¿Sienten dolor los cangrejos?
Científicos demuestran que los cangrejos procesan el dolor, al enviar estímulos dolorosos al cerebro. Usando mediciones electroencefalográficas, observaron respuestas neuronales claras durante la estimulación mecánica o química en 32 partes de su cuerpo.
Por Enrique Coperías
Investigadores de la Universidad de Gotemburgo, en Alemania, son los primeros en demostrar que se envían estímulos dolorosos al cerebro de cangrejo de mar común (Carcinus maenas), lo que aporta más pruebas del dolor en los crustáceos. Las mediciones del electroencefalograma (EEG) muestran claras reacciones neuronales en el cerebro del crustáceo durante la estimulación mecánica o química.
En la búsqueda de un mayor bienestar de los animales que los seres humanos sacrificamos para alimentarnos, los investigadores de la Universidad de Gotemburgo han decidido centrarse en los crustáceos decápodos. Esto incluye manjares como las gambas, las langostas, los cangrejos y las cigalas que capturamos tanto en libertad como en instalaciones de acuicultura.
En la actualidad, la legislación de la Unión Europea sobre bienestar animal no se aplica a los crustáceos, pero esto podría estar a punto de cambiar. Por una buena razón, según los investigadores.
«Tenemos que encontrar formas menos dolorosas de matar a los moluscos, si queremos seguir comiéndolos. Porque ahora tenemos pruebas científicas de que experimentan dolor y reaccionan ante él», afirma Lynne Sneddon, zoofisióloga de la Universidad de Gotemburgo.
Receptores del dolor en los tejidos blandos
Varios grupos de investigación han realizado anteriormente una serie de estudios observacionales en crustáceos en los que se les ha sometido a impactos mecánicos, descargas eléctricas o ácidos en tejidos blandos como las antenas. Estos crustáceos han reaccionado tocándose la zona expuesta o intentando evitar el peligro en experimentos repetidos, lo que ha llevado a los investigadores a suponer que sienten dolor.
Los investigadores de la Universidad de Gotemburgo son los primeros en realizar estudios neurobiológicos midiendo la actividad del cerebro de un cangrejo común, mediante una medición del estilo del electroencefalograma.
Se midió la actividad del sistema nervioso central en el cerebro del cangrejo cuando los tejidos blandos de pinzas, antenas y patas fueron sometidos a algún tipo de estrés, cuentan los autores de la investigación en la revista Biology. Las respuestas muestran que los cangrejos deben tener alguna forma de señal de dolor al cerebro desde estas partes del cuerpo. La respuesta de dolor fue más breve y potente en el caso del estrés físico que en el del estrés químico, que duró más tiempo.
«Es un hecho que todos los animales necesitan algún tipo de sistema de dolor para hacer frente a la situación y evitar el peligro. No creo que necesitemos hacer pruebas con todas las especies de crustáceos, ya que tienen una estructura similar y, por tanto, sistemas nerviosos parecidos —afirma Kasiouras. Y añade—: Podemos suponer que gambas, cigalas y langostas también pueden enviar señales externas sobre estímulos dolorosos a su cerebro, que procesará esta información».
En las conclusiones del estudio publicado en Biology podemos leer lo siguiente: «Estos resultados indican que 32 zonas alrededor del cuerpo del cangrejo mostraron respuestas nociceptivas putativas que responden a una sustancia química nociva, y que muchas zonas tenían una sensibilidad mecánica adicional. Se necesitan más investigaciones para definir claramente las propiedades de los nociceptores [receptores sensoriales que responden a estímulos que lesionan los tejidos o que podrían hacerlo] en esta especie y en otros crustáceos decápodos». Y además—: Cabe destacar que el presente estudio es uno de los primeros estudios electrofisiológicos empíricos que demuestran la existencia de respuestas nociceptivas putativas en diversas zonas corporales de un crustáceo decápodo vivo. Se ha cuestionado la capacidad de sentir dolor de estos animales, y este estudio aporta más pruebas que pueden utilizarse para determinar las implicaciones para el bienestar y el trato humano de los crustáceos decápodos».
Los investigadores señalan que hay que encontrar formas más humanas de manipular e incluso matar a los crustáceos. En la actualidad, está permitido trocear vivo a un crustáceo, a diferencia de los mamíferos que comemos.
«Necesitamos más investigación para encontrar formas menos dolorosas de matar a los crustáceos», concluye Lynne Sneddon. ▪️
Información facilitada por Universidad de Gotemburgo
Fuente: Kasiouras, E.; Hubbard, P.C.; Gräns, A.; Sneddon, L. U. Putative Nociceptive Responses in a Decapod Crustacean: The Shore Crab (Carcinus maenas). Biology (2024). DOI: https://doi.org/10.3390/biology13110851