La esperanza de vida mundial aumentará casi cinco años para 2050

A pesar de las amenazas geopolíticas, metabólicas y ambientales, la esperanza de vida mundial global aumentará de 73,6 años en 2022 a 78,1 años en 2050, según un nuevo informe.

Por el Institute For Health Metrics and Evaluation

Aumenta la esperanza de vida.

La esperanza de vida sana mundial (HALE) —el número medio de años que una persona puede esperar vivir con buena salud— aumentará 2,6 años. Imagen generada con Copilot

Las últimas conclusiones del Estudio sobre la Carga Mundial de Morbilidad (GBD) 2021, publicadas en la revista médica The Lancet, pronostican que la esperanza de vida mundial aumentará en 4,9 años en los hombres y en 4,2 años en las mujeres entre 2022 y 2050.

Se espera que los aumentos sean mayores en los países donde la esperanza de vida es menor, lo que contribuirá a una convergencia del aumento de la esperanza de vida en todas las geografías. Esta tendencia está impulsada en gran medida por las medidas de salud pública que han prevenido y mejorado las tasas de supervivencia de las enfermedades cardiovasculares, la covid-19 y una serie de enfermedades transmisibles, maternas, neonatales y nutricionales (CMNN).

Este estudio indica que el actual desplazamiento de la carga de morbilidad hacia las enfermedades no transmisibles (ENT) —como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y la diabetes— y la exposición a los factores de riesgo asociados a las ENT —como la obesidad, la hipertensión arterial, una dieta no óptima y el tabaquismo— tendrán el mayor impacto en la carga de morbilidad de la próxima generación.

Más años de vida, pero con más años de mala salud.

A medida que la carga de morbilidad se desplaza de las CMNN a las ENT, y de los años de vida perdidos (YLL) a los años vividos con discapacidad (YLD), se espera que más personas vivan más tiempo, pero con más años de mala salud. Se prevé que la esperanza de vida mundial aumente de 73,6 años en 2022 a 78,1 años en 2050. O sea, un incremento de 4,5 años.

Y la esperanza de vida sana mundial (HALE) —el número medio de años que una persona puede esperar vivir con buena salud— aumentará de 64,8 años en 2022 a 67,4 años en 2050. Dicho de otro modo, un incremento de 2,6 años.

Para llegar a estas conclusiones, el estudio prevé la mortalidad por causas específicas; los YLL; YLD; los años de vida ajustados en función de la discapacidad (DALY, o años de vida saludable perdidos debido a la mala salud y la muerte prematura); la esperanza de vida; y la HALE desde 2022 hasta 2050 para 204 países y territorios.

Se mantendrán las desigualdades sanitarias entre las regiones con mayores y menores ingresos.

“Además de un aumento de la esperanza de vida en general, hemos observado que disminuirá la disparidad en la esperanza de vida entre las distintas zonas geográficas— dice Chris Murray, Catedrático de Ciencias de la Métrica de la Salud de la Universidad de Washington y Director del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud (IHME) estadounidense. Y añade—: Esto es un indicador de que, aunque se mantendrán las desigualdades sanitarias entre las regiones con mayores y menores ingresos, las diferencias se están reduciendo, y los mayores aumentos se prevén en el África subsahariana”.

Murray apunta que la mayor oportunidad para acelerar la reducción de la carga mundial de morbilidad es a través de intervenciones políticas dirigidas a prevenir y mitigar los factores de riesgo conductuales y metabólicos.

mujeres y hombres ancianos de una tribu del África subsahariana cantan al aire libre.

Los mayores aumentos de la esperanza de vida se prevén en el África subsahariana, según el informe en The Lancet. Imagen generada con Copilot

Estas conclusiones se basan en los resultados del estudio sobre factores de riesgo de la CMD 2021, que también se publica en The Lancet. Este estudio complementario descubrió que el número total de años perdidos por mala salud y muerte prematura —medidos en los años de vida ajustados en función de la discapacidad (DALY)— atribuibles a factores de riesgo metabólicos ha aumentado un 50% desde el año 2000.

El estudio también plantea varios escenarios alternativos para comparar los posibles resultados sanitarios si diferentes intervenciones de salud pública pudieran eliminar la exposición a varios grupos de factores de riesgo clave para 2050.

El trabajo publicado en The Lancet también plantea varios escenarios alternativos para comparar los posibles resultados sanitarios si diferentes intervenciones de salud pública pudieran eliminar la exposición a varios grupos de factores de riesgo clave para 2050.

Mejora de la nutrición infantil y la vacunación.

“Predecimos grandes diferencias en la carga mundial de DALY entre los distintos escenarios alternativos para ver cuál es el más impactante en nuestros datos generales de esperanza de vida y previsiones de DALY— comenta Stein Emil Vollset, primer autor del estudio que dirige la Unidad Colaboradora de GBD en el Instituto Noruego de Salud Pública. Y continúa—: Globalmente, los efectos pronosticados son mayores en el escenario Mejora de los riesgos conductuales y metabólicos, con una reducción del 13,3% de la carga de morbilidad (número de DALY) en 2050 en comparación con el escenario Referencia (el más probable)”.

Los autores también plantearon otros dos escenarios: uno centrado en entornos más seguros y otro, en la mejora de la nutrición infantil y la vacunación.

“Aunque los mayores efectos en la carga mundial de DALY se observaron en el escenario Mejora del comportamiento y el riesgo metabólico, también pronosticamos reducciones en la carga de morbilidad en los escenarios Medioambiente más seguro y Mejora de la nutrición infantil y la vacunación más allá de nuestra previsión de referencia— explica Amanda E. Smith, Ssubdirectora de Previsiones del IHME. Y añade—: Esto demuestra la necesidad de seguir avanzando y destinando recursos a estas áreas, así como el potencial para acelerar el progreso hasta 2050”.

“Tenemos por delante una inmensa oportunidad de influir en el futuro de la salud mundial adelantándonos a estos crecientes factores de riesgo metabólicos y dietéticos, en particular, los relacionados con factores conductuales y de estilo de vida como la hiperglucemia, el índice de masa corporal elevado y la hipertensión arterial”, concluye Murray.

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