La discriminación acelera el envejecimiento
Científicos hallan signos de envejecimiento biológico a nivel molecular vinculados a experiencias discriminatorias, según un estudio realizado en Estados Unidos.
Por la Universidad de Nueva York
La discriminación puede acelerar los procesos biológicos del envejecimiento, según un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Salud Pública Global de la Universidad de Nueva York.
La conductas dicriminatorias a nivel social se caracterizan por el trato desfavorable o injusto hacia una persona o grupo de personas basado en características específicas como raza, género, edad, religión, orientación sexual, discapacidad, nacionalidad u otras diferencias percibidas. Este trato desigual puede manifestarse de diversas maneras, desde la exclusión y el hostigamiento hasta la desigualdad de oportunidades y los estereotipos y prejuicios.
Numerosos estudios constatan que la discriminación puede tener efectos profundos y variados en la salud física y mental de las personas afectadas, como depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático (TEPT), abuso de sustancias y estrés crónico.
Cambios a nivel molecular.
La nueva investigación vincula la discriminación interpersonal —interacciones entre individuos que son discriminatorias, tanto en la vida pública como en la privada— con cambios a nivel molecular, y revela una posible causa fundamental de las disparidades detectadas en las enfermedades y muertes relacionadas con el envejecimiento.
“Experimentar discriminación parece acelerar el proceso de envejecimiento, lo que puede estar contribuyendo a la enfermedad y la mortalidad prematura y alimentando las disparidades sanitarias”, afirma Adolfo Cuevas, profesor del Departamento de Ciencias Sociales y del Comportamiento de la Facultad de Salud Pública Global de la Universidad de Nueva York. Cuevas es el autor principal del estudio, que ha sido publicado en la revista Brain, Behavior and Immunity-Health.
Las investigaciones demuestran que las personas que sufren discriminación por su identidad, como raza, sexo, peso o religión, corren un mayor riesgo de padecer diversos problemas de salud, como cardiopatías, hipertensión y depresión. Aunque no se conocen del todo los factores biológicos que provocan estos problemas de salud, es probable que la activación crónica de la respuesta del organismo al estrés contribuya a ello. Además, cada vez son más las investigaciones que relacionan la exposición persistente a la discriminación con los procesos biológicos del envejecimiento.
Para comprender mejor la relación entre discriminación y envejecimiento, Cuevas y sus colegas analizaron tres medidas de metilación del ADN, un marcador que puede utilizarse para evaluar los efectos biológicos del estrés y el proceso de envejecimiento.
Recordemos que la metilación del ADN es un proceso epigenético en el cual un grupo metilo (−𝐶𝐻3) se añade a una molécula de ADN. Este proceso ocurre principalmente en los sitios donde una citosina está seguida por una guanina, conocidos como dinucleótidos CpG. La metilación del ADN puede influir en la actividad de los genes sin cambiar la secuencia del ADN.
La metilación del ADN tiene importantes implicaciones en la salud y la enfermedad. Por ejemplo, la hipermetilación anormal de genes supresores de tumores puede llevar a su inactivación y contribuir al desarrollo del cáncer. Por otro lado, la hipometilación puede activar oncogenes. Tanbién está asociada a enfermedades neurológicas, como el síndrome de Rett y otras enfermedades del desarrollo neurológico; y trastornos metabólicos, caso de la diabetes.
Cuevas y sus colegas recogieron muestras de sangre y realizaron encuestas a casi 2.000 adultos estadounidenses como parte del estudio Midlife in the United States (MIDUS), un análisis longitudinal de la salud y el bienestar financiado por el Instituto Nacional del Envejecimiento.
La discriminación estaba vinculada con un envejecimiento biológico acelerado.
Se pidió a los participantes que hablaran sobre sus experiencias con tres formas de discriminación: cotidiana, mayor y en el lugar de trabajo. La discriminación cotidiana se refiere a instancias sutiles y menores de falta de respeto en la vida diaria, mientras que la discriminación mayor se centra en instancias agudas e intensas de discriminación (por ejemplo, ser amenazado físicamente por la policía). Por su parte, la discriminación en el lugar de trabajo incluye prácticas injustas, oportunidades profesionales limitadas y castigos basados en la identidad.
Los investigadores encontraron que la discriminación estaba vinculada con un envejecimiento biológico acelerado, y las personas que reportaron más discriminación envejecían más rápido biológicamente en comparación con aquellas que experimentaron menos discriminación.
La discriminación cotidiana y mayor se asociaron consistentemente con el envejecimiento biológico, mientras que la exposición a la discriminación en el lugar de trabajo también se vinculó con un envejecimiento acelerado, aunque su impacto fue comparativamente menos grave.
Un análisis más profundo mostró que dos factores de salud —el tabaquismo y el índice de masa corporal (IMC)— explicaban aproximadamente la mitad de la asociación entre discriminación y envejecimiento, lo que sugiere que otras respuestas de estrés a la discriminación, como el aumento del cortisol y la falta de sueño, contribuyen a acelerar el envejecimiento.
“Aunque las conductas de salud explican en parte estas disparidades, es probable que estén en juego una serie de procesos que conectan los factores de estrés psicosocial con el envejecimiento biológico”, explica Cuevas, que también es profesor titular del Centro de Lucha contra el Racismo, Justicia Social y Salud Pública de la Facultad de Salud Pública Global de la Universidad de Nueva York.
Diferencias entre negros y blancos.
Es más, la relación entre discriminación y envejecimiento biológico acelerado variaba según la raza. Los participantes negros del estudio declararon sufrir más discriminación y tendían a mostrar una edad biológica más avanzada y un envejecimiento biológico más rápido.
Sin embargo, los participantes blancos, que declararon sufrir menos discriminación, eran más susceptibles a los efectos de la discriminación cuando la experimentaban, quizá debido a una exposición menos frecuente y a menos estrategias de afrontamiento. Hay que señalar que en el estudio MIDUS no se disponía de datos sobre otros grupos raciales y étnicos.
“Estos resultados subrayan la importancia de abordar todas las formas de discriminación para favorecer un envejecimiento saludable y promover la equidad sanitaria”, concluye Cuevas.
Información facilitada por la Universidad de Nueva York -Adaptación: Enrique Coperías / Rexmolón Producciones
Fuente: Adolfo G. Cuevas, Steven W. Cole, Daniel W. Belsky, Anna-Michelle McSorley, Jung Min Shon, Virginia W. Chan. Multi-discrimination exposure and biological aging: Results from the midlife in the United States. Brain, Behavior, & Immunity - Health (2024). DOI: https://doi.org/10.1016/j.bbih.2024.100774.