Nutrientes que ralentizan el envejecimiento cerebral

Científicos detectan un cóctel de nutrientes, entre ellos, ácidos grasos, antioxidantes, carotenoides y dos formas de vitamina E, que podría ayudar a prevenir el deterioro cognitivo.

Por Deann Gayman

Nutrientes contra el envejecimiento cerebral.

Un equipo de investigación ha combinado la neurociencia con la ciencia nutricional para identificar un perfil de nutrientes específico relacionado con un mejor rendimiento en las pruebas cognitivas. Imagen generada con Copilot

Los científicos llevan mucho tiempo estudiando el cerebro con el objetivo de contribuir a un envejecimiento más saludable. Aunque es verdad que sabe mucho sobre los factores de riesgo que aceleran el deterioro cerebral, no menos cierto es que hay una enorme laguna en lo que respecta a cómo frenar el decaimiento cognitivo.

Existen evidencias de que en esta cuestión la nutrición importa, y un nuevo estudio del Centro para el Cerebro, la Biología y el Comportamiento de la Universidad de Nebraska-Lincoln (UIUC) y la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, ambas en Estados Unidos, señala además cómo nutrientes específicos pueden desempeñar un papel fundamental en el envejecimiento saludable del cerebro. Los hallazgos han sido publicados en Nature Publishing Group Aging.

El equipo de científicos, liderado por Aron Barbey, director del Centro de Cerebro, Biología y Comportamiento, con Jisheng Wu, un estudiante de doctorado en Nebraska, y Christopher Zwilling, científico investigador en UIUC, llevó a cabo el estudio multimodal — combinando innovaciones de vanguardia en neurociencia y ciencia nutricional — e identificó un perfil de nutrientes específico en los participantes que tuvieron un mejor desempeño cognitivo.

Dos tipos de envejecimiento cerebral detectado entre los participantes en el studio: acelerado y más lento de lo esperado.

El estudio transversal reclutó a cien participantes cognitivamente saludables, de entre 65 y 75 años de edad. Estos voluntarios completaron un cuestionario con información demográfica, junto con medidas de composición corporal y estado físico.

Se recogió plasma sanguíneo después de un período de ayuno para analizar los biomarcadores de nutrientes. Los participantes también se sometieron a evaluaciones cognitivas y escáneres de resonancia magnética (MRI). El análisis de este conjunto amplio de medidas reveló dos tipos de envejecimiento cerebral entre los participantes: acelerado y más lento de lo esperado. Aquellos con un envejecimiento cerebral más lento mostraron un perfil de nutrientes distintivo.

Los biomarcadores sanguíneos de nutrientes beneficiosos eran una combinación de ácidos grasos (vaccénico, gondoico, alfa linolénico, elcosapentaenoico, eicosadienoico y lignocérico); antioxidantes y carotenoides, como la cis-luteína, la trans-luteína y la zeaxantina; dos formas de vitamina E y colina.

Este perfil nutricional está relacionado con los nutrientes de la dieta mediterránea, que la investigación ha asociado anteriormente con un envejecimiento cerebral saludable.

”Investigamos biomarcadores de nutrientes específicos, como los perfiles de ácidos grasos, conocidos en la ciencia de la nutrición por sus posibles beneficios para la salud. Esto concuerda con el amplio corpus de investigaciones en este campo que demuestran los efectos positivos para la salud de la dieta mediterránea, que hace hincapié en los alimentos ricos en estos nutrientes beneficiosos— afirma Barbey, catedrático de Psicología. Y añade—: El presente estudio identifica patrones particulares de biomarcadores de nutrientes que son prometedores y tienen asociaciones favorables con medidas de rendimiento cognitivo y salud cerebral”.

La dieta mediterránea es buena para la salud.

La dieta mediterránea tiene un efecto protector en el cerebro. Imagen generada con Copilot

Barbey señala quelas investigaciones anteriores sobre nutrición y envejecimiento cerebral se habían basado sobre todo en cuestionarios de frecuencia alimentaria, que dependen del recuerdo de los propios participantes. El nuevo estudio es uno de los primeros y más amplios en combinar imágenes cerebrales, biomarcadores sanguíneos y evaluaciones cognitivas validadas.

“El aspecto único de nuestro estudio reside en su enfoque global, que integra datos sobre nutrición, función cognitiva e imágenes cerebrales—dice Barbey. Y añade—: Esto nos permite construir una comprensión más sólida de la relación entre estos factores. No nos limitamos a medir el rendimiento cognitivo con pruebas neuropsicológicas tradicionales”.

En su lugar, los investigadores han examinado simultáneamente la estructura, la función y el metabolismo cerebrales, y han demostrado una relación directa entre estas propiedades cerebrales y las capacidades cognitivas. “Además, demostramos que estas propiedades cerebrales están directamente relacionadas con la dieta y la nutrición, como revelan los patrones observados en los biomarcadores de nutrientes”, explica Barbey.

Una vía para desarrollar terapias e intervenciones para promover la salud del cerebro.

Los investigadores continuarán explorando este perfil de nutrientes en relación con el envejecimiento cerebral saludable. Barbey sostiene que es posible, en el futuro, que los hallazgos ayuden a desarrollar terapias e intervenciones para promover la salud del cerebro.

“Un siguiente paso importante consiste en realizar ensayos controlados aleatorios. En estos ensayos, aislaremos nutrientes específicos con asociaciones favorables con la función cognitiva y la salud del cerebro, y los administraremos en forma de nutracéuticos— explica Barbey. Y continúa—: Esto nos permitirá evaluar definitivamente si el aumento de los niveles de estos perfiles de nutrientes específicos conduce de manera confiable a mejoras en el rendimiento de las pruebas cognitivas y en las medidas de la estructura, función y metabolismo del cerebro".

Según Barbey, existe un enorme interés científico y médico por comprender el profundo impacto de la nutrición en la salud del cerebro. “Consciente de ello, la Oficina de Investigación Nutricional de los Institutos Nacionales de la Salud estadounidenses ha lanzado recientemente un plan estratégico de diez años para acelerar significativamente la investigación sobre nutrición— comenta Barbey. Y concluye—: Nuestro trabajo se alinea directamente con esta iniciativa crítica, con el objetivo de aportar valiosos conocimientos sobre cómo los patrones dietéticos influyen en la salud cerebral y la función cognitiva”.

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