto, la griega—, por lo que futuras investigaciones deberían explorar diferencias culturales o estudiar directamente experiencias reales de ruptura.

Además, sería interesante analizar cómo influyen otros factores, como la duración de la relación, la presencia de hijos, la personalidad y el motivo de la ruptura: infidelidad, incompatibilidad, estrés económico, falta de apoyo familiar...

Más empáticos con nosotros mismos y los demás

En palabras de los autores del estudio, romper con alguien que aún queremos es una experiencia emocionalmente intensa y compleja. Este trabajo muestra que las personas pueden reaccionar de muchas maneras distintas, desde la tristeza profunda hasta la aceptación madura o incluso la agresividad.

Comprender estas respuestas no solo nos ayuda a ser más empáticos con nosotros mismos y los demás, sino que puede servir también para prevenir consecuencias más graves, como la violencia o los problemas de salud mental.

Saber cómo reaccionamos es un paso importante hacia relaciones más sanas y decisiones más conscientes. ▪️

  • Fuente: Apostolou, M., Taliadoros, I., & Lajunen, T. J. (2025). How People React to the Termination of  an Intimate Relationship: An Exploratory  Mixed-Methods Study. Evolutionary Psychology (2025). DOI: https://doi.org/10.1177/14747049241312231

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