Las neuronas tienen un «aspecto» distinto en los niños con autismo

Mediciones a nivel neuronal precisas y con un nivel de detalle asombroso podrían aportar nuevos datos de gran ayuda para el diagnóstico y las intervenciones terapéuticas en el autismo, afirma un nuevo estudio.

Por Enrique Coperías

Un nuevo estudio apunta a que los niños con autismo muestran una menor densidad neuronal en ciertas regiones de la corteza cerebral.

Un nuevo estudio apunta a que los niños con autismo muestran una menor densidad neuronal en ciertas regiones de la corteza cerebral responsables, entre otras, de tareas como la memoria, el aprendizaje, el razonamiento y la resolución de problemas. Imagen generada con DALL-E

Existen nuevas pruebas de que las células responsables de la comunicación en el cerebro pueden estar estructuradas de forma diferente en los niños con autismo. Investigadores del Instituto de Neurociencia Del Monte, en la Universidad de Rochester (Estados Unidos) han descubierto que en algunas zonas del cerebro la densidad neuronal varía en los niños con autismo en comparación con el resto de la población.

El autismo o trastorno del espectro autista (TEA) es una condición neurológica y des desarrollo que afecta a la manera en que una persona percibe el mundo, se comunica y se relaciona con los demás. El término espectro hace referencia a que el autismo abarca una amplia gama de características y niveles de gravedad, lo que significa que cada persona con TEA es única y puede presentar diferentes combinaciones de síntomas.

Las personas autistas pueden presentar dificultades para establecer y mantener relaciones sociales, interpretar las señales sociales y entender las normas sociales implícitas. También pueden manifestar comportamientos repetitivos e intereses profundos y a veces inusuales en temas específicos, que pueden dominar el tiempo y la atención de la persona. Por otro lado, muchas personas con TEA son hipersensibles o hiposensibles a estímulos sensoriales, como luces, sonidos, texturas, sabores y olores, lo que puede afectar su comodidad y comportamiento en diferentes entornos.

Diferencias a nivel neurológico

Las causas exactas del autismo no se conocen completamente, pero se cree que son el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales. Investigaciones han identificado varios genes que pueden estar asociados con el TEA, y ciertos factores prenatales y perinatales también pueden influir en el desarrollo del trastorno.

A nivel neurológico, el trastorno del espectro autista se asocia con diversas diferencias estructurales y funcionales en el cerebro en comparación con individuos neurotípicos. Estas disimilitudes pueden influir en cómo las personas con TEA perciben el mundo, procesan la información y se relacionan socialmente.

Por ejemplo, hay estudios que demuestran que algunos niños con TEA presentan un aumento en el volumen cerebral durante los primeros años de vida, principalmente debido a un crecimiento acelerado de las neuronas y conexiones sinápticas. Sin embargo, este crecimiento puede estabilizarse o incluso disminuir en etapas posteriores del desarrollo.

El cerebelo y la amígdala

Otras investigaciones apuntan al cerebelo, que está involucrado en la coordinación motora y algunas funciones cognitivas y que, a menudo, muestra diferencias en tamaño y estructura en personas con TEA. Estas variaciones pueden estar relacionadas con dificultades en la coordinación y procesamiento sensorial.

La amígdala también está en el punto de mira de los neurólogos. Esta región clave para el procesamiento emocional y la formación de recuerdos emocionales,puede estar hiperactiva o presentar un desarrollo atípico en personas autistas, lo que puede contribuir a desafíos en la regulación emocional y la interacción social.

«Llevamos muchos años describiendo las características más evidentes de las diferentes regiones del encéfalo, como el grosor, el volumen y las curvaturas», explica Zachary Christensen, aspirante a doctor en Medicina y Odontología de la Universidad de Rochester y primer autor del artículo. Y añade—: Sin embargo, las técnicas más recientes en el campo de la neuroimagen para caracterizar las células mediante resonancia magnética, desvelan nuevos niveles de complejidad a lo largo del desarrollo».

Crecimiento excesivo del cerebro en bebés que luego desarrollan autismo Las resonancias magnéticas demuestran que la amígdala crece demasiado rápido entre los 6 y los 12 meses de edad, antes de que las características del autismo emerjan por completo

Las resonancias magnéticas demuestran que la amígdala crece demasiado rápido entre los seis y los doce meses de edad, antes de que las características del autismo emerjan por completo, según un estudio de la Universidad de Washington. Cortesía: Dr. Stephen Dage

Una menor densidad neuronal en regiones de la corteza cerebral

Para abordar este estudio, cuyas conclusiones han sido publicadas en la revista Autism Research, los investigadores utilizaron datos de imágenes cerebrales recogidos de más de 11.000 niños de entre nueve y once años. Compararon las imágenes de los 142 niños de ese grupo con autismo con las de la población general, y descubrieron que había una menor densidad neuronal en regiones de la corteza cerebral.

Algunas de las regiones afectadas del cerebro son responsables de tareas como la memoria, el aprendizaje, el razonamiento y la resolución de problemas. Por el contrario, los investigadores también hallaron otras regiones cerebrales, como la amígdala -un área responsable de las emociones-, que mostraban una mayor densidad neuronal.

Además de cotejar los escáneres de niños con autismo con los de niños sin ningún diagnóstico de problemas en el neurodesarrollo, también compararon a los niños con autismo con un amplio grupo de niños diagnosticados con trastornos psiquiátricos comunes, como trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y ansiedad. Los resultados fueron los mismos, lo que sugiere que estas diferencias son específicas del autismo.

Lidiar además con la depresión, la ansiedad o el TDAH

«Las personas con diagnóstico de autismo —dice Christensen— suelen tener otras cosas con las que lidiar, como la ansiedad, la depresión y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Pero estos hallazgos significan que ahora tenemos un nuevo conjunto de mediciones que han demostrado ser prometedoras para caracterizar a los individuos con autismo»,

En palabras de Christense, «si la caracterización de las desviaciones únicas en la estructura de las neuronas de las personas con autismo se puede hacer de forma fiable y con relativa facilidad, esto abre un montón de oportunidades para caracterizar cómo se desarrolla el autismo. Estas mediciones pueden ser utilizados para identificar a los individuos con autismo que podrían beneficiarse de intervenciones terapéuticas más específicas».

La tecnología ha transformado el nivel de precisión y detalle con el que los investigadores pueden observar las estructuras neuronales. Antes, solo podían ver diferencias estructurales en poblaciones neuronales postmortem.

En el punto de salida

Las imágenes y su información utilizadas en esta investigación proceden de la base de datos del estudio Adolescent Brain Cognitive Development (ABCD). Se trata del mayor estudio a largo plazo sobre el desarrollo cerebral y la salud infantil.

La Universidad de Rochester es uno de los veintiún sitios de Estados Unidos donde se recopilan datos para este estudio, que comenzó en 2015, y ha revolucionado nuestra comprensión de la salud y el desarrollo del cerebro adolescente.

«Estamos en la antesala de comprender el verdadero impacto que los extraordinarios datos recopilados por el Estudio ABCD tendrán en la salud de nuestros niños —afirma el doctor John Foxe, autor principal del estudio y director del Instituto Del Monte de Neurociencia y del Instituto Golisano de Discapacidades Intelectuales y del Desarrollo. Y añade—: Está transformando verdaderamente lo que sabemos sobre el desarrollo cerebral a medida que seguimos a este grupo de niños desde la infancia hasta los primeros años de la edad adulta».▪️

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