La cara oscura del acoso a científicos: cómo el escepticismo, las conspiraciones y las amenazas alimentan un fenómeno preocupante

Científicos de todo el mundo enfrentan una oleada de acoso que va desde insultos hasta amenazas de muerte. Un estudio revela cómo la desconfianza, las teorías conspirativas y ciertos rasgos de personalidad «oscuros» alimentan esta inquietante corriente.

Por Enrique Coperías

Ciertos rasgos de la personalidad, como es el caso de la psicopatía, el narcisismo y el maquiavelismo, juegan un papel importante en el acoso a los científicos y su trabajo.

Ciertos rasgos de la personalidad, como es el caso de la psicopatía, el narcisismo y el maquiavelismo, juegan un papel importante en el acoso a los científicos y su trabajo. Imagen generada con DALL-E

El aumento del acoso a los científicos, un fenómeno que se ha intensificado en los últimos años, especialmente durante la pandemia de la covid-19, ha encendido alarmas dentro de la comunidad científica y en la sociedad en general.

Este acoso, que incluye insultos, amenazas y actos de violencia, no solo refleja una desconfianza creciente hacia la ciencia, sino también problemas subyacentes relacionados con percepciones sociales, ideologías y rasgos de personalidad.

Los haters, personas que acosan y difaman en redes sociales mediante insultos, amenazas y faltas de respeto, se han convertido en un problema frecuente con efectos intimidatorios en diversos sectores. En el caso de los científicos, este acoso podría frenar el progreso y la innovación, según un informe reciente.

Así es, una encuesta de la revista Nature realizada con más de 300 expertos que informaron sobre la pandemia de covid-19 reveló que el 60 % sufrió algún tipo de abuso en redes sociales y un 15 % recibió amenazas de muerte. Este hostigamiento podría haber limitado la comunicación científica y afectado investigaciones, advierte el estudio.

Más de la mitad de los investigadores que comunican sobre ciencia han sufrido ataques en redes sociales

«En redes es habitual recibir comentarios más o menos insultantes de los que no están de acuerdo. Lo mismo pasa con los comentarios en los artículos de periódico. No es que esté bien, pero te acostumbras —explica Salvador Macip i Maresma, profesor e investigador de los Estudios de Ciencias de la Salud en la UOC, director investigador del Mechanisms of Cancer and Ageing Lab de la Universidad de Leicester y divulgador científico, en un comunicado de la Universitat Oberta de Catalunya.

En palabras de Salvador Macip i Maresma, «durante la pandemia algunos fueron más allá y, en mi caso, he sido víctima de alguna campaña organizada de odio, que ha consistido básicamente en un montón de gente dejando amenazas e insultos en todas las redes sociales».

Un informe del Science Media Centre España (SMC) y la Universidad del País Vasco va en la misma dirección. En él podemos leer que más de la mitad de los investigadores que comunican sobre ciencia han sufrido ataques en redes sociales, especialmente en la plataforma X (anteriormente Twitter). Este acoso es más prevalente entre las mujeres científicas, quienes enfrentan críticas tanto a su competencia profesional como a su apariencia física.

En este sentido, un estudio de la Universitat Politècnica de València destaca que las redes sociales perpetúan estereotipos de género y fomentan agresiones hacia mujeres y niñas, lo que también afecta a las científicas que utilizan estas plataformas para divulgar su trabajo.

Tras las causas del fenómeno

Un estudio reciente publicado en Scientific Reports ha explorado las causas de este fenómeno, identificando los factores que predisponen a ciertos individuos a hostigar a los científicos. A través de dos investigaciones que incluyeron a más de setecientos participantes, los autores del trabajo, coordinado por Vukašin Gligorić, del Departamento de Psicología en la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos), examinaron el papel de las cosmovisiones, los factores de radicalización y los rasgos de personalidad en la aprobación de actitudes y comportamientos agresivos hacia los científicos.

La mayor parte de los expertos coinciden en afirmar que los incidentes de acoso a científicos se hicieron más visibles durante la pandemia de covid-19, con casos que van desde insultos en redes sociales hasta amenazas de muerte. Por ejemplo, una destacada viróloga neerlendesa escapó por los pelos de una multitud enojada mientras trabajaba en medidas de control pandémico.

