La gran fuga del Mediterráneo: cómo el 70% de sus aguas desaparecieron en una crisis geológica
Estudios recientes muestran que la crisis de salinidad de Messina transformó el Mediterráneo en «un salero» mediante una evaporación en dos fases que causó grandes caídas en el nivel del mar y efectos ambientales, como erupciones volcánicas y cambios climáticos globales.
Por Enrique Coperías
Un nuevo estudio, liderado por Giovanni Aloisi, investigador del Instituto de Física del Globo de París, en el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia (CNRS), describe cómo el nivel del mar Mediterráneo disminuyó de manera significativa durante la conocida como crisis salina del Messiniense. Se trata de un fenómeno geológico y climático que ocurrió al final del Mioceno, hace entre 5,96 y 5,33 millones de años, y que transformó el mar Mediterráneo en una gigantesca cuenca salina.
El evento más notable de esta crisis fue la desecación casi completa del mar Mediterráneo. Durante este periodo, los geólogos creen que el estrechamiento del estrecho de Gibraltar, combinado con un clima seco y cálido, provocó que el nivel del mar descendiera drásticamente. Esto dejó al Mediterráneo casi sin agua o lo convirtió en un cuerpo de agua mucho más pequeño, rodeado de enormes cuencas secas y desérticas.
La crisis salina dejó una huella en el registro geológico. En muchas áreas del Mediterráneo, se encuentran enormes capas de sal y yeso que evidencian este evento, conocidas como las evaporitas messinianas. Estos depósitos son una clave importante para los geólogos a la hora de estudiar los cambios climáticos y geológicos de la región.
En honor de la ciudad italiana de Mesina
De hecho, el nombre de este evento geológico deriva de la edad Messiniense, que a su vez fue nombrada por la ciudad siciliana de Mesina, en la que pueden visitarse impresionantes yacimientos de la sal depositada durante la crisis, que han sido posteriormente levantados por encima del nivel del mar por la deformación tectónica.
Los científicos postulan que la crisis salina del Messiniense fue producto de una combinación de factores tectónicos y cambiantes condiciones climáticas. El levantamiento de los Alpes y otras cadenas montañosas afectó al flujo de agua hacia el Mediterráneo, mientras que un cambio en los patrones climáticos, tal vez vinculado a la glaciación del hemisferio norte, generó una evaporación más intensa en la región.
Hasta ahora, el proceso mediante el cual se acumuló un millón de kilómetros cúbicos de sal en la cuenca del Mediterráneo en un periodo tan corto de tiempo era un misterio para los geólogos. Gracias al análisis de los isótopos de cloro contenidos en la sal extraída del lecho marino del Mediterráneo, los científicos han logrado identificar las dos fases de este evento extremo de evaporación, según podemos leer en el estudio publicado en la revista Nature Communications.
Durante la primera fase, que duró aproximadamente 35.000 años, la deposición de sal solo se produjo en el Mediterráneo Oriental, y fue provocada por la restricción del flujo de salida del Mediterráneo hacia el océano Atlántico, en una cuenca mediterránea que, por lo demás, estaba llena de salmuera.
La cuenca del Mediterráneo perdió hasta el 70% de su volumen de agua
En la segunda fase del proceso, la acumulación de sal se extendió a todo el Mediterráneo, impulsada por un rápido evento de evaporación —duró menos de 10.000 años— durante el cual el nivel del mar cayó entre 1,7 y 2,1 kilómetros en el Mediterráneo Oriental y aproximadamente 0,85 kilómetros, en el Mediterráneo Occidental. Como resultado, la cuenca del Mediterráneo perdió hasta el 70% de su volumen de agua.
Se cree que esta espectacular caída en el nivel del mar tuvo consecuencias tanto para la fauna terrestre como para el paisaje mediterráneo. De hecho, provocó erupciones volcánicas localizadas, debido a la descarga de la corteza terrestre, y generó efectos climáticos globales debido a la enorme depresión causada por dicha disminución del nivel del mar.
«Nuestros resultados tienen implicaciones más amplias para la evolución biológica, geológica y climática del ámbito mediterráneo y más allá. En la subcuenca del Mediterráneo Occidental, la reducción del nivel del mar de 0,85 kilómetros habría dado lugar a la formación de un puente terrestre que conectaría África y Europa a través de la región Bética y las Islas Baleares», dicen los autores en Nature Communications. Y añaden—: Este puente terrestre habría permitido que la fauna de vertebrados continentales-terrestres colonizara las Islas Baleares, migración que se sabe que tuvo lugar durante el Meseniense a partir de evidencias paleontológicas».
Estos resultados proporcionan una mejor comprensión de los fenómenos geológicos extremos del pasado, la evolución de la región mediterránea y sus sucesivas repercusiones globales. ▪️
Información facilitada por el CNRS
Fuente: G. Aloisi et al. Chlorine isotopes constrain a major drawdown of the Mediterranean Sea during the Messinian Salinity Crisis. Nature Communications (2024). DOI: 10.1038/s41467-024-53781-6