El queso Camembert mejora la memoria y el aprendizaje
Un estudio con ratones arroja luz sobre los posibles beneficios cognitivos y neuroprotectores de unos componentes del queso Camembert.
Por Enrique Coperías
El queso Camembert ha demostrado ser un aliado inesperado en la lucha contra el deterioro cognitivo. Sus amidas de ácidos grasos, especialmente la miristamida, destacan como agentes clave en la mejora de la memoria y la promoción de la salud cerebral. Imagen generada con Grok
Un grupo de científicos de la Universidad de Kioto, en Japón, ha desvelado los potenciales beneficios cognitivos del queso Camembert. Según un estudio reciente publicado en Neuroscience Research, las amidas de ácidos grasos generadas durante el proceso de fermentación del queso pueden mejorar el deterioro cognitivo en modelos animales, lo que abre nuevas perspectivas para abordar el envejecimiento cerebral y las enfermedades neurodegenerativas.
El experimento, diseñado para investigar los efectos de este queso fermentado sobre la memoria, se enfocó en cómo ciertos compuestos derivados del Camembert afectan a la función del hipocampo en ratones. Este enfoque resulta particularmente relevante, ya que el hipocampo es una región cerebral clave en la memoria y el aprendizaje, y a menudo es una de las primeras áreas afectadas en trastornos como el alzhéimer.
Alimentos fermentados y salud cerebral
Los alimentos fermentados han ganado reconocimiento por sus beneficios para la salud debido a su capacidad para generar compuestos bioactivos únicos. Durante el proceso de fermentación, las enzimas microbianas transforman los componentes básicos de los alimentos y crean nuevas moléculas que no están presentes en los alimentos originales.
En este caso, el Camembert, fermentado con el hongo Penicillium camemberti, produce varias amidas de ácidos grasos, entre ellas la miristamida (MA), la oleamida (OA) y la estearamida (SA).
La conexión entre la dieta y la salud cerebral no es nueva. Estudios epidemiológicos han indicado que una dieta rica en productos lácteos puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo y enfermedades como la demencia. Este nuevo trabajo refuerza estas evidencias, y se enfoca en un alimento específico y analiza no solo su impacto funcional, sino también los mecanismos moleculares subyacentes.
Explorando el queso y sus compuestos
El estudio utilizó ratones sometidos a una dieta alta en grasas (HFD, por sus siglas en inglés), conocida por inducir deterioro cognitivo y alterar la función neuronal. Los investigadores administraron Camembert a los ratones, y evaluaron su memoria usando pruebas como el test de reconocimiento de objetos (ORT) y el test de ubicación de objetos (OLT), ambas diseñados para medir la memoria dependiente del hipocampo.
Los resultados fueron sorprendentes: la administración oral de Camembert a una dosis de 15 g/kg mejoró significativamente la capacidad de los ratones para reconocer objetos novedosos, una medida directa de su memoria. Este hallazgo destacó que el queso no solo contrarresta los efectos negativos de la dieta alta en grasas, sino que también promueve la función cognitiva.
Posteriormente, los científicos centraron su atención en las amidas de ácidos grasos, en particular la citada miristamida, un compuesto generado durante la fermentación del queso. Al administrar miristamida pura, Kohei Kawano y sus colegas de la División de Ciencias de los Alimentos y Biotecnología, en la Universidad de Kyoto, observaron mejoras significativas en la memoria de los ratones, incluso a dosis bajas.
Este efecto, sin embargo, no se replicó con el ácido mirístico no amidado, lo que sugiere que el proceso de amidación es clave para potenciar la actividad biológica.
Factores neurotróficos: el puente hacia la mejora cognitiva
Un aspecto crucial del estudio fue la evaluación de los cambios moleculares inducidos por la miristamida en el cerebro de los roedores. En particular, los investigadores analizaron los niveles de expresión de varios factores neurotróficos en el hipocampo, como el BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), el NGF (factor de crecimiento nervioso) y el VEGF (factor de crecimiento endotelial vascular), entre otros.
El BDNF, conocido por su papel en la neuroprotección y la sinaptogénesis —proceso mediante el cual se forman nuevas conexiones (sinapsis) entre las neuronas, lo que permite la comunicación entre ellas—, mostró un aumento significativo tras la administración de miristamida.