Estudios anteriores muestran que aproximadamente el 38% de los científicos involucrados en investigaciones relacionadas con la pandemia enfrentaron acoso, y un 15% recibió amenazas de muerte. A pesar de la gravedad del problema, se sabía poco sobre las características de las personas que participan en este tipo de comportamientos.

Este nuevo estudio en Scientific Reports busca llenar ese vacío identificando los factores psicológicos, sociales y de personalidad que contribuyen a estas actitudes y acciones.

Más de la mitad de los investigadores que comunican sobre ciencia han sufrido ataques en redes sociales, especialmente en la plataforma X (anteriormente Twitter). Imagen generada con DALL-E

Gligorić y sus colegas identificaron varios factores que influyen en el acoso a los científicos, entre los que destacan las cosmovisiones escépeticas, los factores de radicalización y ciertos rasgos de personalidad.

Ciertas cosmovisiones que generan desconfianza hacia las instituciones desempeñan un papel central en la aprobación del acoso a científicos. por ejemplo, la percepción de que los científicos son incompetentes, corruptos o están motivados por intereses personales fue identificada como un factor clave. Esta desconfianza hacia la ciencia fomenta actitudes hostiles y comportamientos negativos hacia los científicos.

Investigadores con agendas ocultas o malévolas

Por otro lado, las creencias en teorías conspirativas que asocian a los científicos con agendas ocultas o malévolas también están relacionadas con actitudes y acciones de hostigammiento. Estas teorías, como las que rodearon a la pandemia de covid-19, alimentan la percepción de que los científicos son parte de un complot en detrimento del público.

Asímismo, los populistas científicos tienden a ver a los científicos como parte de una élite desconectada de las preocupaciones del ciudadano común. Esto contribuye a un escepticismo generalizado hacia la ciencia y a un rechazo de sus propuestas.

Además de las cosmovisiones, los factores de radicalización juegan un papel importante en el acoso a los expertos en ciencia. Entre ellos, la deprivación relativa destaca como un elemento clave. En efecto, las personas que sienten que están siendo tratadas de manera injusta o que carecen de oportunidades equitativas tienden a culpar a los científicos por su situación, lo que genera actitudes negativas hacia ellos.

Dentro del «triángulo oscuro»

De igual forma, la percepción de amenaza se erige como otro factor significativo, ya que los científicos y sus trabajos son percibidos como amenazas reales o simbólicas. Estas amenazas pueden abarcar desde valores culturales y tradiciones hasta la seguridad física y económica.

Durante la pandemia, por ejemplo, medidas como el uso obligatorio de mascarillas o las restricciones económicas fueron vistas como imposiciones que limitaban la libertad individual, generando hostilidad hacia quienes las promovían.

Por último, el estudio también exploró la posible influencia de los rasgos de personalidad en estas actitudes negativas hacia la comunidad científica. Gligorić y sus colegas se centraron en los rasgos que conforman el denominado triángulo oscuro, que incluye la psicopatía, el narcisismo y el maquiavelismo.

La psicopatía, que se caracteriza por comportamientos antisociales, impulsividad y falta de empatía, está asociada con una mayor aprobación del acoso a los científicos. El narcisismo, por su parte, contribuye a estas actitudes hostiles mediante la búsqueda de admiración y la falta de consideración hacia los demás.

Trabajadores de la salud en China atienden a un paciente durante la pandemia de covid-19.

Trabajadores de la salud en China atienden a un paciente durante la pandemia de covid-19. Muchos científicos fueron atacados por sus actitudes y recomendaciones frente a las medidas de higiene, los confinamientos y las vacunas. Cortesía: Chen Jingyu / ONU

El escepticismo hacia la ciencia y la percepción de amenaza

Finalmente, aunque menos influyente, el maquiavelismo, con su énfasis en la manipulación y el interés propio, también se vincula a actitudes negativas hacia la ciencia. Estos factores, en conjunto, ofrecen un panorama integral de las razones detrás del acoso a los científicos y destacan la importancia de abordarlos para mitigar este problema, afirman los autores del estudio.

