¿Pueden vivir microbios en el microondas?
Los investigadores han estudiado por primera vez la fauna microbiana que vive dentro de nuestros microondas. Y el resultado es sorprendente.
Por Michiel Dijkstra
Un equipo de científicos ha medido por primera vez la diversidad de microbios que viven dentro de los microondas. Y ha descubierto que este electrodoméstico alberga una comunidad especializada de géneros de microorganismos que están adaptados a ese entorno. De hecho, la fauna microbiana que habita en el microondas se asemeja a la reportada en las superficies de la cocina y en otro hábitat extremo altamente irradiado: los paneles solares.
Este hallazgo tiene potenciales aplicaciones biotecnológicas, en procesos que requieren microbios resistentes al choque térmico, la radiación y la desecación.
Desde la Revolución Industrial, los microbios han colonizado con éxito un nuevo tipo de hábitat tras otro: por ejemplo, los vertidos marinos de petróleo, el plástico que flota en los océanos, los terrenos industriales abandonados e incluso el interior de la Estación Espacial Internacional.
Las cepas de los microondas pueden aprovecharse en procesos industriales que requieren bacterias especialmente resistentes
Sin embargo, resulta que un entorno extremo que alberga una comunidad especializada de microbios altamente adaptados está mucho más cerca de casa. En efecto, dentro de microondas. El descubrimiento ha sido publicado por primera vez en un estudio de investigadores españoles en Frontiers in Microbiology.
No solo es importante desde el punto de vista higiénico, sino que también podría inspirar aplicaciones biotecnológicas, si las cepas halladas en el interior del microondas pueden aprovecharse en procesos industriales que requieren bacterias especialmente resistentes.
"Nuestros resultados revelan que los microondas domésticos tienen un microbioma más antropizado, similar al de las superficies de la cocina, mientras que los microondas de laboratorio albergan bacterias que son más resistentes a la radiación — dice Daniel Torrent, uno de los autores e investigador de la start-up Darwin Bioprospecting Excellence, en Paterna (España).
Torrent y sus colegas tomaron muestras de microbios del interior de 3treinta microondas: diez de cocinas de un solo hogar; otros diez de espacios domésticos compartidos, por ejemplo, centros corporativos, institutos científicos y cafeterías; y diez más de laboratorios de biología molecular y microbiología.
El objetivo de este programa de muestreo era ver si estas comunidades microbianas se ven influenciadas por las interacciones alimentarias y los hábitos de los usuarios. Para ello, los investigadores utilizaron dos métodos complementarios para inventariar la diversidad microbiana: la secuenciación paralela masiva y el cultivo de 101 cepas en cinco medios diferentes.
747 géneros diferentes dentro de 25 filos bacterianos
En total, los investigadores encontraron 747 géneros diferentes dentro de 25 filos bacterianos. Los filos más frecuentemente ientificados fueron Firmicutes, Actinobacteria y, especialmente, Proteobacteria.
Descubrieron que la composición de la comunidad microbiana típica se superponía en parte entre los microondas domésticos compartidos y los domésticos de un solo hogar, mientras que las microondas de laboratorio eran bastante diferentes. La diversidad fue más baja en los microondas de un solo hogar y más alta en los de laboratorio.
Los miembros de los géneros Acinetobacter, Bhargavaea, Brevibacterium, Brevundimonas, Dermacoccus, Klebsiella, Pantoea, Pseudoxanthomonas y Rhizobium se encontraron solo en microondas domésticos, mientras que Arthrobacter, Enterobacter, Janibacter, Methylobacterium, Neobacillus, Nocardioides, Novosphingobium, Paenibacillus, Peribacillus, Planococcus, Rothia, Sporosarcina y Terribacillus se aislaron solo en los microondas domésticos compartidos.
Las bacterias del género Nonomuraea se aislaron exclusivamente de microondas de laboratorio. Allí, Delftia, Micrococcus, Deinocococcus y un género no identificado del filo Cyanobacteria también fueron comunes, aunque en frecuencias significativamente mayores que en los domésticos.
Los autores también compararon la diversidad observada con la de los hábitats especializados reportada en la literatura científica. Como era de esperar, el microbioma de las microondas se parecía al que se encuentra en las superficies típicas de la cocina.
"Algunas especies de géneros que se encuentran en microondas domésticos, como Klebsiella, Enterococcus y Aeromonas, pueden representar un riesgo para la salud humana. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la población microbiana que se encuentra en los microondas no presenta un riesgo único o aumentado en comparación con otras superficies comunes de la cocina", dice Torrent.
Evolución paralela
Sin embargo, también era similar al microbioma de un hábitat industrial: el de los paneles solares. Los autores propusieron que el choque térmico constante, la radiación electromagnética y la desecación en esos entornos altamente irradiados han seleccionado repetidamente microbios muy resistentes, del mismo modo que en los microondas.
"Tanto para el público en general como para el personal de laboratorio, recomendamos desinfectar regularmente los microondas con una solución de lejía diluida o con un espray desinfectante disponible en el mercado —recomienda Torrent. Y concluye—: Además, es importante limpiar las superficies interiores con un paño húmedo después de cada uso para eliminar cualquier residuo y limpiar inmediatamente los derrames para evitar la proliferación de bacterias". ▪️
Información facilitada por Frontiers -Adaptación: Enrique Coperías / RexMolón Producciones
Fuente: Alba Iglesias, Lorena Martínez, Daniel Torrent & Manuel Porcar. The microwave bacteriome: biodiversity of domestic and laboratory microwave ovens. Frontiers in Microbiology (2024). DOI: https://doi.org/10.3389/fmicb.2024.1395751