Latidos sincronizados: los corazones de perros y dueños laten al unísono para fortalecer el vínculo emocional
Un reciente estudio revela que los corazones de perros y sus dueños laten sincronizados durante sus interacciones. Este vínculo único demuestra cómo las emociones y la fisiología fortalecen la relación entre ambas especies.
Por Enrique Coperías
Un estudio llevado a cabo por Aija Koskela y sus colegas del Departamento de Psicología, en la Universidad de Jyväskylä, en Finlandia, ha revelado una fascinante conexión fisiológica y emocional entre los perros y sus dueños, que se manifiesta en la sincronización de sus ritmos cardíacos durante distintas interacciones.
Esta comodulación fisiológica sugiere que nuestros mejores amigos y sus dueños comparten estados emocionales, lo que permite comprender mejor el profundo vínculo que une a ambas especies.
El trabajo, que ha sido publicado en la revista Scientific Report, se ha centrado en trece razas de perros pastores, boyeros, retrievers, flushing dogs y water dogs, y sus propietarios, y ha permitido demostrar que la relación entre ambas especies va mucho más allá de lo superficial. Tanto es así que se asemeja en varios aspectos a los vínculos de apego que se observan entre los seres humanos.
Emociones y respuestas fisiológicas compartidas
A través de un enfoque que combinó la medición de la variabilidad de la frecuencia cardíaca y la actividad física, el estudio buscó explorar cómo las emociones y las respuestas fisiológicas de los perros y sus dueños se modulan mutuamente durante momentos de interacción y reposo.
El diseño experimental incluyó veinticinco parejas de perros y dueños que participaron en varias actividades cuidadosamente diseñadas: períodos de reposo antes y después de las tareas, acariciar, entrenar, olfatear y jugar. Estas actividades, seleccionadas para reflejar comportamientos naturales, se llevaron a cabo en un ambiente controlado donde tanto los peludos como los dueños fueron equipados con dispositivos que registraban su actividad cardíaca y física.
Además, los propietarios completaron cuestionarios detallados que evaluaron sus características temperamentales y la calidad de la relación con sus perros, lo que permitió a los investigadores analizar los factores que influyen en la conexión emocional y fisiológica entre ambas partes.
Ritmos cardíacos y reposo
Los resultados fueron reveladores: se observó que los ritmos cardíacos de los perros y sus dueños estaban correlacionados en los períodos de reposo, mientras que la actividad física mostraba mayor sincronía durante tareas dinámicas como acariciar y jugar.
Esto sugiere que no solo las actividades compartidas fomentan una conexión fisiológica, sino que también existe una modulación emocional que refleja el vínculo profundo entre ambos. Por ejemplo, durante los momentos de reposo, cuando perros y dueños podían interactuar libremente, la comodulación de la frecuencia cardíaca fue más evidente. Esto indica que los estados emocionales de calma o excitación se transmiten mutuamente en ausencia de distracciones externas.
En cuanto a las tareas más activas, como jugar o acariciar, la sincronización en la actividad física fue más prominente. Los perros y sus dueños compartían movimientos coordinados que reflejaban su compromiso mutuo durante la interacción.
Recompensas frente a instrucciones
No obstante, esta sincronización no fue homogénea en todas las actividades. Durante el entrenamiento y el uso de alfombrillas de olfateo, no se observó una correlación significativa en la frecuencia cardíaca ni en la actividad física, lo que los investigadores atribuyen a diferencias en los objetivos y el enfoque de cada participante.
Mientras los perros se concentraban en obtener recompensas alimenticias, los dueños estaban más enfocados en dar instrucciones o supervisar, creando así una desconexión momentánea en sus respuestas emocionales.
Uno de los hallazgos más interesantes fue la influencia de ciertos factores sobre la frecuencia cardiaca de los perros y los dueños. La altura de los perros, por ejemplo, resultó ser un predictor significativo: los perros más grandes mostraron valores más altos de la variabilidad de la frecuencia cardíaca, y reflejaban niveles de menor activación fisiológica.
Con los años hay más confianza entre canes y humanos
Del mismo modo, la duración de la relación entre dueño y perro tuvo un impacto notable. Los perros que habían vivido más tiempo con sus dueños presentaron valores más bajos de la variabilidad de la frecuencia cardíaca, lo que podría indicar un mayor nivel de confianza y un vínculo más consolidado, pero también una mayor excitación emocional durante las actividades del estudio.
