La gente tiene gran confianza en la ciencia
Un nuevo estudio internacional realizado en 68 países revela que la mayoría de las personas confía en los científicos y desea que desempeñen un papel más activo en la sociedad. Sin embargo, el informe destaca desafíos en la receptividad pública hacia la ciencia.
Por Enrique Coperías
Un reciente estudio internacional llevado a cabo en 68 países demuestra que la confianza en los científicos es generalizada. Publicado en la revista Nature Human Behaviour y realizado por el consorcio TISP (Trust in Science and Science-Related Populism), el análisis se basa en una encuesta a 71.922 personas, lo que proporciona un panorama completo de la confianza pública en la ciencia tras la pandemia de la covid-19.
Coordinado por la Viktoria Cologna, de la Universidad de Harvard y el ETH Zúrich, Niels G. Mede,de la Universidad de Zúrich, el estudio ofrece datos clave sobre cómo la sociedad percibe a los científicos y el rol que deberían desempeñar en la formulación de políticas.
El nivel promedio de confianza en los científicos fue de 3,62 en una escala del 1 al 5, lo que refleja una percepción positiva, aunque con espacio para mejorar. Según los encuestados, el 78% de la gente considera que los científicos están cualificados para realizar investigaciones de alto impacto; el 57% cree que son honrados y el 56% los percibe como preocupados por el bienestar de las personas.
Egipto, en el primer lugar; España, en el séptimo
Sin embargo, solo el 42% opina que los científicos prestan suficiente atención a las opiniones de los demás, lo que pone de manifiesto un aspecto clave para trabajar en la construcción de confianza.
Los resultados muestran importantes variaciones entre países en cuanto al nivel de confianza en los científicos:
Países con mayor confianza: Egipto (4,30) lidera la lista, seguido de la India (4,26), Nigeria (3,98), Kenia (3,96) y Australia (3,91). España ocupa el séptimo lugar, con una puntuación de 3,90.
Rangos intermedios: El Reino Unido ocupa el puesto decimoquinto, por detrás de Estados Unidos (12), pero por delante de Canadá (17) y Suecia (20).
Países con menor confianza: Albania ocupa el último lugar (68), seguido de Kazajistán (67), Bolivia (66), Rusia (65) y Etiopía (64).
En el caso del Reino Unido, los datos recogidos por Eleonora Alabrese, economista de la Universidad de Bath, revelan un nivel de confianza generalmente alto, superior al de otros países europeos como Dinamarca, Alemania y Bélgica.
Deseo de mayor participación de los científicos
Una amplia mayoría de los encuestados (83%) considera que los científicos deben comunicar la ciencia al público, y el 52% opina que deberían involucrarse más en la formulación de políticas públicas. Además, solo una minoría (23%) cree que los científicos no deberían defender activamente políticas específicas.
Este apoyo al papel activo de los científicos en la sociedad es consistente en la mayoría de los países y refleja un deseo generalizado de que estos contribuyan a resolver problemas sociales y políticos.
El estudio también analiza las discrepancias entre las prioridades percibidas de la ciencia y las expectativas del público. Los encuestados asignaron la mayor prioridad a la mejora de la salud pública, la resolución de problemas energéticos y la reducción de la pobreza.
Menos atención a la tecnología militar
Sin embargo, muchos consideran que estas áreas no reciben suficiente atención por parte de la ciencia. Por otro lado, el desarrollo de tecnología militar y de defensa es visto como una prioridad excesiva y menos deseada.
Los participantes creen que la ciencia prioriza el desarrollo de tecnología militar más de lo que debería, lo que genera tensiones entre las expectativas del público y los esfuerzos percibidos de la comunidad científica. Estas discrepancias pueden influir negativamente en la confianza pública si no se abordan adecuadamente.
La confianza en los científicos varía según características demográficas e ideológicas. Las mujeres, las personas mayores y aquellas con niveles educativos más altos muestran niveles de confianza superiores. En países como el Reino Unido, esta tendencia también se observa, y destaca el impacto positivo de la educación y la experiencia acumulada en la percepción de la ciencia.
