Encuentran microplásticos en los esqueletos de los corales
Con la ayuda de una nueva técnica, científicos de Japón y Tailandia han detectado microplásticos en toda la anatomía del coral. Gracias a este hallazgo, dan con una posible explicación al llamado «problema del plástico perdido»: el coral podría estar actuando como «sumidero» de este material contaminante.
Por Enrique Coperías
Investigadores de Japón y Tailandia, que estudian el impacto de los microplásticos en los corales, han descubierto que las tres partes de la anatomía del coral —la mucosa superficial, los tejidos y el esqueleto- contienen microplásticos. Los hallazgos fueron posibles gracias a una nueva técnica de detección de microplásticos desarrollada por el equipo de investigación y aplicada al coral por primera vez.
Los microplásticos son fragmentos pequeños de menos de 5 mm, provenientes de la descomposición de plásticos más grandes o productos como cosméticos y textiles. marinos. Debido a su tamaño diminuto, son difíciles de eliminar y pueden tener efectos devastadores en los ecosistemas marinos y en la salud humana.
Se encuentran en todo el planeta, desde las playas más remotas hasta las profundidades oceánicas. Estos plásticos diminutos son especialmente problemáticos para la vida marina, debido precisamente a su reducido tamaño, ya que son ingeridos por una amplia gama de organismos de forma involuntaria.
Los recientes hallazgos coralinos de los científicos japoneses y tailandeses también podrían explicar el llamado problema del plástico desaparecido, que desconcerta desde hace años a los científicos. En efecto, cerca del 70% de la basura plástica que ha vertido a los océanos no se localiza. La hipótesis del equipo es que el coral puede estar actuando como un sumidero de microplásticos, al absorberlos del agua de los océanos. Sus hallazgos se publicaron en la revista Science of the Total Environment.
La dependencia de la humanidad de los plásticos ha traído una comodidad sin precedentes a nuestras vidas, pero ha causado un daño incalculable a nuestro ecosistema en formas que los investigadores aún están empezando a comprender. Se calcula que solo en los océanos se vierten anualmente entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas de plásticos.
La corriente oceánica aglomera grandes cantidades de plásticos en zonas específicas, como la Gran Mancha de Basura del Pacífico, que es un área del tamaño aproximado de Francia y está compuesta principalmente por microplásticos. Estas islas no solo son un impacto visual, sino que afectan a la biodiversidad marina al alterar la distribución de nutrientes y desechos en esas zonas.
El sudeste asiático vierte al mar 10 millones de toneladas de residuos plásticos al año
«En el sudeste asiático, la contaminación por plásticos se ha convertido en un problema importante. En conjunto, se vierten anualmente casi 10 millones de toneladas de residuos plásticos, lo que equivale a un tercio del total mundial —explica el profesor Suppakarn Jandang, del Instituto de Investigación de Mecánica Aplicada (RIAM), en la Universidad de Kyushu (Japón), y primer autor del estudio. Y añade—: Parte de este plástico se vierte al océano, donde se degrada en microplásticos».
Para estudiar el problema de la contaminación por plástico en el Sudeste Asiático, el RIAM se asoció en 2022 con la Universidad Chulalongkorn de Tailandia para crear el Centro de Estudios del Plástico Oceánico. El instituto internacional está dirigido por el profesor Atsuhiko Isobe, que también dirigió el equipo de investigación detrás de estos últimos hallazgos.
El equipo quería examinar el impacto de los microplásticos en los arrecifes de coral locales, por lo que centró su trabajo de campo en la costa de la isla de Si Chang, en el golfo de Tailandia. La zona es conocida por sus pequeños arrecifes, además de ser un área habitual de estudios antropológicos.
«El coral tiene tres partes anatómicas principales: la mucosa superficial, el exterior del cuerpo coralino; el tejido, que son las partes internas del coral; y el esqueleto, los depósitos duros de carbonato cálcico que producen —explica Jandang. Y añade—: Nuestro primer paso fue desarrollar una forma de extraer e identificar los microplásticos de nuestras muestras de estos animales coloninales. Sometimos nuestras muestras a una serie de sencillos lavados químicos diseñados para romper cada capa anatómica del coral. Una vez disuelta una de las capas, filtrábamos el contenido y continuábamos con la siguiente».
En total, los investigadores recolectaron y estudiaron veintisiete muestras de coral de cuatro especies distintas. En los análisis de las muestras detectaron 174 partículas microplásticas, en su mayoría de entre 101 y 200 μm de tamaño, cerca del calibre de un cabello humano.
De los microplásticos detectados, el 38% se distribuyó en la mucosa superficial; el 25%, en el tejido; y el 37%, en el esqueleto. En cuanto a los tipos de microplásticos, el equipo descubrió que el nailon, el poliacetileno y el tereftalato de polietileno (PET) fueron los tres más prevalentes, en nas proporciones del 20,11%, 14,37% y 9,77%, respectivamente.
Estos nuevos hallazgos también indican que el coral puede actuar como un sumidero de plástico marino, secuestrando los residuos plásticos del océano, al igual que los árboles secuestran el CO2 del aire.
Los microplásticos pueden permanecer cientos de años escondidos en los esqueletos de coral
«El problema del plástico desaparecido ha preocupado a los científicos que rastrean los residuos plásticos marinos, pero estas pruebas sugieren que los corales podrían ser responsables de ese plástico que parece haberse esfumado — explica Jandang. Y continúa—: Dado que los esqueletos de los corales permanecen intactos después de morir, estos microplásticos depositados pueden conservarse potencialmente durante cientos de años. Algo parecido a los mosquitos conservados en ámbar».
Aún son necesarias más investigaciones para comprender el impacto total de estos hallazgos en los arrecifes de coral y en el ecosistema global.
«Los corales que estudiamos en esta ocasión están distribuidos por todo el mundo. Para hacernos una idea más precisa de la situación, debemos realizar estudios exhaustivos a escala mundial sobre una gran variedad de especies de coral —propone Isobe. Y concluye—: Tampoco conocemos los efectos de los microplásticos sobre la salud de los corales y la comunidad de arrecifes en general. Aún queda mucho por hacer para evaluar con precisión el impacto de los microplásticos en nuestro ecosistema».▪️
Información facilitada por la Universidad de Kyūshū
Fuente: Suppakarn Jandang, María Belén Alfonso, Haruka Nakano, Nopphawit Phinchan, Udomsak Darumas, Voranop Viyakarn, Suchana Chavanich, Atsuhiko Isobe. Possible sink of missing ocean plastic: Accumulation patterns in reef-building corals in the Gulf of Thailand. Science of The Total Environment (2024). DOI: https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2024.176210