El canto de las ballenas tiene una estructura similar al lenguaje humano

Las ballenas jorobadas podrían compartir con los seres humanos un principio clave del lenguaje. Un estudio revela que su canto sigue patrones estadísticos similares a los de todas las lenguas humanas.

Por Enrique Coperías

Una nueva investigación revela que el canto de las ballenas jorobadas sigue patrones estadísticos característicos de las lenguas humanas. Imagen generada con Grok

El canto de las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae), también llamadas ballenas yubartas, es un ejemplo fascinante de comportamiento complejo y transmisión cultural. Sin embargo, hasta ahora, existían pocas pruebas de que su estructura se asemejara a la del lenguaje humano. Este, al igual que el canto de las ballenas, se transmite culturalmente y presenta patrones o reglas recurrentes cuya frecuencia de uso sigue un esquema específico.

En los seres humanos, estas propiedades facilitan el aprendizaje y pueden ser clave para la transmisión del lenguaje de generación en generación.

En un avance innovador, los autores de un estudio, publicado en la revista Science, han aplicado a grabaciones de ballenas jorobadas métodos inspirados en cómo los bebés humanos identifican palabras en el habla. El análisis reveló que el canto de las ballenas exhibe las mismas estructuras estadísticas presentes en todos los idiomas humanos, y ha desentrañado patrones que no se habían detectado hasta ahora.

Dos especies unidas por su sistema de comunicación

Este hallazgo resalta un vínculo inesperado entre dos especies evolutivamente distantes, pero unidas por la transmisión cultural de sus sistemas de comunicación.

Durante mucho tiempo, el lenguaje ha sido considerado una característica exclusiva del Homo sapiens, y se ha diferenciado de cualquier otra forma de comunicación en el reino animal. No obstante, el nuevo estudio en Science identifica en el canto de las ballenas jorobadas la misma estructura estadística, o sea, patrones matemáticos similares, que define el lenguaje humano.

El estudio, liderado por la profesora Inbal Arnon, de la Universidad Hebrea; la doctora Ellen Garland, de la Universidad de Stm Andrews; y el profesor Simon Kirby, de la Universidad de Edimburgo, contó con la colaboración de las doctoras Claire Garrigue (IRD Nueva Caledonia), Jenny Allen (Universidad Griffith) y Emma Carroll (Universidad de Auckland). Esta investigación representa una colaboración interdisciplinaria única entre lingüistas, científicos del desarrollo, biólogos marinos y ecólogos del comportamiento.

Una cría de ballena jorobada nada junto a su madre. Cortesía: Marc-Quintin

Unos cantos impresionantes, aprendidos y transmitidos

El canto de la ballena jorobada es uno de los ejemplos más impresionantes de un comportamiento socialmente aprendido y transmitido culturalmente en un animal no humano. A pesar de que su canto posee una estructura sistemática, hasta ahora no había evidencia suficiente de su similitud con el lenguaje humano. Un desafío clave en el estudio de la comunicación animal es identificar los componentes relevantes del sistema.

El avance fundamental de este estudio radica en la aplicación de principios del aprendizaje infantil del lenguaje a ocho años de datos de canto de ballenas jorobadas recolectados en Nueva Caledonia, en el océano Pacífico. Los investigadores descubrieron que el canto de estas ballenas presentaba las mismas propiedades estadísticas que todos los idiomas humanos conocidos. Detectaron unidades recurrentes cuya frecuencia seguía una distribución sesgada particular, un patrón no observado previamente en ninguna otra especie no humana.

Este hallazgo sugiere una conexión inesperada entre dos especies sin relación cercana: los seres humanos y las ballenas jorobadas. Ambas comparten la transmisión cultural de sus sistemas de comunicación, lo que subraya el papel esencial del aprendizaje y la transmisión en la aparición de estructuras lingüísticas. Elementos fundamentales del lenguaje humano, tradicionalmente considerados distintivos de nuestra especie, podrían, de hecho, estar presentes en especies evolutivamente distantes.

Tal vez se asemeja más a la música humana

«Descubrir esta estructura oculta en el canto de las ballenas fue inesperado, pero sugiere que este comportamiento cultural puede proporcionar información crucial sobre la evolución de la comunicación compleja en el reino animal —dice Garland en un comunicado de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Y añade—: El canto de las ballenas no es un lenguaje en el sentido estricto; carece de significado semántico. Tal vez se asemeje más a la música humana, que también presenta esta estructura estadística, pero sin el significado expresivo del lenguaje».

En palabras de Garland, «no está claro si las unidades detectadas con este método inspirado en el aprendizaje infantil son relevantes para las ballenas mismas».

«El uso de estrategias basadas en cómo los bebés aprenden el lenguaje nos permitió identificar una estructura previamente no detectada en el canto de las ballenas —dice la profesora Arnon. Y continúa—: Este estudio demuestra cómo el aprendizaje y la transmisión cultural pueden influir en la estructura de los sistemas de comunicación. Es posible que encontremos una estructura estadística similar allí donde se transmita culturalmente un comportamiento secuencial complejo».

Espectrograma de la grabación del canto de una ballena jorobada, registrado en 2017.

Espectrograma de la grabación del canto de una ballena jorobada, registrado en 2017. Los investigadores encontraron evidencias claras de una distribución Zipf en los cantos de estos cetáceos, así como otras características del lenguaje humano, caso de la coherencia estadística y la brevedad de las subsecuencias. Cortesía: OperationCetaces

La curiosa distribución zipfian

Para la profesora Arnon, «esto plantea la intrigante posibilidad de que las ballenas jorobadas, al igual que los bebés humanos, puedan aprender su canción mediante el seguimiento de las probabilidades de transición entre los elementos de sonido, y el uso de caídas en esas probabilidades como una pista para segmentar la canción».

Para esta lingüista, la principal similitud hallada entre el canto de las ballenas jorobadas y el habla humana es una regularidad conocida como distribución zipfian. Esta es un patrón matemático que describe cómo se organizan las frecuencias de uso de palabras en un idioma: la palabra más común aparece aproximadamente el doble de veces que la segunda más frecuente, el triple que la tercera y así sucesivamente.

Este fenómeno, identificado por el lingüista George Zipf, no solo se observa en el lenguaje humano, sino también en otros sistemas complejos, como las redes sociales, la distribución de ciudades por población y, según este nuevo trabajo, en el canto de las ballenas jorobadas.

Para los autores del estudio, la distribución zipfian refleja la transmisión cultural del lenguaje. Este patrón también se ha encontrado en bebés durante los inicios de la producción del lenguaje.

«Nuestros hallazgos sugieren que la evolución del lenguaje puede entenderse mejor no solo estudiando a nuestros parientes primates más cercanos, sino también explorando casos de evolución convergente en otras especies —sostiene el profesor Kirby. Y añade—: Más allá de cómo el lenguaje se emplea para expresar significados, debemos considerar cómo se aprende y se transmite culturalmente a lo largo de múltiples generaciones».

«Estos descubrimientos desafían la idea de que el lenguaje humano es completamente único, al revelar similitudes profundas entre especies evolutivamente distantes», comenta el profesor Kirby a modo de conclusión.

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