Genomas antiguos revelan que las mujeres lideraban comunidades en la Edad del Hierro
Un estudio genético sin precedentes concluye que las mujeres ocupaban roles de liderazgo en la Edad del Hierro en las Islas Británicas, con comunidades organizadas en torno a linajes femeninos. Este descubrimiento redefine nuestra comprensión de las sociedades antiguas.
Por Enrique Coperías
Un equipo internacional de genetistas, liderado por investigadores del Trinity College de Dublín, en Irlanda, ha colaborado con arqueólogos de la Universidad de Bournemouth, en el Reino Unido, para desentrañar la estructura de la sociedad britana de la Edad del Hierro. El estudio ha revelado sorprendentes evidencias de un sistema social centrado en el linaje femenino y un notable empoderamiento político y social de las mujeres.
Los científicos aprovecharon una oportunidad única para secuenciar el ADN de numerosos miembros de una misma comunidad. Lograron recuperar más de cincuenta genomas antiguos de cementerios en Dorset, en el sur de Inglaterra, utilizados tanto antes como después de la conquista romana en el año 43 d. C. Los hallazgos, que han sido publicados en la revista Nature, muestran que esta comunidad estaba organizada en torno a vínculos de descendencia materna.
«Este era el cementerio de un gran grupo de parentesco. Reconstruimos un árbol genealógico con múltiples ramas y descubrimos que la mayoría de los miembros podían trazar su linaje materno hasta una única mujer que habría vivido siglos antes —dice Lara Cassidy, profesora asistente en el Departamento de Genética del Trinity College y líder del estudio, en un comunicado de esta universidad dublinesa.
En contraste, las relaciones por la línea paterna eran casi inexistentes. «Esto nos indica que, al casarse, los maridos se trasladaban a las comunidades de sus esposas, y es probable que la tierra se heredara a través de la línea femenina. Es la primera vez que se documenta este sistema en la prehistoria europea, y sugiere un modelo social que otorga poder político y social a las mujeres», explica Cassidy.
En palabras de esta genetista, «hoy en día este tipo de estructura es relativamente raro, pero podría haber sido mucho más común en el pasado».
De manera inesperada, el equipo encontró que este tipo de organización social, conocida como matrilocalidad, no era exclusiva de Dorset. Al revisar datos de estudios genéticos previos sobre la Edad del Hierro en Gran Bretaña, identificaron patrones similares en otros cementerios, aunque con menos muestras disponibles.
¡A vivir cerca de la familia de la esposa!
Recordemos que la matrilocalidad es, en líneas generales, un tipo de organización social en la que, tras el matrimonio, la pareja se establece en la comunidad o el hogar de la familia de la esposa, centrando las relaciones familiares y la descendencia en el linaje materno. En estas sociedades, también conocidas como uxorilocales, los vínculos familiares y de herencia suelen trazarse a través de la línea femenina, y recursos como la tierra, la riqueza o incluso el liderazgo se transmiten de madre a hija.
Este sistema también implica que los hombres generalmente dejan su comunidad de origen para integrarse en la red social y cultural de la familia de su esposa.
«En toda Gran Bretaña vimos cementerios donde la mayoría de los individuos descendían maternalmente de un pequeño grupo de ancestros femeninos —comenta el profesor Dan Bradley, experto en Genética de Poblaciones del Trinity College y coautor del estudio. Y continúa—: En Yorkshire, por ejemplo, se estableció un linaje femenino dominante antes del 400 a. C. Para nuestra sorpresa, esto resultó ser un fenómeno generalizado con raíces profundas en la isla».
Los cementerios bien preservados de la Edad del Hierro son una rareza en Gran Bretaña, pero Dorset destaca por las prácticas funerarias únicas de los durotriges, nombre dado por los romanos a una de las tribus celtas que vivieron en el suroeste de Gran Bretaña. En un sitio cerca del pueblo de Winterborne Kingston, apodado Duropolis y excavado por arqueólogos de la Universidad de Bournemouth desde 2009, se encontró que los enterramientos más opulentos correspondían a mujeres.
«Además de la arqueología, nuestro conocimiento sobre la Edad del Hierro de las Islas Británicas proviene en gran parte de escritores griegos y romanos, quienes no siempre son considerados fiables —precisa Miles Russell, director de la excavación y coautor del estudio. Y añade—: Sin embargo, sus comentarios sobre las mujeres britanas son sorprendentes a la luz de estos hallazgos».
Un par de reinas guerreras
En palabras de Russell, «cuando los romanos llegaron, se quedaron asombrados al encontrar mujeres en posiciones de poder. Dos de las primeras gobernantes registradas fueron reinas guerreras: Boudica, de la tribu de los icenos, y Cartimandua, de la tribu celta de los brigantes. Ambas mujeres lideraron ejércitos.
«Se ha sugerido que los romanos exageraron las libertades de las mujeres britanas para retratar una sociedad salvaje —explica Russell. Y continúa—: Sin embargo, la arqueología y ahora la genética indican que las mujeres desempeñaban roles influyentes en muchos aspectos de la vida en la Edad del Hierro. Es posible que el linaje materno fuera el principal pilar de las identidades grupales».
«Estos resultados nos ofrecen una nueva perspectiva sobre los enterramientos que descubrimos. En lugar de ver simplemente un conjunto de esqueletos, emergen aspectos ocultos de sus vidas e identidades: madres, esposos, hijas, y más —dice el antropólogo Martin Smith, especialista en restos óseos y miembro del proyecto. Y añade—: También hemos observado que estas comunidades tenían un conocimiento profundo de su propia ascendencia, y favorecían los matrimonios entre ramas distantes de la familia mientras evitaban el incesto cercano».
Siguiendo las observaciones de Julio César, los investigadores también identificaron señales de migración hacia la costa sur de Inglaterra durante la Edad del Hierro, un fenómeno que había pasado inadvertido en estudios previos. Este hallazgo aviva el debate sobre la llegada del idioma celta a Gran Bretaña.
«Ya se había detectado migración hacia Gran Bretaña durante la Edad del Bronce tardía, lo que llevó a algunos a plantear que las lenguas celtas llegaron en ese periodo. Sin embargo, nuestros resultados sugieren una notable movilidad a través del canal durante la Edad del Hierro. Determinar el momento exacto de la llegada del celta será complicado —explica Cassidy. Y concluye—: De hecho, es muy posible que estas lenguas se hayan introducido en Gran Bretaña en más de una ocasión».
Información facilitada por el Trinity College
Fuente: Cassidy, L.M., Russell, M., Smith, M. et al. Continental influx and pervasive matrilocality in Iron Age Britain. Nature (2025). DOI: https://doi.org/10.1038/s41586-024-08409-6