Otro factor clave fue la frecuencia de actividades compartidas entre perros y dueños. Aquellos que realizaban más actividades conjuntas mostraron mayor excitación durante las tareas, lo que se tradujo en unos niveles más bajos de la variabilidad de la frecuencia cardíaca en los perros.
Además de las características del perro y la relación, el temperamento de los dueños también desempeñó un papel importante. Los propietarios con mayores niveles de afectividad negativa —es decir, aquellos propensos a experimentar emociones negativas como ansiedad o tristeza— tendían a formar vínculos más estrechos con sus perros.
Peludos sensibles a las emociones de sus dueños
Curiosamente, los perros de estos propietarios mostraron valores de la variabilidad de la frecuencia cardíaca más altos, lo que indica una menor activación fisiológica y, posiblemente, un efecto calmante derivado de la relación emocionalmente intensa con sus dueños. Esto sugiere que los perros de razas cooperativas —adaptados a trabajar en estrecha colaboración con los seres humanos, como los canes seleccionados para el estudio— son especialmente sensibles a las señales emocionales de sus propietarios, adaptándose a sus estados de ánimo y reforzando el vínculo a través de respuestas fisiológicas sincronizadas.
El estudio también consideró la posibilidad de que las correlaciones observadas entre la variabilidad de la frecuencia cardíaca de perros y dueños fueran simplemente el resultado de factores externos compartidos, como el entorno experimental.
Sin embargo, al comparar las métricas de variabilidad de la frecuencia cardíaca entre perros y personas no relacionadas, los resultados confirmaron que las conexiones eran únicas para cada pareja de perro y dueño, descartando la influencia de factores externos comunes. Esto refuerza la idea de que las respuestas emocionales y fisiológicas están moduladas por el vínculo afectivo entre ambas partes.
Nuestras emociones influyen en la conducta de las mascotas
El estudio finés confirma que los mecanismos emocionales que subyacen en las interacciones entre perros y humanos son similares a los presentes en las relaciones de apego entre seres humano, donde las emociones se comparten y transmiten entre las figuras de apego, según Koskela.
Para esta investigadora, en términos prácticos, es importante que los dueños de perros tengan presente que sus emociones pueden influir significativamente en el comportamiento de sus mascotas. A menudo, se presta tanta atención a las acciones del perro que se pasa por alto el estado emocional que las impulsa o cómo los propios sentimientos del dueño afectan al animal.
Aunque los hallazgos son prometedores, los autores del estudio señalaron algunas limitaciones. Por ejemplo, la muestra estaba compuesta principalmente por mujeres dueñas y por perros de razas cooperativas, lo que podría limitar la generalización de los resultados.
Un estudio con limitaciones
Asimismo, la mayoría de los participantes eran dueños comprometidos y activos, muchos de los cuales practicaban deportes caninos, lo que sugiere que las parejas incluidas en el estudio probablemente tenían relaciones más funcionales que el promedio. Futuras investigaciones podrían explorar estas dinámicas en razas menos cooperativas o en contextos más diversos para evaluar si los mismos patrones de sincronización emocional y fisiológica se observan en otras poblaciones.
En conclusión, este trabajo finlandés proporciona una perspectiva única sobre la relación entre perros y humanos, y destaca cómo las interacciones no solo son comportamentales, sino también fisiológicas y emocionales. La co-modulación de la variabilidad de la frecuencia cardíaca y la actividad física demuestra que perros y dueños influyen mutuamente en sus estados emocionales, consolidando el papel de los mecanismos emocionales en el fortalecimiento de los vínculos interespecies.
Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para el bienestar humano y animal, subrayando el potencial de los perros como compañeros terapéuticos y de apoyo emocional. Al revelar la profundidad de la conexión entre perros y humanos, este estudio abre nuevas vías para comprender y aprovechar los beneficios de esta relación única. ▪️
Fuente: Koskela, A., Törnqvist, H., Somppi, S. et al. Behavioral and emotional co-modulation during dog–owner interaction measured by heart rate variability and activity. Scientific Report (2024). DOI: https://doi.org/10.1038/s41598-024-76831-x