Los nanoplásticos podrían reducir la eficacia de los antibióticos
Las partículas de plástico que entran en el organismo no solo interfiere en la efectividad de los antibióticos, sino que promueve la resistencia de las bacterias a estos medicamentos, según un nuevo estudio.
Por Enrique Coperías
Los nanoplásticos son partículas de plástico extremadamente pequeñas, generalmente con un calibre inferior a 100 nanómetros; un nanómetro equivale a una millonésima parte de un milímetro. Estas minipartículas provienen de la descomposición o fragmentación de plásticos más grandes, como botellas, bolsas o fibras sintéticas, y pueden ser producidas directamente en forma de nanoplásticos en ciertos productos industriales.
Dado su tamaño minúsculo, los nanoplásticos son capaces de penetrar fácilmente en organismos vivos, lo que plantea preocupaciones sobre sus efectos en la salud humana, animal y en el medioambiente. Pueden encontrarse en el aire, el agua, los alimentos y en el suelo, lo que aumenta su potencial de exposición en los seres vivos.
Los nanoplásticos pueden afectar a nuestra salud al ser absorbidos por el cuerpo a través de la respiración, la ingestión de alimentos y bebidas o por simple contacto con la piel. Una vez dentro del organismo, pueden causar inflamación, daño celular y alterar funciones biológicas, lo que potencialmente contribuye a una creciente lista de enfermedades, como trastornos respiratorios, cardiovasculares y problemas en el sistema inmunológico.
Respirar nanopartículas de nailon
Sin embargo, los científicos están de acuerdo en que los efectos a largo plazo aún no se comprenden completamente y requieren más investigación.
En este sentido, un estudio dirigido desde la Universidad de Umeå, en Suecia, ha demostrado que los nanoplásticos que entran en el organismo son capaces de interferir en de forma negativa en la terapia con antibiótico. Los resultados también indican que los nanoplásticos pueden provocar el desarrollo de resistencia a los antibióticos, uno de los grandes quebraderos de cabeza de la medicina moderna. Incluso el aire interior de nuestros hogares contiene altos niveles de nanoplásticos procedentes, entre otros, del nailon, lo que resulta especialmente problemático.
«Los resultados [del estudio] son alarmantes, si tenemos en cuenta lo comunes que son los nanoplásticos, y porque para muchos unos antibióticos eficaces pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte —afirma en una nota de prensa de la universidad Lukas Kenner, profesor del Departamento de Biología Molecular de la Universidad de Umeå y uno de los investigadores que coordinó el trabajo.
Nanoplásticos que «chupan» tetraciclina
En el estudio, dirigido no solo por investigadores de Umeå, sino también por científicos radicados en Alemania y Hungría, los autores se han centrado en cómo algunos de los nanoplásticos más comunes interactúan con la tetraciclina, que es un antibiótico común de amplio espectro. Resultó que había una acumulación significativa de los antibióticos en las superficies de las partículas nanoplásticas. Se podría decir que los nanoplásticos absorben los antibióticos.
Los nanoplásticos en cuestión proceden de tipos comunes de plásticos, como el polietileno, el polipropileno, el poliestireno y el nailon. Se encuentran habitualmente en envases y textiles. El aire interior contiene unas cinco veces más nanoplásticos que el aire exterior, en parte debido a las partículas liberadas por los tejidos que nos rodean y que vestimos.
Uno de los riesgos que señalan los investigadores es que la unión a los nanoplásticos puede hacer que los antibióticos «hagan autostop» con el nanoplástico en el torrente sanguíneo y sean transportados a otros lugares del cuerpo distintos de los previstos. Esto puede reducir el efecto de los antibióticos y favorecer la aparición de bacterias resistentes.
Cuando los antibióticos se acumulan en zonas no previstas, las dosis subletales pueden estimular las mutaciones bacterianas, y propiciar la selección de cepas resistentes a los antibióticos.
Los investigadores implicados en la investigación utilizaron modelos informáticos avanzados para analizar cómo se unen los nanoplásticos a la tetraciclina. Resultó que la unión era especialmente fuerte al nailon, una de las sustancias en las que más abundan los nanoplásticos en el aire interior.
«Aunque se necesita más investigación para arrojar luz sobre las conexiones y las posibles medidas, podemos concluir de nuestros resultados que los nanoplásticos son un riesgo para la salud que debería tomarse más en serio», afirma Lukas Kenner.
Información facilitada por la Universidad de Umeå
Fuente: Dick, L., Batista, P.R., Zaby, P. et al. The adsorption of drugs on nanoplastics has severe biological impact. Scientific Reports (2024). DOI: https://doi.org/10.1038/s41598-024-75785-4