El estudio ha revelado que el escepticismo hacia la ciencia y la percepción de amenaza son los principales factores que impulsan las actitudes aprobatorias hacia el acoso a los científicos. Estos factores están estrechamente relacionados con cosmovisiones que desconfían de las instituciones y con la percepción de que los científicos forman parte de una élite distante.

Además, los rasgos de personalidad, como el narcisismo y la psicopatía, también contribuyen significativamente a la aprobación de actitudes agresivas.

Los motores del odio

En cuanto a comportamientos concretos, como negarse a apoyar iniciativas para proteger a los científicos del acoso, la desconfianza mostró una relación consistente. Sin embargo, la correlación entre actitudes y comportamientos agresivos fue baja, lo que sugiere que otros factores, como la influencia del entorno y las barreras sociales, también juegan un papel importante.

Los resultados tienen implicaciones importantes para abordar el acoso a los científicos. Identificar que el escepticismo —–la percepción de que los científicos son incompetentes y corruptos–— y la percepción de amenaza son los principales motores de estas actitudes ofrece una base para diseñar intervenciones.

Estas podrían incluir estrategias para reconstruir la confianza en la ciencia y para comunicar de manera más efectiva el papel de los científicos en la resolución de problemas sociales. También se sugiere que abordar las creencias conspirativas y populistas podría reducir las actitudes negativas hacia la ciencia.

Muchas personas que rechazan, cuestionan o desestiman sin fundamentos sólidos el consenso científico sobre el calentamiento global de origen humano se autodenominan "escépticos del cambio climático". Entre ellos, algunos lanzan duras críticas e incluso ataques feroces contra los científicos cuyos estudios respaldan la evidencia de este fenómeno. Crédito: NASA

Ayudar a predecir y mitigar comportamientos agresivos

Además, el estudio señala la necesidad de educar sobre el impacto de los rasgos de personalidad oscuros en las interacciones sociales. Aunque estas características son menos maleables que las creencias o las percepciones, comprender su influencia podría ayudar a predecir y mitigar comportamientos agresivos.

Hay que decir que el estudio tiene limitaciones que merecen tener en consideración. Por un lado, las actitudes y comportamientos se midieron en entornos controlados, lo que podría no reflejar completamente las dinámicas del mundo real. Además, las medidas de comportamiento, como el uso de una tarea simbólica para evaluar la agresión, mostraron correlaciones débiles con las actitudes reportadas. También es posible que los participantes más hostiles hacia los científicos hayan evitado participar en el estudio, lo que podría sesgar los resultados.

Ataques a expertos en cambio climático y bioingeniería

Por otro lado, los autores destacan que las percepciones hacia los científicos varían según la disciplina. Por ejemplo, los científicos que trabajan en áreas polémicas, como el cambio climático o la bioingeniería, pueden enfrentarse a actitudes más negativas ante determinados sectores de la opinión pública. Futuros estudios podrían explorar cómo estas variaciones influyen en el acoso y si ciertos campos científicos son más vulnerables que otros.

A modo de conclusión, Gligorić y sus colegas sostienen que el acoso a los científicos no es solo un reflejo de desconfianza hacia la ciencia, sino también de dinámicas sociales y psicológicas más amplias. Destacan que el escepticismo, la percepción de amenaza y ciertos rasgos de personalidad son factores clave detrás de estas actitudes y comportamientos.

Aunque queda mucho por aprender, esta investigación proporciona un primer paso crucial para entender por qué ocurre el acoso a loa ciencia y cómo puede abordarse. Proteger a los científicos no solo es esencial para su bienestar, sino también para garantizar que puedan continuar su labor en beneficio de la sociedad. ▪️

  • Fuente: Gligorić, V., Reinhardt, C., Nieuwenhuijzen, E. et al. The role of worldviews, radicalization risk factors, and personality in harassment of scientists. Scientific Reports1 (2025). DOI: https://doi.org/10.1038/s41598-025-85208-7

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