El bicibús, una forma en auge de moverse de forma sostenible y segura

Con más de 470 bicibuses en todo el mundo, que transportan a 32.000 niños semanalmente hasta la escuela, esta forma de transporte goza de una popularidad cada vez mayor, según una encuesta global.

Por la Universidad Autónoma de Barcelona

Un grupo de niños y familiares van en bicicleta camino a la escuela. Imagen generada con DALL-E.

Un bicibús es un grupo de niños que van en bicicleta hasta la escuela acompañados por sus familiares siguiendo un recorrido con paradas y horarios preestablecidos. Surgido inicialmente en 1998 en Brecht (Bélgica), esta práctica se popularizó en 2021 cuando una iniciativa de la ciudad de Barcelona se viralizó en internet.

El nuevo informe, elaborado por los investigadores del grupo BCN City Lab del ICTA-UAB, analiza las iniciativas de bicibús existentes mediante entrevistas con los impulsores de 93 rutas de bicibús en ocho países y recoge sus características, diversidad, motivaciones, efectos y sostenibilidad a lo largo del tiempo.

El bicibús, una forma de activismo.

Los resultados revelan que el 94 % de los participantes considera el bicibús como una forma de activismo, y destaca su papel en la promoción de cambios sistémicos en el transporte y la seguridad vial que favorezcan ciudades más seguras para la infancia.

La seguridad constituye la preocupación primordial, ya que el 92 % de los encuestados se sienten inseguros al circular en bicicleta hasta la escuela sin la protección del grupo. La inexistencia de infraestructuras adecuadas y el tráfico elevado en sus ciudades son algunos de los motivos.

De la encuesta se desprende que el 67 % de los participantes son niños de todos los géneros, y la media de edad se sitúa en los ocho años. Aunque existen rutas multitudinarias, los grupos están formados por unas diecisiete personas (con diez niños y siete adultos de promedio).

De media, las rutas se organizan una vez por semana, con un recorrido de entre 1 y 2 kilómetros por la calzada, que se cubre en veinte minutos. Por géneros, el 47 % son niñas. La inseguridad expresada por los encuestados respecto a las rutas escolares habituales explicaría el motivo por el que el 37 % de los participantes del bicibús son progenitores que acompañan a sus hijos.

Deficiencias en los carriles para bicicletas.

Los padres consideran que los carriles bici, en caso de existir, son muy estrechos, requieren de cierta habilidad para circular por ellos y las intersecciones son peligrosas, porque los vehículos no respetan a las bicicletas. Asimismo, más de la mitad considera que las instalaciones de aparcamiento de bicicletas son un obstáculo que dificulta la participación en esta iniciativa.

“Inicialmente concebidos para proteger a los niños del tráfico, han evolucionado hacia una celebración de la bicicleta y una reivindicación a favor de ciudades más acogedoras para la infancia— explica Jordi Honey-Rosés, investigador del ICTA-UAB y responsable del estudio. Y añade—: Han demostrado ser una forma efectiva para promover la visibilidad de los ciclistas en las calles y fomentar un sentido de comunidad”.

Aunque los resultados de la encuesta muestran un crecimiento significativo en la adopción de los bicibuses, también resaltan desafíos futuros en cuanto a su viabilidad a largo plazo. Actualmente, la mayoría de los esfuerzos están impulsados y financiados por líderes individuales, lo que plantea interrogantes sobre su sostenibilidad institucional a largo plazo.

Por ello, el estudio destaca la necesidad de un mayor apoyo gubernamental y financiero para integrar los bicibuses de manera más formal en los sistemas de transporte escolar. Sin embargo, los investigadores advierten sobre el equilibrio delicado entre el apoyo institucional y la participación activa de los padres y grupos de activistas ciclistas.

“El bicibús es más que un medio de transporte. Es una declaración de principios sobre la importancia de la movilidad sostenible y la seguridad de nuestros niños. Y esperamos que este estudio sirva como un llamamiento a la acción para que comunidades y gobiernos de todo el mundo apoyen y expandan esta iniciativa transformadora”, concluye Honey-Rosés.

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