Los signos de esclerosis múltiple aparecen en la sangre años antes que los síntomas
Científicos abren una posible vía de diagnóstico con autoantiocuerpos para tratar de forma precoz una enfermedad que afecta a 1,8 millones de personas en el mundo.
Por Levi Gadye
Científicos de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), en Estados Unidos, han descubierto un chivato bioquímico en la sangre que podría alertar a los médicos del riesgo de que un paciente desarrolle esclerosis múltiple en el futuro.
En aproximadamente uno de cada diez casos de esclerosis múltiple, el cuerpo comienza a producir un conjunto distintivo de anticuerpos contra sus propias proteínas años antes de que surjan los primeros síntomas. Estos autoanticuerpos parecen unirse tanto a células humanas como agentes patógenos comunes, lo que posiblemente explique los ataques inmunológicos al cerebro y la médula espinal que son el sello distintivo de la esclerosis múltiple, según un trabajo de investigación publicado en Nature Medicine.
Como nos recuerda la OMS, la esclerosis múltiple es una enfermedad crónica que afecta a funciones cognitivas, emocionales, motoras, sensoriales o visuales, y se produce como resultado del ataque del sistema inmunitario de una persona contra su sistema nervioso central, que incluye el cerebro, la médula espinal y los nervios ópticos. S
Se considera una enfermedad autoinmune, lo que significa que el sistema inmunológico del cuerpo ataca por error a tejidos sanos, específicamente a la mielina, que es la capa protectora que recubre las fibras nerviosas. Este daño interfiere en la comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo.
Los síntomas de la esclerosis múltiple pueden variar ampliamente dependiendo de la cantidad y ubicación del tejido nervioso afectado, y pueden incluir problemas de visión, alteraciones del equilibrio y de la coordinación, dolor, fatiga y problemas de movilidad. La EM es una enfermedad impredecible; algunas personas pueden tener síntomas leves y no necesitar tratamiento, mientras que otras pueden perder su capacidad para caminar de forma autónoma.
Exámenes neurológicos, pruebas de resonancia magnética y análisis de líquido cefalorraquídeo.
El diagnóstico de la esclerosis múltiple generalmente implica la combinación de exámenes neurológicos, pruebas de resonancia magnética y a veces análisis de líquido cefalorraquídeo, entre otras pruebas para descartar otras posibles causas de los síntomas. Aunque no existe cura para la esclerosis múltiple, hay tratamientos disponibles que pueden ayudar a manejar los síntomas, reducir la frecuencia de los brotes y ralentizar la progresión de la enfermedad.
La esclerosis múltiple puede provocar una pérdida devastadora del control motor, aunque los nuevos tratamientos son capaces de ralentizar el avance de la enfermedad y, por ejemplo, preservar la capacidad del paciente para caminar. Los científicos esperan que los autoanticuerpos que han descubierto puedan detectarse algún día con un simple análisis de sangre, lo que daría a los pacientes una ventaja a la hora de recibir tratamiento.
"En las últimas décadas, se ha producido una tendencia a tratar la esclerosis múltiple antes y de forma más agresiva con terapias nuevas y más potentes", afirma el doctor Michael Wilson, neurólogo de la UCSF y autor principal del artículo. "Un resultado diagnóstico como éste hace más probable esa intervención temprana, dando a los pacientes la esperanza de una vida mejor".
Vincular las infecciones con las enfermedades autoinmunes.
Se cree que las enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple son el resultado, en parte, de reacciones inmunes raras a infecciones comunes.
En 2014, Wilson unió fuerzas con el doctor Joe DeRisi, presidente de Chan Zuckerberg Biohub SF y autor principal del artículo, para desarrollar mejores herramientas destinadas a desenmascarar a los culpables de las enfermedades autoinmunes. Adoptaron una técnica en la que los virus son diseñados para mostrar fragmentos de proteínas como banderas en su superficie, llamada secuenciación de inmunoprecipitación por visualización de fagos (PhIP-Seq), y la optimizaron aún más para detectar autoanticuerpos en la sangre humana.
La hIP-Seq detecta autoanticuerpos contra más de 10.000 proteínas humanas, suficientes para investigar casi cualquier enfermedad autoinmune. En 2019, lo utilizaron con éxito para descubrir una enfermedad autoinmune rara que parecía surgir de un cáncer testicular.
La esclerosis múltiple afecta a más de 50.000 personas en España.
La esclerosis múltiple afecta a más de 50.000 personas en España. Sus primeros síntomas, como mareos, espasmos y fatiga, pueden parecerse a los de otras afecciones, y su diagnóstico, como ya se ha mencionado, requiere un análisis minucioso de las resonancias magnéticas cerebrales.
