¿Salvarán los tigres en cautividad a los silvestres?

Utilizando ADN de tigres rescatados en Estados Unidos, investigadores de Stanford han desarrollado un panel genético de referencia que puede ayudar a identificar tigres aptos para la conservación y perseguir a los maltratadores de animales.

Por Savannah Tranchell

Nyla (izquierda) y Blanca (derecha) son dos tigres rescatados que llegaron al Centro Educativo y de Rescate de Vida Silvestre In-Sync Exotics, en Wylie (Texas), en 2022. Ambos felinos fueron confiscados a sus antiguos propietarios, que suministraban animales para espectáculos de circo y ferias. Crédito:  Keri Osterman

El número de tigres que viven en cautividad en Estados Unidos supera al de tigres que viven en libertad en el resto del mundo. La Federación Mundial de la Naturaleza calcula que solo en Estados Unidos viven unos 5.000 grandes felinos, en su mayoría propiedad de particulares.

La salud de esta población animal es un misterio genético para los grupos conservacionistas y los investigadores interesados en cómo los tigres cautivos podrían ayudar a estabilizar o restaurar las poblaciones de tigres salvajes. ¿Son los animales de propiedad privada iguales a los tigres salvajes o comparten características producto del comercio ilegal de especies animales? ¿Son una mezcolanza de ancestros de tigres salvajes o presentan una endogamia perjudicial?

Una nueva investigación de la Universidad de Stanford, publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences, profundiza en estas cuestiones y ofrece una nueva herramienta que los conservacionistas y las fuerzas de seguridad pueden utilizar para proteger a los animales y perseguir a los responsables de su maltrato.

«Estamos tratando de aprovechar la tecnología genómica para que sea útil en un contexto de conservación: hay muy pocos tigres. No tendremos una segunda oportunidad si se extinguen», dice Ellie Armstrong, autora principal del artículo.

Una población desconocida

El estudio fue dirigido por Armstrong, que realizó la investigación como parte de sus estudios de doctorado en Biología, junto con sus coasesores y coautores Elizabeth Hadly, catedrática de Biología Medioambiental, y Dmitri Petrov, catedrático de Biología, ambos de la Facultad de Humanidades y Ciencias, en la Universidad de Stanford.

Los investigadores se interesaron por estudiar la diversidad genética de los tigres de propiedad privada —denominados genéricos, porque se desconoce su procedencia— tras realizar un estudio sobre el impacto genético del aislamiento de las poblaciones de tigres salvajes.

«Estábamos realizando un gran estudio sobre las poblaciones de tigres salvajes y aprovechamos estos datos para abordar el problema de los tigres cautivos en Estados Unidos. Al principio resultaba un poco increíble que pudieras tener un tigre viviendo justo al lado de tu casa y no saberlo —explica Armstrong, que ahora es profesor de Evolución, Ecología Biología de Organismos en la Universidad de California en Riverside. Y añade—: Nos pusimos en contacto con Tigers in America, y fue entonces cuando nos dimos cuenta de que hay un enorme número de estos felinos fuera de las instalaciones acreditadas que fueron criados para encuentros con animales, actuaron como animales de circo o fueron objeto de tráfico como mascotas exóticas. Pero no teníamos ni idea de qué tipo de tigre eran ni de dónde procedían».

Un cachorro de tigre, en una de las instalaciones de Tigers in America.

Un cachorro de tigre rescatado, en una de las instalaciones de Tigers in America. Cortesía: Tigers in America

Un obstáculo para el equipo de investigación fue la ausencia de datos oficiales sobre los tigres genéricos. Programas como Tiger King, de Netflix de 2020, y el documental de 2009 The Tiger Next Door ayudaron a aumentar el conocimiento público sobre el problema de los tigres de propiedad privada, pero el acceso a los animales con fines de investigación seguía siendo un desafío.

«Había muchos rumores asociados con esta población cautiva, y muchos de ellos se contradecían entre sí. La gente decía: “Todos los tigres son realmente endogámicos'“o “Todos los tigres son genéticamente diversos” —comenta Armstrong. Y añade—: No teníamos ni idea con qué nos íbamos a encontrar, y pensamos que la tecnología genómica podría ayudarnos a responder a algunas de estas preguntas".

A través de relaciones con santuarios que habían rescatado tigres genéricos, el equipo obtuvo muestras y recopiló información muy útil sobre los tigres genéricos, como de dónde procedían los felinos rescatados.

