Científicos utilizan alta tecnología de estimulación cerebral para hacer más hipnotizables a las personas
Un equipo de investigadores utiliza la estimulación magnética transcraneal para potenciar temporalmente la hipnotizabilidad en pacientes con dolor crónico. De este modo, los investigadores han conseguido que sean mejores candidatos para la hipnoterapia.
Por la Stanford Medicine
El grado de hipnotizabilidad de una persona –la capacidad de un individuo para experimentar cambios sugeridos en la fisiología las sensaciones las emociones los pensamientos o el comportamiento durante la hipnosis– parece ser un rasgo estable que cambia poco a lo largo de la edad adulta, al igual que la personalidad y el cociente intelectual.
Pero ahora, por primera vez, investigadores de Stanford Medicine, en Estados Unidos, han demostrado que existe un modo de aumentar temporalmente la hipnotizabilidad, lo que podría permitir a más personas acceder a los beneficios de la terapia basada en la hipnosis.
En el nuevo estudio, publicado en Nature Mental Health, los investigadores descubrieron que menos de dos minutos de estimulación eléctrica dirigida a una zona precisa del cerebro podían aumentar la hipnotizabilidad de los participantes durante aproximadamente una hora.
"Sabemos que la hipnosis es un tratamiento eficaz para muchos síntomas y trastornos diferentes, en particular el dolor", dice Afik Faerman, experto en neuropsicología clínica y autor principal del estudio. Y añade: "Pero también sabemos que no todo el mundo se beneficia por igual de la hipnosis".
Atención enfocada… en dejar de fumar, controlar el estrés y reducir el dolor.
Aproximadamente dos tercios de los adultos son al menos algo hipnotizables, y el 15%, altamente hipnotizables, lo que significa que obtienen una puntuación de 9 o 10 en una medida estándar de hipnotizabilidad de 10 puntos.
"La hipnosis es un estado de atención muy concentrada, y una mayor hipnotizabilidad mejora las probabilidades de que te vaya mejor con las técnicas que utilizan la hipnosis", afirma el doctor David Spiegel, catedrático de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento, y firmante también del estudio.
Spiegel lleva décadas estudiando la hipnoterapia y utilizándola para ayudar a los pacientes a controlar el dolor, reducir el estrés y dejar de fumar, entre otras cosas. Hace varios años, Spiegel dirigió un equipo de investigación que utilizó imágenes cerebrales para intentar desentrañar las bases neurobiológicas de esta práctica.
Él y sus colegas descubrieron que las personas muy hipnotizables tenían una conectividad funcional más fuerte entre la corteza prefrontal dorsolateral izquierda, que interviene en el procesamiento de la información y la toma de decisiones, y el córtex cingulado anterior dorsal, que participa en la detección de estímulos.
"Tiene sentido que las personas que coordinan de forma natural la actividad entre estas dos regiones sean capaces de concentrarse con más atención —afirma Spiegel. Y añade —:Es porque estás coordinando aquello en lo que te concentras con el sistema que te distrae".
Cambiar un rasgo estable.
Con estos conocimientos, Spiegel se asoció con el Nolan Williams, profesor de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento y pionero en técnicas de neuroestimulación no invasiva para tratar trastornos como la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo y la ideación suicida.
Su esperanza era que la neuroestimulación pudiera alterar incluso un rasgo estable como es la hipnotizabilidad.
En el nuevo estudio, los investigadores reclutaron a 80 participantes con fibromialgia, una dolencia crónica que puede tratarse con hipnoterapia. Excluyeron a los que ya eran altamente hipnotizables.
La mitad de los participantes recibieron estimulación magnética transcraneal, en la que unas paletas aplicadas al cuero cabelludo envían impulsos eléctricos al cerebro. En concreto, recibieron dos aplicaciones de 46 segundos que administraron 800 pulsos eléctricos en un lugar preciso de la corteza prefrontal dorsolateral izquierda. Los lugares exactos dependían de la estructura y actividad únicas del cerebro de cada persona.
"Un aspecto novedoso de este ensayo es que utilizamos las propias redes cerebrales de la persona, basadas en imágenes cerebrales, para apuntar al punto correcto", afirma Williams, también autor principal del estudio.
La otra mitad de los participantes recibió un tratamiento simulado con el mismo aspecto, pero sin estimulación eléctrica.
Los médicos evaluaron la hipnotizabilidad inmediatamente antes y después de los tratamientos, sin que ni los pacientes ni los médicos supieran quién pertenecía a cada grupo.
92 segundos de estimulación.
Los investigadores descubrieron que los participantes que recibieron la neuroestimulación mostraron un aumento estadísticamente significativo de la hipnotizabilidad, con una puntuación aproximadamente un punto superior. El grupo simulado no experimentó ningún efecto.
Cuando se volvió a evaluar a los participantes una hora más tarde, el efecto había desaparecido, y ya no había diferencias estadísticamente significativas entre los dos grupos.
"Nos sorprendió gratamente que, con 92 segundos de estimulación, pudiéramos cambiar un rasgo cerebral estable que la gente lleva cien años intentando cambiar", afirma Williams. "Por fin –continíua– hemos descifrado el código de cómo hacerlo".
Los investigadores planean probar si distintas dosis de neuroestimulación podrían aumentar aún más la hipnotizabilidad de los pacientes
"No es habitual poder modificar la hipnotizabilidad", sostiene Spiegel. Un estudio de la Universidad de Stanford que comenzó en la década de 1950, por ejemplo, descubrió que el rasgo se mantenía relativamente constante cuando se examinó a los estudiantes veinticinco años después, tan constante como el cociente intelectual en ese periodo de tiempo. Investigaciones recientes del laboratorio de Spiegel sugieren también que la hipnotizabilidad puede tener una base genética.
Mayores implicaciones.
Desde el punto de vista clínico, un aumento transitorio de la hipnotizabilidad puede bastar para que más personas con dolor crónico opten por la hipnosis como alternativa al uso prolongado de opiáceos. Spiegel hará un seguimiento de los participantes en el estudio para ver cómo les va con la hipnoterapia.
Los nuevos resultados podrían tener implicaciones más allá de la hipnosis. Faerman señaló que la neuroestimulación podría cambiar temporalmente otros rasgos estables o mejorar la respuesta de las personas a otras formas de psicoterapia.
"Como psicólogo clínico, mi visión personal es que, en el futuro, los pacientes vengan, se sometan a una rápida sesión de estimulación cerebral no invasiva y luego vayan a ver a su psicólogo. Su beneficio del tratamiento podría ser mucho mayor", concluye Faerman.
Información facilitada por la Stanford Medicine
Fuente: Faerman, A., Bishop, J.H., Stimpson, K.H. et al. Stanford Hypnosis Integrated with Functional Connectivity-targeted Transcranial Stimulation (SHIFT): a preregistered randomized controlled trial. Nature Mental Health (2024). DOI: https://doi.org/10.1038/s44220-023-00184-z