Dos medusas peine pueden fusionarse en una para sobrevivir a graves heridas

La capacidad de las medusas peine para fusionarse dos en una les permite sincronizar sus músculos y compartir recursos alimenticios. El hallazgo plantea cuestiones profundas sobre los límites genéticos y la individualidad dentro de los ctenóforos americanos.

Por Enrique Coperías

Estas dios medusas de la especie Mnemiopsis leidyi han sido fusionadas por primera vez en condiciones de laboratorio.

Estas dios medusas de la especie Mnemiopsis leidyi han sido fusionadas por primera vez en condiciones de laboratorio. Cortesía: Mariana Rodríguez-Santiago

Un equipo de investigadores han publicado en la revista Current Biology un sorprendente descubrimiento: las medusas peine de la especie conocida conocida como ctenóforo americano (Mnemiopsis leidy) pueden fusionarse entre sí, de modo que dos individuos se convierten fácilmente en uno tras sufrir una herida vital. Después, sincronizan rápidamente sus contracciones musculares y fusionan sus tractos digestivos para compartir el alimento.

«Nuestros hallazgos sugieren que los ctenóforos pueden carecer de un sistema de alorreconocimiento, que es la capacidad de distinguir entre uno mismo y los demás —afirma Kei Jokura, de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y de los Institutos Nacionales de Ciencias Naturales de Okazaki (Japón). Y añade—: Además, los datos implican que dos individuos separados pueden fusionar rápidamente sus sistemas nerviosos y compartir potenciales de acción».

Los ctenóforos, también conocidos como medusas peine, son organismos marinos pertenecientes al filo Ctenophora. Se caracterizan por su cuerpo gelatinoso, generalmente ovalado o en forma de embrión, y por la presencia de células especializadas llamadas células de coloblasto, que extendidas por los tentáculos de estos animales y les permiten capturar presas, principalmente pequeños peces y zooplancton.

Fusión de individuos en el laboratorio

Una de sus características más distintivas son las cintas de cilios que recorren su cuerpo, las cuales utilizan para nadar. Los ctenóforos son importantes en los ecosistemas marinos, ya que actúan como depredadores y presas en la cadena alimentaria.

A diferencia de las medusas, los ctenóforos carecen de tentáculos urticantes y pueden presentar bioluminiscencia, lo que les permite emitir luz en la oscuridad del océano.

Jokura y sus colegas hicieron la observación después de mantener una población de ctenóforos americanos en un tanque de agua de mar en el laboratorio. Se dieron cuenta de un individuo inusualmente grande que parecía tener dos extremos traseros y dos estructuras sensoriales conocidas como órganos apicales en lugar de una. Se preguntaron si este inusual individuo surgió de la fusión de dos medusas heridas.

Ejemplares de Mnemiopsis leidyi. Es nativo de las aguas costeras del oeste del océano Atlántico, pero se ha establecido como especie invasora en las regiones europeas y de Asia occidental. Crédito: Steven G. Johnson

En solo una noche

Para averiguarlo, extrajeron lóbulos parciales de otros individuos y los colocaron juntos en parejas. Resultó que, nueve de cada veces veces, funcionó. Los ctenóforos americanos heridos se convirtieron en uno, sobreviviendo durante al menos tres semanas.

Un estudio posterior mostró que después de una sola noche, los dos individuos originales se convirtieron sin problemas en uno, sin separación aparente entre ellos. Cuando los investigadores pincharon un lóbulo, todo el cuerpo fusionado reaccionó con una respuesta de sobresalto prominente, lo que sugiere que sus sistemas nerviosos también estaban completamente fusionados.

«Nos sorprendió observar que la estimulación mecánica aplicada a un lado del ctenóforo fusionado resultó en una contracción muscular sincronizada en el otro extremo», dice Jokura.

Comparten bocas y anos

Observaciones más detalladas mostraron que los ctenóforos americanos fusionados experimentaron movimientos espontáneos durante la primera hora. Después, el ritmo de las contracciones de cada lóbulo empezó a sincronizarse de forma más eficaz.

Al cabo de solo dos horas, el 95% de las contracciones musculares del animal fusionado estaban completamente sincronizadas, según los autores del trabajo. También observaron detenidamente el tracto digestivo para comprobar que también se había fusionado.

Cuando una de las bocas ingirió un camarón marcado con un producto fluorescente las partículas de alimento se abrieron camino a través del canal fusionado. Finalmente, el ctenóforo americano expulsó los productos de desecho por ambos anos, aunque no al mismo tiempo.

Los investigadores afirman que sigue sin estar claro cómo funciona la fusión de dos individuos en uno como estrategia de supervivencia. Sugieren que futuros estudios ayudarán a colmar las lagunas de comprensión, con posibles implicaciones en el campo de la ciencia regenerativa.

«Los mecanismos de alorreconocimiento están relacionados con el sistema inmunitario, y la fusión de sistemas nerviosos está estrechamente vinculada a la investigación sobre regeneración —explica Jokura. Y concluye—: Desentrañar los mecanismos moleculares que subyacen a esta fusión podría hacer avanzar estas áreas de investigación cruciales». ▪️

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