Los deportistas tienen una memoria de trabajo mejor que las personas sedentarias

La memoria de trabajo es superior en los deportistas, especialmente en comparación con las personas sedentarias, lo que resalta los beneficios del ejercicio para la cognición y la salud cerebral, según un estudio finés.

Por Enrique Coperías

El ejercicio físico regular mejora la función cerebral y la plasticidad neuronal, lo que a la postre fortalecer la memoria de trabajo de manera efectiva. Imagen generada con DALL-E

Un metaanálisis publicado en la revista Memory por investigadores de la Universidad de Jyväskylä, en Finlandia, revela una ventaja en el procesamiento de la información relacionada con el deporte en comparación con los no deportistas. Los resultados obtenidos están basados en veintiún estudios con un total de 1.455 participantes. Los deportistas mostraban una mejor memoria de trabajo que los no deportistas, y esta ventaja era aún mayor cuando se comparaba a los deportistas con personas sedentarias.

Los especialistas en ciencia cognitiva llevan prestando una especial atención a la relación que puede existir entre la pericia deportiva y la memoria de trabajo. Sin embargo, hasta la fecha, ningún metaanálisis ha comparado el rendimiento de la memoria de trabajo de deportistas y no deportistas. El grupo Active Mind, del Departamento de Psicología de la Universidad de Jyväskylä, llevó a cabo un estudio para comparar a grandes rasgos el rendimiento de la memoria de trabajo de ambos grupos. También investigaron el papel de factores como el tipo de deporte y el nivel de rendimiento en los resultados.

La memoria de trabajo, según la neurociencia, es un sistema cognitivo de capacidad limitada que permite mantener y manipular información de manera temporal para realizar tareas cognitivas complejas, como razonar, comprender, aprender y tomar decisiones. Es un componente central de las funciones ejecutivas y se considera esencial para el pensamiento consciente.

La memoria de trabajo, que está gestionada por la corteza prefrontal dorsolateral, la corteza parietal, el hipocampo y otras áreas del encéfalo, resulta crucial para nuestra actividad diaria, ya que influye en habilidades como resolver problemas, entender textos complejos, mantener una conversación coherente y planificar y ejecutar tareas.

El ejercicio mejora el rendimiento de la memoria de trabajo

La ventaja de la memoria de trabajo para los atletas sobre los no atletas se encontró en diferentes tipos de deportes y niveles de rendimiento. Curiosamente, esta ventaja fue más pronunciada cuando se contrastó a los atletas con una población sedentaria, en comparación con el análisis en el que se excluyó a la población sedentaria del grupo de referencia que no realizaba deporte.

La investigadora doctoral Chenxiao Wu afirma que la mayoría de los estudios incluidos en este metaanálisis estaban bien realizados, con un bajo riesgo de sesgo y sin signos de sesgo de publicación.

Estos hallazgos muestran que existe una asociación consistente entre los deportes y un mejor rendimiento de la memoria de trabajo, mientras que un estilo de vida sedentario parece estar asociado con un peor desempeño en esta capacidad.

Promover la salud cerebral

Piia Astikainen, profesora y líder del equipo de investigación, señala que su grupo había estudiado con anterioridad los efectos del envejecimiento en la función cognitiva y cerebral, y se encontraron con que un estilo de vida físicamente activo puede mitigar en parte los efectos negativos del envejecimiento en estas funciones.

Los resultados actuales en atletas refuerzan la evidencia que respalda los beneficios del deporte en la cognición humana y destacan la importancia de la actividad física para promover la salud cerebral. No cabe duda de que la actividad física tiene un impacto significativo y positivo en la salud mental. Desde la perspectiva de la neurociencia y la psicología, el ejercicio no solo mejora la salud física, sino que también desempeña un papel fundamental en el bienestar emocional, cognitivo y social.

Numerosos estudios apuntan a que el ejercicio, por ejemplo, mejora la oxigenación del cerebro, y promueve un mayor rendimiento cognitivo, memoria y aprendizaje; estimula la producción de nuevas neuronas en el hipocampo, una región clave para la memoria y el control emocional; y reduce el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer, al mejorar la plasticidad cerebral.

Sin ir más lejos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana para obtener beneficios significativos en la salud mental y física. Actividades como caminar, correr, nadar, practicar yoga o realizar ejercicios de resistencia son excelentes opciones para cuidar la memoria de trabajo, además de combatir el estrés, los trastornos emocionales y el deterioro cognitivo.▪️

Anterior
Anterior

La próxima evolución de la IA arranca con la nuestra

Siguiente
Siguiente

La focaccia ya se cocinaba en el Neolítico