¿Provocan caries los carbohidratos con almidón?

Un nuevo estudio revela que el almidón, al igual que el azúcar, podría aumentar el riesgo de caries y enfermedades de las encías, dependiendo de la genética de cada persona. ¿Podría tu ADN influir en tu salud bucal más de lo que imaginas?

Por Enrique Coperías

Un nuevo estudio vincula el consumo de alimentos ricos en almidón, el número de copias de un gen llamado AMY1 en el ADN y el riesgo de sufrir caries y enfermedades de las encías.

Un nuevo estudio vincula el consumo de alimentos ricos en almidón, el número de copias de un gen llamado AMY1 en el ADN y el riesgo de sufrir caries y enfermedades de las encías. Cortesía: Caroline LM

Es bien sabido que el azúcar puede causar caries, pero un nuevo estudio científico demuestra que, dependiendo de la composición genética de cada persona, los almidones también podrían ser un factor que contribuye a la aparición de dolorosas cavidades en las piezas dentales causadas por desmineralización del esmalte debido a los ácidos producidos por bacterias que fermentan azúcares y almidones.

El estudio, publicado en la revista Microorganisms, explora la respuesta del microbioma oral al almidón, y ha descubierto que el número de copias de un gen concreto, conocido como AMY1, en combinación con el almidón, altera la compleja composición de las bacterias que desempeñan un papel en la salud bucal.

El gen AMY1 codifica, o sea, dirige la síntesis, de la amilasa salival, una enzima clave en la digestión de los carbohidratos y el número de copias de esta pieza de ADN varía de una persona a otra, desde solo dos hasta veinte. Esta disparidad tiene un importante impactando la actividad enzimática de la amilasa en la boca.

La interferencia de los genes en la salud bucal

La amilasa producida y secretada por las glándulas salivales tiene la función de descomponer los almidones en azúcares más simples. Estos pueden ser utilizados por diversas especies bacterianas que se alojan en cavidad oral.

Recordemos que el almidón o fécula es un carbohidrato complejo, en concreto un polísacárido formado por amilosa y amilopectina, que está presente en muchos alimentos vegetales. Se encuentra, por ejemplo, en tubérculos como las patatas y la yuca, en los cereales —arroz, trigo, maíz, avena—, en las legumbres (lentejas, garbanzos, judías) y los plátanos verdes.

Mientras que tradicionalmente el azúcar ha sido señalado como el principal promotor de la caries dental, este estudio refuerza la idea de que la interacción entre los genes y la dieta también juega un papel crucial en la salud bucal.

El almidón es un carbohidrato complejo presente en muchos alimentos vegetales, como las patatas, los cereales y las legumbres.

El almidón es un carbohidrato complejo presente en muchos alimentos vegetales, como las patatas, los cereales y las legumbres. Imagen generada con DALL-E

El azúcar no está solo en la caries

De ahí que algunas personas puedan ser más propensas a padecer enfermedades dentales no solo por el consumo de azúcar, sino también por la manera en que su organismo procesa los carbohidratos complejos.

«A la mayoría de la gente se le ha advertido de que si come mucho azúcar, se asegure de cepillarse los dientes —dice Angela Poole, autora principal del estudio y profesora de Nutrición Molecular en la Facultad de Agricultura y Ciencias de la Vida y la Facultad de Ecología Humana, en la Universidad Cornell. Y añade—: La conclusión que se desprende del estudio es que, dependiendo de su número de copias de AMY1, es posible que debamos de ser igual de cuidadosos con el cepillado de los dientes después de comer esos almidones digeribles».

Los investigadores, incluida la primera autora de la investigación, Dorothy Superdock, recogieron muestras de saliva de 31 personas con un rango determinado en lo que respecta al de número de copias del gen AMY1 en el ADN, y agregaron almidón a las muestras cultivadas, o biopelículas, para ver cómo se configuraba la composición bacteriana.