Conservadores y confianza en la ciencia
Por otro lado, una orientación política conservadora está vinculada a una menor confianza en la ciencia en América del Norte y Europa, pero este patrón no se mantiene globalmente. Según Alabrese, esto sugiere que el liderazgo político influye significativamente en las actitudes hacia la ciencia, lo que plantea un desafío para abordar los sesgos ideológicos que afectan la percepción pública.
El populismo científico, que prioriza el sentido común sobre el conocimiento especializado, también desempeña un papel en la desconfianza hacia la ciencia. Este fenómeno, junto con el alto nivel de dominación social (SDO), que favorece jerarquías sociales estrictas, está asociado con menores niveles de confianza, especialmente en sociedades donde se percibe a las instituciones académicas como opositoras a dichas jerarquías.
A pesar de los resultados positivos, el estudio destaca áreas preocupantes. Menos de la mitad de los encuestados (42%) considera que los científicos son receptivos a las opiniones de los demás. Además, las diferencias entre las prioridades del público y los esfuerzos percibidos por la ciencia pueden erosionar la confianza si no se abordan de manera proactiva.
Un mayor feedback entre científicos y el público
El consorcio recomienda que los científicos sean más receptivos al feedback, fomenten el diálogo bidireccional con el público y trabajen para alinear sus prioridades con los valores sociales. En particular, en los países occidentales, los esfuerzos deben centrarse en llegar a los grupos conservadores, quienes tienden a mostrar mayores niveles de desconfianza.
La pandemia de covid-19 ha puesto de manifiesto la importancia crítica de la ciencia para la gestión de crisis globales. Los países con mayores niveles de confianza en los científicos lograron tasas más altas de vacunación y un mejor cumplimiento de las medidas no farmacéuticas. Este estudio, descrito por Mede como «la instantánea pospandémica más completa sobre la confianza en los científicos», refuerza la idea de que la confianza en la ciencia es un pilar esencial para la acción colectiva frente a desafíos globales como el cambio climático y las pandemias futuras.
Sin embargo, incluso una disminución en la confianza de una minoría podría tener un impacto desproporcionado en la aceptación de datos científicos en la formulación de políticas, especialmente si incluye a personas influyentes o recibe amplia cobertura mediática. Según Alabrese, es crucial abordar estas preocupaciones para evitar que estas minorías erosionen el consenso público sobre cuestiones científicas críticas.
Recomendaciones y oportunidades
El consorcio TISP propone varias estrategias para reforzar la confianza pública en la ciencia:
Transparencia y receptividad. Los científicos deben ser más abiertos sobre sus fuentes de financiación, métodos de investigación y datos. Asimismo, deben estar dispuestos a considerar y abordar las preocupaciones del público.
Comunicación participativa. Fomentar un diálogo genuino con la sociedad, en lugar de enfoques de comunicación vertical, puede ayudar a construir confianza y alineación con las prioridades sociales.
Enfoque en prioridades públicas. Resaltar investigaciones en áreas prioritarias como la salud pública y la sostenibilidad energética podría reforzar la percepción positiva de la ciencia.
Educación y concienciación. Invertir en iniciativas educativas que expliquen el valor de la ciencia y su relevancia para los problemas cotidianos podría contrarrestar la desinformación y los prejuicios ideológicos.
El estudio refleja una imagen optimista pero matizada sobre la confianza pública en la ciencia. Si bien la mayoría de las personas confía en los científicos y desea que desempeñen un papel más activo en la sociedad, existen desafíos importantes relacionados con la percepción pública de la receptividad de los científicos y la alineación de prioridades.
Estas conclusiones tienen implicaciones significativas para los científicos, los formuladores de políticas y los comunicadores, quienes deben trabajar en conjunto para garantizar que la confianza pública en la ciencia no solo se mantenga, sino que también se fortalezca en un mundo cada vez más complejo y globalizado. ▪️
Información facilitada por la Universidad de Bath
Fuente: Cologna, V., Mede, N.G., Berger, S. et al. Trust in scientists and their role in society across 68 countries. Nature Human Behaviour (2025). DOI: https://doi.org/10.1038/s41562-024-02090-5