El regreso imparable del lobo en Europa: entre el éxito ecológico y el desafío de la coexistencia
El lobo ha regresado con fuerza a Europa, con un crecimiento del 58 % en la última década que viene de la mano de un acalorado debate entre la conservación y la coexistencia con el ser humano. ¿Éxito ecológico o conflicto en expansión?
Por Enrique Coperías
En la última década, la población del lobo en Europa ha crecido un 58%. La recuperación y expansión de esta especie carnívora no está exenta de polémica. Foto: Thomas Bonometti
El lobo (Canis lupus) ha experimentado una recuperación notable en Europa en la última década, con una población que ha pasado de 12.000 ejemplares hace diez años a más de 21.500 en 2022, lo que supone un aumento del 58 %.
Este fenómeno ha sido documentado en un estudio liderado por Cecilia Di Bernardi y Guillaume Chapron, de la Universidad de Ciencias Agrícolas de Suecia, y publicado en la revista PLOS Sustainability and Transformation.
En un contexto global, donde la mayoría de las poblaciones de grandes carnívoros están en declive, la recuperación del lobo en Europa destaca como un éxito de conservación impulsado por las políticas de protección, cambios en el uso del suelo y la capacidad de adaptación de la especie.
Macho alfa de lobo iberico (Canis lupus signatus). Foto: Arturo de Frias Marques
Atacadas 56.000 de 279 millones de cabezas de ganado
El estudio, basado en datos de 34 países europeos, confirma que en la mayoría de ellos las poblaciones de lobos han crecido, con excepción de tres países donde se han registrado descensos. El aumento se debe, en parte, a la implementación de regulaciones como la Directiva de Hábitats de la Unión Europea y la Convención de Berna, que han otorgado a los lobos un estatus de protección durante décadas.
También han contribuido programas de conservación como LIFE, que financian medidas para mitigar los conflictos entre lobos y humanos. Sin embargo, este éxito de conservación conlleva desafíos significativos, especialmente en lo que respecta a la coexistencia con la ganadería y la caza.
Uno de los principales puntos de conflicto es la depredación del ganado. Según el estudio, los lobos en la UE matan anualmente alrededor de 56.000 animales domésticos, de un total de 279 millones de cabezas de ganado, lo que representa un riesgo de que una oveja o una vaca sea atacada es de solo el 0,02 %.
Francia, España, Italia, Grecia y Noruega , los más afectados
A pesar de que este impacto es relativamente bajo en términos porcentuales, su distribución no es homogénea, y afecta de manera desproporcionada a ciertas comunidades rurales. Países como Francia, España, Italia, Grecia y Noruega reportan las mayores pérdidas, lo que muchas veces genera tensiones con los ganaderos.
En España, la población de lobos ha pasado de 11.193 ejemplares en 2012 a 20.300 en 2023, con casi trescientas manadas. Este incremento ha tenido un impacto nada desdeñable en la ganadería extensiva. Anualmente, se registran más de 8.000 ataques al ganado, con una cifra de 10.000 animales muertos. Esto representa un gasto anual de 3,5 millones de euros en compensaciones y más de 4 millones en medidas preventivas.
Para compensar estas pérdidas, los Gobiernos europeos desembolsan anualmente alrededor de 17 millones de euros, una cifra considerable, aunque inferior a otros costes de conservación de especies protegidas.
Quejas de los cazadores
El monitoreo de las poblaciones de lobos ha mejorado en las últimas décadas gracias a herramientas avanzadas como el análisis genético y los modelos de estimación de poblaciones. Sin embargo, estos métodos de seguimiento varían en calidad y alcance dependiendo del país.
Algunos países han implementado sistemas de monitoreo detallados, como en Alemania y los países escandinavos, donde casi cada individuo puede ser identificado genéticamente. En contraste, en regiones con poblaciones más grandes, como los Cárpatos o los Balcanes, el monitoreo es más limitado, debido principalmente a la complejidad del terreno y la falta de recursos.
Además de los conflictos con la ganadería, la presencia del lobo ha generado tensiones con el sector cinegético. Los cazadores consideran que los lobos compiten con ellos por las presas de caza mayor, y modifican el comportamiento de especies como ciervos y jabalíes.
¡Que viene el lobo!
En algunos países, esto ha llevado a debates sobre la gestión del lobo y solicitudes para flexibilizar su estatus de protección. Otro punto de controversia es la seguridad humana. Aunque los ataques de lobos a personas son extremadamente raros en Europa, el temor persiste, muchas veces amplificado por narrativas mediáticas sensacionalistas.
Estudios científicos han demostrado que en algunos casos atribuidos a lobos, en realidad los responsables fueron perros asilvestrados.
A pesar de estos desafíos, el lobo también aporta beneficios ecológicos y económicos. Su presencia ayuda a regular las poblaciones de ungulados silvestres, lo que puede reducir los accidentes de tráfico causados por colisiones con ciervos o jabalíes.
En países como Francia, se estima que esta regulación natural podría prevenir entre 2,4 y 7,8 millones de euros en daños y lesiones derivados de estos accidentes. Además, en algunas regiones el lobo ha impulsado el ecoturismo, convirtiéndose en un atractivo turístico para observadores de fauna y fotógrafos de naturaleza.
Manifestación en Madrid, en 2018, en defensa del lobo ibérico. Cortesía: Theo Oberhuber / Madridiario
Los ecologistas, en contra de suavizar la protección al lobo
No obstante, los datos sobre estos beneficios son aún insuficientes y no han sido cuantificados con la misma profundidad que los costes asociados a su presencia.
El futuro de la gestión del lobo en Europa es incierto. A finales de 2024, la Convención de Berna aprobó la reclasificación del lobo de estrictamente protegido a protegido, lo que podría facilitar la implementación de controles más flexibles sobre su población.
Esta decisión responde a las crecientes presiones de sectores agrícolas y cinegéticos, que demandan medidas más estrictas para controlar la expansión del lobo. La Comisión Europea ha anunciado su intención de seguir la misma línea y modificar el estatus del lobo en la Directiva de Hábitats.
Convivencia lobo-humano
Sin embargo, esta medida ha sido criticada por grupos conservacionistas, que advierten de que la reducción de la protección podría poner en riesgo los avances logrados en las últimas décadas.
El caso del lobo en Europa es un ejemplo de conservación paradigmático de cómo una especie protegida puede recuperarse en paisajes dominados por la actividad humana cuando existen marcos legales y estrategias de conservación adecuadas.
No obstante, el éxito de esta recuperación ha traído consigo nuevos desafíos, no solo ecológicos, sino también sociales y políticos. La clave del futuro radica en encontrar soluciones equilibradas que permitan la coexistencia entre lobos y comunidades humanas, minimizando los conflictos y maximizando los beneficios de la presencia del lobo en los ecosistemas europeos.
Los autores concluyen:: «la recuperación de los lobos en los paisajes de Europa dominados por el ser humano ha sido continua durante la última década, con un crecimiento poblacional hasta superar los 21.500 individuos en 2022, lo que supone un aumento del 58 % en una década. Los retos actuales y futuros incluyen los daños causados directamente por los lobos y cuestiones sociopolíticas más amplias». ▪️
Fuente: Cecilia Di Bernardi, Guillaume Chapron et al. Continuing recovery of wolves in Europe. PLOS Sustainability and Transformation (2025). DOI: https://doi.org/10.1371/journal.pstr.0000158