El sistema de visualización de fagos, razonaron los científicos, podría revelar los autoanticuerpos responsables de los ataques inmunitarios de la esclerosis múltiple y crear nuevas oportunidades para comprender y tratarla.
Para llevar a cabo la investigación, los científicos recurrieron a prueba de sangre almacenadas por el Ejército estadounidense de personas que solicitan unirse a las fuerzas armadas. De este modo, se analizó la sangre de 250 pacientes con esclerosis múltiple recolectada después de su diagnóstico, además de muestras tomadas cinco o más años antes, cuando se unieron al Ejército. Los investigadores también analizaron muestras de sangre de 250 veteranos sanos.
Entre el gran número de sujetos y el momento anterior y posterior de las muestras, se trataba de "una cohorte fenomenal de individuos a los que observar para ver cómo se desarrolla este tipo de autoinmunidad en el curso de la aparición clínica de esta enfermedad", afirma Zamecnik.
Una firma consistente de la esclerosis múltiple.
Utilizando solo una milésima de mililitro de sangre de cada punto temporal, los científicos pensaron que observarían un aumento de los autoanticuerpos cuando aparecieran los primeros síntomas de la enfermedad. Sin embargo, descubrieron que el 10% de los pacientes con esclerosis múltiple presentaba una sorprendente abundancia de autoanticuerpos años antes del diagnóstico.
En torno a una docena de autoanticuerpos seguía un patrón químico similar al de los virus comunes, como el virus de Epstein-Barr (VEB), que infecta a más del 85% de la población y que, sin embargo, ha sido señalado en estudios anteriores como una de las causas de la esclerosis múltiple.
Años antes del diagnóstico, este subconjunto de pacientes tenía otros signos de una guerra inmunológica en el cerebro. Ahmed Abdelhak, coautor del artículo de la UCSF, descubrió que los pacientes con estos autoanticuerpos mostraban niveles elevados de neurofilamentos de cadena ligera (NfL), proteínas que forman parte del esqueleto celular de las neuronas —el citoesqueleto,— y que se libera cuando las neuronas se descomponen.
Quizá, especularon los investigadores, el sistema inmunológico estaba confundiendo las proteínas humanas amigables con algún enemigo viral, lo que conduciría a la esclerosis múltiple.
"Cuando analizamos a personas sanas utilizando nuestra tecnología, todas ellas parecían únicas, con su propia huella digital de experiencia inmunológica, como un copo de nieve— dice DeRisi. Y añade—: Cuando la firma inmunológica de una persona se parece a la de otra persona y deja de parecerse a copos de nieve, comenzamos a sospechar que algo anda mal, y eso es lo que encontramos en estos pacientes con esclerosis múltiple".
Una prueba para acelerar a los pacientes hacia las terapias adecuadas.
Para confirmar sus hallazgos, el equipo de investigadores analizó muestras de sangre de pacientes procedentes del estudio UCSF ORIGINS. Todos estos pacientes tenían síntomas neurológicos y muchos, pero no todos, fueron diagnosticados con esclerosis múltiple.
Una vez más, el 10% de los pacientes del estudio ORIGINS a los que se les diagnosticó la enfermedad tenían el mismo patrón de autoanticuerpos. El patrón fue 100% predictivo de un diagnóstico de esclerosis múltiple. Tanto en el grupo del Departamento de Defensa como en el grupo de ORIGINS, todos los pacientes con este patrón de autoanticuerpos tenían dicha enfermedad crónica.
"El diagnóstico de la esclerosis múltiple no siempre es sencillo, porque no hemos tenido biomarcadores específicos de la enfermedad— explica Wilson. Y continúa—: Estamos entusiasmados de tener algo que pueda brindar más certeza diagnóstica en una etapa más temprana, para tener así una discusión concreta sobre si se debe iniciar el tratamiento para cada paciente".
Aún quedan muchos interrogantes sobre la esclerosis múltiple, desde qué instiga la respuesta inmunitaria en algunos pacientes hasta cómo se desarrolla la enfermedad en el 90% restante. Pero los investigadores creen tener ahora una señal definitiva de que la EM se está gestando.
"Imagínese que pudiéramos diagnosticar la esclerosis múltiple antes de que algunos pacientes llegaran a la clínica— dice el doctor Stephen Hauser, director del Instituto Weill de Neurociencias de la UCSF y autor principal del artículo. Y concluye—: Aumentaría nuestras posibilidades de pasar de la supresión a la curación".
Información facilitada por la Universidad de California en San Francisco -Adaptación: Enrique Coperías / Rexmolón Producciones
Fuente: Zamecnik, C.R., Sowa, G.M., Abdelhak, A. et al. An autoantibody signature predictive for multiple sclerosis. Nature Medicine (2024). DOI: https://doi.org/10.1038/s41591-024-02938-3