Obtienen el retrato robot del asteroide que asesinó a los dinosaurios

El asteroide que llevó a la extinción de los dinosaurios —y a otras muchas criaturas— a finales del Cretácico, hace 66 millones de años, probablemente provino del Sistema Solar exterior y era de tipo carbonáceo.

Por la Universidad de Colonia

El asteroide que desató la extinción masiva del Cretácico-Paleógen se formó, según un nuevo estudio, fuera de la órbita de Júpiter durante el desarrollo temprano de nuestro sistema solar.

El asteroide que desató la extinción masiva del Cretácico-Paleógen se formó, según un nuevo estudio, fuera de la órbita de Júpiter durante el desarrollo temprano de nuestro sistema solar. Imagen generada con Copilot

Geocientíficos de la Universidad de Colonia, en Alemania, han dirigido un estudio internacional para determinar el origen del enorme cometa o asteroide masivo que chocó contra la Tierra a finales del Cretácico, hace unos 66 millones de años, y que cambió de forma permanente el clima del planeta azul.

La extinción masiva del Cretácico-Paleógeno, también conocida como la extinción del Cretácico-Terciario (K-T), es uno de los eventos más significativos en la historia de la Tierra, ya que marcó el final de la era de los dinosaurios no avianos y el comienzo de la era Cenozoica.

Aproximadamente el 75% de todas las especies de plantas y animales se extinguió durante este evento. Los dinosaurios no avianos fueron borrados de la faz de la Tierra, aunque sus descendientes, las aves, sobrevivieron. Por otro lado, el cataclismo permitió que las estas , así como los mamíferos, que hasta entonces habían vivido a la sombra de los dinosaurios, se diversificaron y ocuparan muchos de los nichos ecológicos en los que los dinosaurios habían reinado.

El asteroide se formó fuera de la órbita de Júpiter durante el desarrollo temprano del Sistema Solar

Para ahondar en la gran piedra que desató la extinción masiva, los científicos han analizado muestras de la capa de roca que marca el límite entre los periodos Cretácico y Paleógeno, llamada límite K–Pg. Los resultados del estudio, que aparecen publicados en la revista Science, indican que el asteroide se formó fuera de la órbita de Júpiter durante el desarrollo temprano de nuestro sistema solar.

Según una teoría ampliamente aceptada, la extinción masiva en el límite Cretácico-Paleógeno fue desencadenada por el impacto de un asteroide de al menos 10 kilómetros de diámetro cerca de Chicxulub, en la península de Yucatán (México). A principios de la década de 1990 se descubrió el cráter Chicxulub, de 180 km, en el golfo de México, y ha proporcionado evidencias concluyentes de que la arcilla del límite K-Pg representa escombros de un impacto de asteroide. El hecho de que las extinciones ocurrieran simultáneamente proporciona una fuerte evidencia de que fueron causadas por una roca espacial.

Tras el impacto, el asteroide y grandes cantidades de roca terrestre se vaporizaron. A raíz de ello, cantidades ingentes de finas partículas de polvo se esparcieron por la estratosfera y oscurecieron el Sol. Esto provocó cambios drásticos en las condiciones de vida del planeta y paralizó la actividad fotosintética durante un tiempo importante.

Nuevos descubrimientos sobre el asteroide que pudo haber matado a los dinosaurios sugieren que la orca espacial pudo ser la estocada, ya que los reptiles ya habrían sufrido el azote del cambio climático causado por las erupciones de algunos volcanes

Nuevos descubrimientos sobre el asteroide que pudo haber matado a los dinosaurios sugieren que la orca espacial pudo ser la estocada, ya que los reptiles ya habrían sufrido el azote del cambio climático causado por las erupciones de algunos volcanes. Imagen generada con DALL-E

Las partículas de polvo liberadas por el impacto formaron una capa de sedimentos alrededor de todo el globo. Esta es la razón por la que el límite Cretácico-Paleógeno puede identificarse y muestrearse en muchos lugares de la Tierra. Contiene altas concentraciones de metales del grupo del platino, que proceden del asteroide y que, por lo demás, son extremadamente raros en las rocas nativas que forman la corteza terrestre.

Analizando la composición isotópica del rutenio —un metal de transición, poco abundante, del grupo del platino— en el entorno sala blanca—una sala especialmente diseñada para obtener bajos niveles de contaminación— del laboratorio del Instituto de Geología y Mineralogía de la Universidad de Colonia, los científicos descubrieron que el asteroide procedía originalmente del Sistema Solar exterior.

El Sistema Solar exterior se refiere a la parte de nuestro sistema solar que se encuentra más allá de la órbita de Marte. Esta región incluye algunos de los objetos más interesantes y menos comprendidos de nuestro vecindario cósmico. Abarca desde los planetas gigantes —Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno— con sus lunas hasta los objetos del cinturón de Kuiper —una región del espacio situada más allá de Neptuno, repleta de pequeños cuerpos helados y rocosos, como Plutón— y más allá, en la nube de Oort. Esta es una vasta esfera de objetos helados que rodea el Sistema Solar a distancias que alcanzan hasta un año luz desde el Sol. Es la fuente de muchos cometas de largo período que visitan el interior del Sistema Solar.

Los isótopos de rutenio muestran que el asteroide de Chicxulub era de tipo carbonáceo

«La composición del asteroide coincide con la de los asteroides carbonáceos que se formaron fuera de la órbita de Júpiter durante la formación del Sistema Solar», explica Mario Fischer-Gödde, geoquímico y primer autor del estudio.

Este tipo de asteroides se caracterizan por tener una alta proporción de carbono en su composición, además de otros minerales y volátiles como agua y amoníaco, y se piensa que pudieron haber sido una fuente significativa de los compuestos orgánicos que son necesarios para la vida en la Tierra, posiblemente a través de impactos durante el llamado período de bombardeo intenso tardío, hace entre 3.800 y 4.100 millones de años.

Los geocientíficos de la Universidad de Colonia también determinaron las composiciones de isótopos de rutenio de otros cráteres y estructuras de impacto de distintas edades en la Tierra, para poder compararlas. Estos datos muestran que, en los últimos 500 millones de años, han impactado contra la Tierra casi exclusivamente fragmentos de asteroides de tipo S.

Un acontecimiento muy raro y único en el tiempo geológico

A diferencia del que impactó en el límite Cretácico-Paleógeno, estos asteroides, que están constituidos principalmente de silicatos de hierro y magnesio, proceden del Sistema Solar interior. Más del 80% de todos los fragmentos de asteroides que chocan contra la Tierra en forma de meteoritos llegan desde esta región.

Hay que recordar que el Sistema Solar interior comprende a los cuatro planetas más próximos al astro rey, esto es, Mercurio, Venus, la Tierra y Marte, y los asteroides. La mayoría de estos orbita entre Marte y Júpiter, en la región del Sistema Solar conocida como cinturón de asteroides.

«Hemos descubierto que el impacto de un asteroide como el de Chicxulub es un acontecimiento muy raro y único en el tiempo geológico —dice Carsten Münker, coautor del estudio. Y añade—: El destino de los dinosaurios y de muchas otras especies quedó sellado por este proyectil procedente de los confines del Sistema Solar». ▪️

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