Primera imagen confirmada de un calamar colosal en las profundidades oceánicas

Por primera vez en la historia de la zoología, un calamar colosal ha sido filmado vivo en su hábitat natural. Este hallazgo, logrado por el Instituto Oceánico Schmidt, marca un hito en la exploración de las profundidades marinas.

Por Enrique Coperías

Este joven ejemplar de calamar colosal, de apenas 30 centímetros, fue filmado a 600 metros de profundidad por el vehículo submarino operado a distancia (ROV) SuBastian, del Instituto Oceánico Schmidt. Cortesía: Instituto Oceánico Schmidt

Un equipo internacional de científicos y tripulación a bordo del buque de investigación Falkor, del Instituto Oceánico Schmidt, ha sido el primero en lograr la filmación del calamar colosal (Mesonychoteuthis hamiltoni), también llamado cranquiluria antártica, en su hábitat natural.

El ejemplar juvenil, de 30 centímetros de longitud, fue captado en vídeo a una profundidad de 600 metros gracias al vehículo operado por control remoto (ROV) SuBastian del Instituto Oceánico Schmidt.

Este inédito avistamiento ocurrió el pasado 9 de marzo, durante una expedición científica cerca de las islas Sandwich del Sur, en el océano Atlántico Sur. Este año se celebra el centenario de la identificación oficial del calamar colosal, miembro de la familia de los calamares de cristal o cranquilurias, llamada científicamente Cranchiidae.

Dos fascinantes avistamientos

Además, el 25 de enero, otro equipo de la anterior expedición del Falkor filmó las primeras imágenes confirmadas del calamar de cristal glacial (Galiteuthis glacialis) en el Océano Austral, cerca de la Antártida. Galiteuthis glacialis es otra especie de calamar de aguas profundas que jamás había sido vista viva en su entorno natural.

La expedición de 35 días que captó las imágenes del calamar colosal fue una misión emblemática del Censo Oceánico, centrada en la exploración de nueva vida marina, que organiza diferentes instituciones, como el citado Instituto Oceánico Schmidt, la Fundación Nippon - Censo Oceánico Nekton y GoSouth y el British Antarctic Survey.

«Es emocionante ver la primera filmación in situ de un calamar colosal juvenil, y resulta sobrecogedor pensar que no tienen idea de que existimos los humanos», comenta la doctora Kat Bolstad, de la Universidad Tecnológica de Auckland, experta consultada para verificar las imágenes de este bebé cefalópodo. Y añade—: Durante un siglo, solo los conocíamos por restos hallados en estómagos de ballenas, aves marinas o como depredadores de peces de profundidad, caso de las merluzas».

Siete metros y 500 kilos

Se estima que los calamares colosales adultos pueden alcanzar siete metros de longitud y pesar hasta media tonelada, lo que los convierte en los invertebrados más grandes del planeta. Aún se sabe poco sobre su ciclo de vida, aunque se ha observado que, con el tiempo, pierden la transparencia típica de la etapa juvenil. Existen grabaciones de ejemplares adultos moribundos, pero nunca antes se los había visto vivos en aguas profundas.

El doctor Aaron Evans, otro especialista en calamares de cristal, también confirmó las imágenes de ambas especies. Bolstad y Evans señalan que una de las características más distintivas del calamar colosal es la presencia de ganchoso anzuelos en la mitad de sus ocho brazos, que permiten diferenciarlo de Galiteuthis glacialis. Por lo demás, ambos especímenes juveniles presentan cuerpos translúcidos y ganchos afilados en sus dos tentáculos largos.

«Es asombroso cómo la telepresencia científica del R/V Falkor nos permite colaborar con expertos de todo el mundo en tiempo real —advierte la doctora Michelle Taylor, de la Universidad de Essex y jefa científica de la expedición del Censo Oceánico Nippon-Nekton a las Islas Sandwich del Sur.

Esta imagen constituye la primera observación en vivo confirmada del calamar colosal, Mesonychoteuthis hamiltoni, en su hábitat natural.

Esta imagen constituye la primera observación en vivo confirmada del calamar colosal, Mesonychoteuthis hamiltoni, en su hábitat natural. Cortesía: Instituto Oceánico Schmidt

A 687 metros de profundidad

La primera filmación confirmada de Galiteuthis glacialis se realizó en el mar de Bellingshausen, cerca de la Antártida, durante la expedición de enero del Instituto Oceánico Schmidt. El equipo exploraba el fondo marino tras el desprendimiento de un iceberg del tamaño de Chicago de la plataforma de hielo George VI.

A bordo del buque se encontraba Thom Linley, experto en fauna abisal, del Museo Te Papa Tongarewa de Nueva Zelanda, quien alertó a Bolstad tras observar las imágenes del ROV SuBastian desde la sala de control del buque. En las grabaciones, tomadas a 687 metros de profundidad, Galiteuthis glacialis aparece con sus brazos extendidos sobre la cabeza, adoptando una postura similar a una cacatúa, típica de los calamares de cristal.

«El avistamiento de dos especies de calamar en expediciones consecutivas es un evento extraordinario, que demuestra lo poco que sabemos de estas criaturas únicas del océano Austral —afirma Jyotika Virmani, directora ejecutiva del Instituto Oceánico Schmidt. Y añade—: Afortunadamente, captamos imágenes en alta resolución suficientes para que expertos de todo el mundo —sin necesidad de estar a bordo— pudieran identificar correctamente ambas especies».

Hasta la fecha, el ROV SuBastian ha logrado las primeras grabaciones confirmadas de al menos cuatro especies de calamares en libertad, como el calamar cuerno de carnero (Spirula spirula), en 2020, y el Promachoteuthis, en 2024, además de un posible nuevo avistamiento pendiente de confirmación.

«Estos momentos inolvidables nos recuerdan que el océano profundo aún alberga numerosos misterios por descubrir», concluye Virmani. ▪️

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