Muestras de tigres genéricos y salvajes

Los investigadores recolectaron muestras de 154 tigres genéricos y utilizaron otras cien muestras de tigres salvajes disponibles en la base de datos del Centro Nacional de Información Biotecnológica (NCBI). A partir de su trabajo anterior, el equipo sabía que hay seis subespecies salvajes de tigres. Con estos datos, desarrollaron un panel de referencia para tigres que se utilizó para distinguir con precisión a los animales de forma individual y asignar su ascendencia genética. Armstrong lo compara con las populares pruebas de ascendencia genética para seres humanos.

«Cuando hacemos 23andMe, no estamos secuenciando todo el genoma: estamos secuenciando una porción de él que nos informa sobre su salud y ascendencia —dice Armstrong. Y continúa—: Eso es lo que queremos poder hacer, pero para los tigres. Es difícil y caro secuenciar y analizar todo un genoma, sobre todo en un contexto de conservación. El flujo de trabajo que hemos creado permite secuenciar una parte del genoma y obtener respuestas sobre un tigre en concreto y su ascendencia».

Conocer la ascendencia de un tigre tiene aplicaciones que van más allá de los programas de conservación y cría: las fuerzas del orden pueden utilizar esta información para perseguir a los delincuentes.

La Ley de Seguridad Pública de los Grandes Felinos estadounidense entró en vigor el 20 de diciembre de 2022, y puso fin a la propiedad privada de grandes felinos como mascotas. También estableció restricciones a la cría, el comercio, la posesión y el uso de determinadas especies, incluidos los tigres (los particulares que tuvieran uno de estos felinos antes de la aprobación de la ley, debían registrarlo).

Choi Hu fue parte de un rescate de emergencia por parte del zoológico Safe Haven Rescue, en 2009.

Choi Hu fue parte de un rescate de emergencia por parte del zoológico Safe Haven Rescue, en 2009. Cortesía: Tigers in America

Aún así, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos tiene almacenes llenos de pieles, huesos, dientes y otras partes de tigre confiscados, y casos que no pueden procesar porque no pueden identificar positivamente el origen y la ascendencia de las muestras. La agencia ya ha solicitado colaborar con los investigadores.

«Trabajaremos con las fuerzas del orden para tratar de aplicar estos resultados en un contexto forense con el fin de perseguir delitos contra la fauna salvaje, como hacen en Tiger King, vigilar las poblaciones en Estados Unidos y rastrear el comercio ilegal —explica Armstrong. Y añade—: «Materiales como dientes y pieles contienen un número limitado de ADN, y el panel de referencia que hemos construido aquí puede permitir a las agencias de protección de la naturaleza determinar la ascendencia y la identidad de las muestras confiscadas, incluso secuenciando solo una pequeña parte del genoma. Esa ha sido la parte más gratificante de esta investigación: sabemos que este trabajo es importante y tiene aplicaciones futuras inmediatas».

Acabar con los rumores

En cuanto a los que se preguntan: «¿Qué son estos animales?», los investigadores creen que pueden zanjar esta cuestión. La población de tigres en cautividad de Norteamérica no mostró una endogamia generalizada en relación con las poblaciones de tigres salvajes. Tampoco mostraron que los tigres genéricos mantuvieran la ascendencia de una única subespecie, como ocurre con los tigres criados en zoológicos o los tigres salvajes.

Estos tigres genéricos son una mezcla de distintas subespecies de tigre. Armstrong y sus colegas también han demostrado que la población de tigres no criados en cautividad en Estados Unidos no alberga más diversidad genética que la que se encuentra en las poblaciones salvajes.

«Esta ausencia de diversidad genética única en los tigres cautivos significa que no habrá un rescate genético de tigres salvajes con individuos ahora en cautividad —sentencia Hadly—. En otras palabras, la diversidad genética de los tigres salvajes es todo con lo que la evolución tiene que trabajar de cara al futuro».

El ADN es la única forma de identificar una subespecie de tigre: no hay diferencias físicas distinguibles en las seis subespecies reconocidas. Si las historias evolutivas únicas de cada subespecie de tigre siguen siendo una prioridad para la gestión de esta especie, y podemos superar los enormes obstáculos de liberar animales cautivos de nuevo en la naturaleza, el panel de referencia podría utilizarse para identificar a los individuos que no tienen ascendencia mixta.

Según Armstrong, «esta tecnología suele ser algo de divertimento para los seres humanos, para saber más sobre tu ascendencia genética, pero podemos utilizar la genómica de forma muy seria para ayudar a nuestras poblaciones salvajes a prosperar en la naturaleza y evitar que sean explotadas».▪️

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