El almidón merma la diversidad bacteriana

De este modo, descubrieron que, en general, la diversidad de bacterias disminuía cuando se añadía almidón. Para aquellas muestras con altas copias del gen AMY1, el almidón redujo significativamente las proporciones de dos bacterias, en concreto de los géneros Atopobium y Veillonella, mientras que la población de Streptococcus pareció aumentar.

Curiosamente, las tres bacterias están asocian con la caries dental y la enfermedad periodontal; la periodontitis, que también se conoce como enfermedad de las encías, es una infección grave de las encías que daña el tejido blando alrededor de los dientes.

El estudio científico también reveló que la presencia de almidón en el medio de cultivo disminuía la diversidad microbiana de la biopelícula oral, o sea, la capa delgada de bacterias y microorganismos que se forma sobre los dientes y encías, también conocida como placa dental.

Una ventaja para los agentes patógenos

Esta reducción en la variedad de bacterias había sido vinculada con anterioridad con el desarrollo de enfermedades periodontales, ya que una microbiota menos diversa puede favorecer la proliferación de especies patógenas.

«Algunas aumentaron y otras disminuyeron, por lo que no es tan sencillo decir: 'Todo es bueno o malo'», señala Poole en un comunicado de la Universidad Cornell. Y añade—: Es una interacción, pero parece que el número de copias de AMY1, así como qué especies están presentes en la boca de las personas cuando comen almidón, afecta al riesgo de desarrollar estas enfermedades».

Número de copias de AMY1 en la salud oral

Estudios previos ya habían asociado el número de copias de AMY1 con la susceptibilidad a padecer caries y periodontitis. En particular, en investigaciones científicas anteriores, Poole descubrió que un número elevado de copias de AMY1 está asociado a niveles más altos de la bacteria Porphyromonas endodontalis, un microorganismo implicado en la periodontitis y la enfermedad de las encías.

El artículo científico también sugiere que el microbioma oral ha coevolucionado con el aumento en el número de copias del gen AMY1, especialmente en poblaciones con una larga historia de agricultura y consumo de almidón.

Este particular refuerza la hipótesis de que la evolución genética en respuesta a la dieta ha moldeado la composición de la microbiota oral, con posibles implicaciones en la salud bucodental.

Un nuevo estudio aconseja cepillarnos los dientes después de comer alimentos ricos en almidón.

Un nuevo estudio aconseja cepillarnos los dientes después de comer alimentos ricos en almidón. Cortesía: National Cancer Institute

Cuidados dentales y ADN

El estudio científico plantea la posibilidad de que, en el futuro, las recomendaciones de cuidado dental podrían ajustarse a la composición genética de cada persona. Aquellos con un número elevado de copias de AMY1 podrían beneficiarse de enfoques preventivos adicionales, como una mayor vigilancia en el cepillado dental tras consumir almidón o el uso de enjuagues bucales diseñados específicamente para controlar el crecimiento de ciertas bacterias.

Además, la relación entre el gen AMY1 y la microbiota oral podría llevar a nuevas estrategias para prevenir la caries y la enfermedad periodontal. Por ejemplo, el desarrollo de probióticos dirigidos a equilibrar la microbiota oral en individuos con alta actividad enzimática de la amilasa podría convertirse en una herramienta efectiva para mejorar la salud bucal.

No cabe duda de que este estudio científico representa un avance significativo en la comprensión de la relación entre la genética, la dieta y la salud bucodental.

Hacia una odontología «a la carta»

La evidencia científica sugiere que el consumo de almidón y la capacidad individual de digerirlo pueden afectar la composición bacteriana de la boca, con implicaciones en el desarrollo de caries y enfermedades periodontales.

A medida que se avance en la investigación en salud bucal, podríamos ver un enfoque más personalizado en la odontología, basado en la genética de cada individuo y su interacción con el microbioma oral, vaticina Poole. ▪️

Anterior
Anterior

El derretimiento del casquete glaciar de la Antártida ralentizará la corriente oceánica más poderosa de la Tierra

Siguiente
Siguiente

Una nueva teoría sugiere que las fusiones de estrellas producen las partículas más energéticas del cosmos