Este aumento sugiere que el compuesto no solo mejora la memoria a corto plazo —la capacidad temporal y limitada del cerebro para retener y manipular información durante unos segundos o minutos— , sino que también podría fomentar un entorno cerebral más saludable y resiliente a largo plazo.
Estos hallazgos coinciden con estudios previos en humanos que muestran que el consumo de queso fermentado incrementa los niveles de factores neurotróficos en sangre.
Un enfoque holístico del Camembert
Aunque la miristamida fue el enfoque principal del estudio, otros compuestos presentes en el queso también mostraron efectos prometedores. Por ejemplo, la oleamida (OA) ha demostrado propiedades antiinflamatorias y la capacidad de activar la fagocitosis de placas de beta-amiloide, unos depósitos de proteínas característicos de la enfermedad de Alzheimer.
Estos resultados sugieren que los beneficios del Camembert podrían deberse a una combinación sinérgica de sus compuestos bioactivos.
El estudio también destaca que los efectos del queso no se limitan a una simple mejora cognitiva. La interacción entre los amidas de ácidos grasos y los péptidos derivados del queso puede tener un impacto más amplio en la salud neuronal, ayudando a prevenir el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.
El estudio del efecto neuroprotector del queso Camembert ha sido llevado a cabo con ratones. Imagen generada con Copilot
Camembert y la prevención del alzhéimer
El hallazgo de que un alimento cotidiano como el queso Camembert puede tener un impacto tan profundo en la función cerebral es emocionante, según Kawano. En un contexto donde la prevalencia de trastornos neurodegenerativos sigue en aumento debido al envejecimiento de la población, estrategias dietéticas simples y accesibles como esta ofrecen un enfoque preventivo atractivo.
El deterioro cognitivo leve, una etapa temprana en el proceso imparable hacia la demencia, se antoja como un objetivo clave para intervenciones preventivas. Los autores del estudio subrayan que la incorporación regular de alimentos fermentados, especialmente aquellos ricos en compuestos bioactivos, como es el caso del Camembert, podría ser una estrategia viable para reducir el riesgo de enfermedades como el alzhéimer.
A pesar de sus hallazgos prometedores, el estudio tiene algunas limitaciones. Los resultados se basan en modelos animales, lo que significa que su aplicación en humanos aún debe ser confirmada a través de ensayos clínicos más amplios y diversos. Además, el impacto del queso en la cognición a largo plazo y en individuos con diferentes perfiles dietéticos y de salud aún no se ha explorado.
Los autores también señalaron la necesidad de investigar los mecanismos exactos a través de los cuales la miristamida y otros compuestos del queso interactúan con el cerebro. Por ejemplo, aún no está claro si estos compuestos actúan directamente sobre el cerebro o si utilizan rutas indirectas, como la comunicación intestino-cerebro mediada por receptores específicos.
Un queso más allá de su sabor
El queso Camembert, un alimento aparentemente simple originario de Normandía, ha demostrado ser un aliado inesperado en la lucha contra el deterioro cognitivo. Sus amidas de ácidos grasos, especialmente la miristamida, destacan como agentes clave en la mejora de la memoria y la promoción de la salud cerebral.
Este descubrimiento refuerza la importancia de los alimentos fermentados en la dieta y abre nuevas vías para explorar el potencial terapéutico de compuestos naturales.
A medida que se realicen más investigaciones, podría surgir un futuro en el que alimentos como el Camembert no solo deleiten el paladar, sino que también se conviertan en herramientas fundamentales para prevenir y tratar enfermedades neurodegenerativas. Por ahora, este estudio es un recordatorio convincente de que la conexión entre la comida y el cerebro es más profunda de lo que imaginamos. ▪️
Fuente: Kohei Kawano, Maiko Shobako, Taichi Furukawa, Tatsuhiro Toyooka, Kousaku Ohinata. Fatty acid amides present in Camembert cheese improved cognitive decline after oral administration in mice. Neuroscience Research (2024)DOI: https://doi.org/10.1016/j.neures.2024.03.002.