Los temores mundiales sobre una pandemia aumentan mientras se tambalea el tratado de la OMS
Los intentos de acordar un tratado para gestionar futuras pandemias corren el riesgo de perder impulso, advierten los líderes sanitarios reunidos en la Asamblea Mundial de la Salud. En paralelo, aumenta la preocupación por los brotes de gripe aviar en Estados Unidos y la viruela símica en la República Democrática del Congo.
Por SciDev.Net
Las ciudades superpobladas, los viajes globales y el cambio climático aumentan el riesgo de que se expandan los virus zoonóticos, aquellos que se transmiten entre seres humanos y animales, lo que hace que sobrevuele sobre nuestras cabezas el fantasma de otra pandemia como la covid-19 o aún peor. COVID-19, o peor.
Los científicos están particularmente preocupados por los crecientes casos de gripe aviar, conocida como H5N1, entre el ganado estadounidense o el primer caso humano de gripe aviar por el virus H5N1 en Australia detectado en niña de dos años que había viajado a la India; entre 2003 y noviembre de 2023 se han detectado 880 casos humanos de la gripe aviar (H5N1) en veintitrés países, con un total de 460 muertes, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). También les inquieta el brote de viruela símica, anteriormente conocida como viruela del mono, que hace estragos en la República Democrática del Congo.
"Tenemos al H5N1 llamando a la puerta— advierte Ayoade Alakija, presidente de FIND, una organización sin fines de lucro en Ginebra que promueve el desarrollo de tecnología de diagnóstico. Y añade—: No tenemos tiempo para esperar".
Un nuevo brote en la República Democrática del Congo de una cepa de viruela símica más inquietante.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) han advertido de un brote en la República Democrática del Congo de una cepa de viruela símica, conocida como viruela símica de clado I, que es significativamente más grave que la cepa de clado II, que se propagó por todo el mundo en 2022.
"El creciente número de casos sospechosos de viruela símica del clado I reportados en la República Democrática del Congo representa una amenaza global para una posible propagación", han manifestado fuentes del CDC el mes pasado, que añadieron que se han reportado más de 20.000 casos sospechosos y 975 muertes en el país desde enero de 2023.
Y esto sucede mientras los 194 estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sellaron su reunión anual en Ginebra (Suiza), el sábado (1 de junio) sin el pacto que habían planeado alcanzar sobre el muy debatido Acuerdo sobre prevención, preparación y respuesta frente a pandemias.
Las negociaciones continuarán, impulsadas por el éxito de última hora en Ginebra de un esfuerzo paralelo, que no ha recibido tanta atención mediática, para actualizar el Reglamento Sanitario Internacional (RSI), un conjunto de normas destinadas a prevenir la propagación de enfermedades a través de las fronteras, en concreto, con el tráfico y el comercio internacionales.
Acuerdos que llegan demasiado tarde.
Sin embargo, los expertos en enfermedades presentes en la reunión expresaron su preocupación por el hecho de que, con las amenazas pandémicas que se avecinan, ambos acuerdos puedan llegar demasiado tarde. Ninguno de los dos entrará en vigor, como muy pronto, hasta 2027.
Después de que los fracasos en la respuesta internacional a la covid-19 dejaran a los países en vías de desarrollo maniatados para adquirir las vacunas adecuadas, mientras que los países ricos almacenaron millones de dosis, pocos discuten que el mundo necesita mejores formas de gestionar las pandemias.
Las negociaciones para firmar un tratado se iniciaron en diciembre de 2021, cuando la covid-19 seguía haciendo estragos, y se fijó 2024 como fecha límite.
Una única voz de la Unión Africana.
Al final de las negociaciones previstas para el 24 de mayo, los negociadores en Ginebra dijeron que habían resuelto el 80% de sus desacuerdos iniciales. Estados Unidos lo calificó como "una parte integral de un esfuerzo más amplio para mejorar la infraestructura sanitaria mundial", mientras que los 55 miembros de la Unión Africana declararon que "hablaron con una sola voz" en apoyo del tratado.
Sin embargo, "persisten diferencias fundamentales en cuestiones centrales", dijo a los delegados el secretario de Salud de Estados Unidos, Xavier Becerra. Esas cuestiones tienen que ver principalmente con lo que los delegados en Ginebra llamaron el gran acuerdo del tratado: el acceso a los agentes patógenos y la participación en los beneficios.
Manifestantes contra la OMS se reúnen frente a la Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra. Crédito: Debora MacKenzie
Esto hace un llamamiento a los países, incluidos los países de bajos ingresos donde el riesgo de nuevas enfermedades es más alto, a compartir muestras de patógenos y datos de secuenciación genómica para permitir a los científicos rastrear los patógenos y diseñar vacunas, medicamentos y diagnósticos contra ellos. A cambio, los países de ingresos altos que producen estas contramedidas se comprometen a compartirlas con los países de ingresos bajos, junto con los conocimientos técnicos para fabricarlas.
El tratado también exige una cadena de suministro global y una red logística para garantizar que los suministros vitales, como vacunas, viales y jeringas, se envíen a donde se necesitan.
Sin embargo, los países ricos son reacios a regalar productos, especialmente conocimientos técnicos protegidos por derechos de propiedad intelectual. En las conversaciones, Thiru Balasubramaniam, de Knowledge Ecology International, una oenegé con sede en Washington, acusó a los líderes de dar "primacía a los objetivos industriales y comerciales a expensas de la salud".
A medida que se acercaba la medianoche del 1 de junio, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo a los exhaustos delegados reunidos en Ginebra que las negociaciones del tratado continuarían hasta la asamblea de 2025 "a más tardar", un compromiso entre los países africanos que querían una fecha límite de diciembre, y Estados Unidos, que advirtió que los complejos problemas podrían tardar dos años en resolverse.
Pero algunos temen que la fuerza del impulso puede estar disminuyendo.
"Cuando decidimos redactar este acuerdo, todos usábamos mascarillas— dijo en Ginebra la doctora sudafricana Precious Matsoso, copresidenta de las negociaciones y codirectora del Intergovernmental Negotiating Body Bureau de la OMS. Y añadió que, ahora, con la emergencia sanitaria superada, "la ventana de oportunidad se está cerrando".
Si las conversaciones se prolongan, "será casi como si el covid-19 nunca hubiera sucedido", advierte.
Sin embargo, los negociadores se sienten alentados por el acuerdo de última hora alcanzado en Ginebra sobre las revisiones del RSI, que exigen a los países que detecten, informen y respondan a los brotes que pueden afectar al comercio y a los viajes, y no solo a las posibles pandemias.
En 2005, el marco se actualizó para definir la emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII), la advertencia más fuerte que la OMS puede dar para un brote, lo que hizo para la covid-19 en enero de 2020.
Pero después de las disputas sobre el brote de gripe porcina de 2009, la OMS abandonó la palabra pandemia. Sin ella, muchos países no se tomaron en serio las advertencias sobre la covid-19 hasta que la OMS finalmente la calificó de pandemia en marzo de 2020, demasiado tarde para que muchos respondieran con eficacia. ◾️
Información facilitada por el SciDev.Net’s Global -Adaptación: Enrique Coperías / RexMolón Producciones