El tiempo entre la ovulación y el periodo no está fijado en 13 o 14 días
La fase lútea del ciclo menstrual, esto es, el tiempo comprendido entre la ovulación y el siguiente periodo, no está fijada en dos semanas, como se creía hasta ahora, según un nuevo estudio.
Por Enrique Coperías
La expectativa actual es que todo ciclo menstrual ovulatorio tenga una fase lútea —el tiempo que transcurre desde la liberación del óvulo hasta el siguiente flujo— que dure aproximadamente catorce días. Es sencillo, la ovulación cubre la mitad del ciclo menstrual clásico esperado de veintiocho días. Eso encaja con otro concepto actual: «Todos los ciclos menstruales regulares de un mes son ovulatorios».
«Descubrimos una gran variedad de duraciones de la fase lútea, incluso en mujeres premenopáusicas sanas que necesitaban dos ciclos seguidos que fueran tanto de duración normal del ciclo como ovulatorios para poder participar en el estudio original —dice la primera autora de este estudio, Sarah Henry, experta en Medicina Familiar de la Universidad de British Columbia, en Canadá. Y añade—: Aunque la duración de la fase lútea no era predecible, por lo general era menos variable que la fase folicular».
Los resultados de la investigación, que acaban de publicarse en la revista Human Reproduction, muestran que la duración de la fase lútea es bastante variable. Dicha versatilidad fue documentada mediante el método conocido como Quantitative Basal Temperature© (QBT©), que se utiliza principalmente en el seguimiento de la fertilidad femenina. Básicamente, se trata de una medida precisa de la temperatura corporal en reposo, generalmente tomada por la mañana, justo después de despertar y antes de realizar cualquier actividad física.
Medición de las fases folicular y lútea
Según este método QBT©, que permite identificar cambios sutiles que están relacionados con el ciclo menstrual de la mujer, una duración normal de la fase lútea está en torno a los diez diez días; los ciclos lúteos cortos están o debajo de este tiempo.
«Este estudio, de un año de duración, es poco frecuente, y examina las variabilidades de la fase folicular y la duración de la fase lútea dentro de una misma mujer», afirma Sonia Shirin, investigadora asociada del CeMCOR y coautora que trabajó con la doctora Henry en los análisis estadísticos.
Recordemos que la fase folicular obedece a la primera fase del ciclo, que comienza con la llegada de la menstruación y se caracteriza por el desarrollo de varios folículos en el ovario, por acción de la hormona FSH o folículo estimulante.
«Estudiamos los ciclos de 53 mujeres sanas durante aproximadamente un año; todas tuvieron al menos ocho, y una media de trece ciclos menstruales», explica la doctora Shirin.
Ciclos de fase lútea corta y problemas para quedarse embarazada
«Lo sorprendente es que, a pesar del riguroso cribado, solo seis de 53 mujeres (11%) tuvieron ciclos ovulatorios normales en todo el año —afirma la doctora Azita Goshtasebi, coautora y médico de familia, además de experta en salud reproductiva pública de la mujer. Y añade—: El 55% de las mujeres tuvieron más de una fase lútea corta en un ciclo ovulatorio en el año que duró el estudio».
Pero ¿importa que la fase lútea sea corta?
Sí. Un metaanálisis CeMCOR publicado en 2014 mostró que había pérdida ósea en las mujeres que tenían más ciclos ovulatorios y anovulatorios de fase lútea corta en comparación con las que tenían más ciclos ovulatorios normales a lo largo de un año, incluso si todos los ciclos se mantenían separados por meses. También es probable que los ciclos de fase lútea corta, así como aquellos sin ovulación, estén relacionados con problemas para quedarse embarazada.
«Ojalá hubiera sabido que mis periodos menstruales, perfectamente regulares y separados por meses, podrían haber ocultado alteraciones ovulatorias silenciosas que podrían dificultarme la fertilidad —afirma la doctora Sophia Park, profesora de Patología y Medicina de Laboratorio en la Universidad de Columbia Británica.
«Es importante conocer nuestra propia duración de la ovulación y de la fase lútea. ¿Por qué? —se pregunta la doctora Jerilynn C. Prior, catedrática de Endocrinología de la Universidad de Columbia Británica. Y se responde—: Porque cada vez hay más pruebas de que el estrógeno, un potente estimulador del crecimiento, necesita un contrapeso. La progesterona disminuye la proliferación a la vez que estimula el desarrollo y la especialización de las células».
Los investigadores afirman que esta nueva información sobre la variabilidad de la duración de la fase lútea es importante por dos motivos: uno, porque no podemos dar por sentado que ciclos menstruales de un mes de duración significan ovulación o fases lúteas de duración normal; y dos, porque las mujeres necesitan conocer la ovulación tanto por motivos de salud como de fertilidad. ▪️
Información facilitada por la Universidad de Columbia Británica
Fuente: Sarah Henry, Sonia Shirin, Azita Goshtasebi, Jerilynn C. Prior. Prospective 1-year assessment of within-woman variability of follicular and luteal phase lengths in healthy women prescreened to have normal menstrual cycle and luteal phase lengths. Human Reproduction (2024). DOI: https://doi.org/10.1093/humrep/deae215