Una nueva inmunoterapia podría tratar el cáncer óseo

Una nuevo tipo de terapia inmunológica consigue resultados preclínicos prometedores contra un cáncer de huesos llamado osteosarcoma, como parte de un estudio en ratones.

Por la University College de Londres

Imagen conceptual de un osteosarcoma generada con DALL-E.

El osteosarcoma o sarcoma óseo es un cáncer infrecuente, aunque es el más común dentro de los tumores óseos malignos primarios. Este cáncer, que empieza en las células que forman los huesos, generalmente afecta a niños y adolescentes.

El osteosarcoma es el cáncer de huesos más común entre los adolescentes, aunque sigue siendo relativamente raro, con alrededor de 400 casos nuevos cada año en España.

Este cáncer, que afecta principalmente a los huesos largos, como los de las piernas y los brazos, aunque también puede desarrollarse en otras partes del esqueleto, es especialmente difícil de tratar, por lo que se erige como una de las principales causas de muerte relacionadas con el cáncer. Además, suele ser resistente a la quimioterapia, por lo que se necesitan nuevas dianas terapéuticas para prestarle batalla.

La promesa de unas células del sistema inmune llamadas T gamma-delta.

Ahora, un experimento, publicado en Science Translational Medicine, revela que el uso de un pequeño subconjunto de células inmunitarias, denominadas células T gamma-delta (células gdT), podría aportar una solución eficaz al tratamiento del osteosarcoma.

Las células T gamma-delta son un tipo especializado de linfocitos T que forman parte del sistema inmunitario. Difieren de las más comunes células T alfa-beta en varios aspectos; entre ellos, los tipos de antígeno que reconocen y cómo son activadas. Las células T gamma-delta se encuentran tanto en la sangre como en varios tejidos del cuerpo, como la piel, el intestino y los pulmones.

Ilustración 3D de un linfocito.

Ilustración 3D de un linfocito. Cortesía: Blausen Medical

A diferencia de las células T alfa-beta, que reconocen antígenos presentados por células especializadas a través de moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC), las células T gamma-delta pueden detectar antígenos de forma más directa y no dependen del MHC. Esto les permite responder más rápidamente y de manera más amplia, lo que es crucial para la respuesta inmune innata.

Las células T gamma-delta tienen varios roles importantes en el sistema defensivo, como la protección contra infecciones microbianas y virales, la vigilancia contra las células tumorales y la participación en la regulación y modulación de la respuesta inmunitaria.

Las células gdT pueden obtenerse a partir de células inmunitarias sanas de donantes.

Estas células también se están investigando por su potencial en inmunoterapias para el tratamiento de cáncer y otras enfermedades, debido a su capacidad para identificar y destruir células anormales de manera efectiva.

Las células gdT pueden obtenerse a partir de células inmunitarias sanas de donantes. Como acabamos de mencionar, poseen potentes propiedades anticancerígenas innatas, y, desde el punto de vista terapéutico, son capaces de destruir dianas marcadas con anticuerpos. Además, pueden administrarse de forma segura de una persona a otra, sin riesgo de rechazo.

Para fabricar las células, se extrae sangre de un donante sano. A continuación, las células gdT se modifican para que liberen anticuerpos dirigidos contra el tumor que se quiere destruir y unas sustancias químicas inmunoestimulantes llamadas citoquinas. Luego, el cóctel terapéutico se inyecta al paciente con cáncer de hueso. Esta nueva plataforma de administración del tratamiento se denomina OPS-gdT.

Los investigadores probaron el tratamiento en modelos de ratón con cáncer óseo, y descubrieron que las células OPS-gdT superaban a la inmunoterapia convencional a la hora de controlar el crecimiento del osteosarcoma.

Radiografías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas son algunas de las técnicas de imagen médica utilizadas en el diagnóstico del cáncer de hueso. Imagen generad con DALL-E

“Las inmunoterapias actuales, como las células CAR-T (otro tipo de inmunoterapia que utiliza células inmunitarias modificadas genéticamente), emplean las células inmunitarias del propio paciente y las modifican para mejorar sus propiedades anticancerígenas— dice el autor principal del estudio, el doctor Jonathan Fisher, del UCL. Y añade—: Sin embargo, esto es costoso y lleva tiempo, tiempo en el que la enfermedad del paciente puede empeorar. Y, aunque es un tratamiento eficaz contra la leucemia, se ha demostrado que no lo es tanto contra el cáncer sólido.

“Una alternativa es utilizar un tratamiento listo para usar fabricado a partir de células inmunitarias sanas de un donante, pero para ello hay que tener cuidado de evitar la enfermedad injerto contra huésped, en la que las células inmunitarias del donante atacan al organismo del paciente”, apunta Fisher.

“El laboratorio Fisher ha descubierto una forma de manipular las células gdT, hasta ahora infrautilizadas, cuya inocuidad está clínicamente demostrada cuando se obtienen a partir de sangre de donantes no emparentados. Esto ofrece una alternativa más rentable que la actual fabricación por paciente”, comenta el especialista.

“Nuestra esperanza está en que este tratamiento no solo funcione para el osteosarcoma, sino también para otros cánceres en adultos", dice el doctor Fisher.

Como parte del ensayo, los investigadores inyectaron a los ratones células gdT que no habían sido modificadas en absoluto, un anticuerpo antitumoral y células OPS-gdT junto con un fármaco sensibilizador óseo y células T CAR.

Los investigadores descubrieron que las células OPS-gdT eran más eficaces cuando se combinaban con el fármaco sensibilizador óseo, que ya se había utilizado por sí solo para fortalecer los huesos debilitados de pacientes con cáncer. Este tratamiento impidió que los tumores crecieran en los ratones que lo recibieron, y sanaron tres meses después.

"Miles y miles de personas tienen cáncer que se extiende por los huesos. Actualmente, se puede hacer muy poco para curar a estos pacientes. Sin embargo, este es un paso emocionante hacia adelante en la búsqueda de un posible nuevo tratamiento”, confiesa Fisher— Y añade—: Nuestra esperanza está en que este tratamiento no solo funcione para el osteosarcoma, sino también para otros cánceres en adultos".

Tras el exitoso ensayo preclínico, el equipo ahora está generando datos sobre la efectividad de las células OPS-gdT en cánceres óseos secundarios, y planea avanzar hacia un ensayo clínico de fase temprana utilizando pacientes con cánceres secundarios en los próximos años.

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