La aguja de coser, la gran revolución tecnológica del Paleolítico
La invención del ojo en punzones de hueso supuso una innovación tecnológica para adornar la ropa con fines sociales y culturales, lo que marcó el gran cambio de la vestimenta como expresión de identidad.
Por la Universidad de Sídney
Un equipo de investigadores dirigido por un arqueólogo de la Universidad de Sídney, en Australia, es el primero en sugerir que las agujas de coser con un agujero en uno de sus extremos fueron una innovación tecnológica utilizada para adornar la ropa con fines sociales y culturales, lo que marcó un hito en la vestimenta humana. Esta pasó de ser un mero elemento de protección a un rico repertorio de expresión de identidad.
"Las agujas con ojo son un avance importante en la prehistoria, porque documentan una transición en la función de la ropa, que pasa de tener fines utilitarios a sociales", afirma el doctor Ian Gilligan, profesor de Arqueología en la Universidad de Sídeney.
Nuestros antepasados empezaron usando herramientas de piedra para preparar las pieles de animales que luego usaban como aislante térmico; con el paso del tiempo, surgieron los punzones de hueso y las agujas del mismo materia con agujero, por donde metían un cordel para hilvanar prendas entalladas y adornadas. Pero ¿por qué empezamos a vestirnos para expresarnos e impresionar a los demás?
En un artículo publicado en la revista Science Advances, el docto Gilligan y otros investigadores reinterpretan las pruebas aportada por recientes descubrimientos sobre el desarrollo de la vestimenta de nuestros remotos antepasados.
"¿Por qué llevamos ropa? Suponemos que forma parte del ser humano, pero cuando observamos las diferentes culturas, nos damos cuenta de que la gente existía y funcionaba perfectamente en sociedad completamente desnuda —dice el doctor Gilligan. Y añade—: Lo que me intriga es la transición de la ropa, que ha pasado de ser una necesidad física en determinados entornos a una necesidad social en todos ellos".
Las primeras agujas con ojos conocidas aparecieron hace aproximadamente 40.000 años, en Siberia. Este tipo de agujas, uno de los artefactos paleolíticos más emblemáticos de la Edad de Piedra, son más difíciles de fabricar que los punzones de hueso, que permitían sin ningún problema confeccionar prendas ajustadas.
Los punzones óseos son herramientas hechas de huesos de animales afilados en la punta. Por su parte, las agujas con ojo son punzones de hueso modificados, con un orificio perforado —que se conoce como ojo— para facilitar la costura con tendones o hilos vegetales.
La aguja con ojo permitió la confección de prendas más complejas y en capas
Como las pruebas sugieren que las leznas de hueso ya se utilizaban para confeccionar prendas a medida, la innovación de las agujas con ojo puede reflejar la producción de prendas más complejas y en capas, así como el adorno de las prendas mediante la incorporación de cuentas y otros pequeños elementos decorativos que se cosían en la superficie de las pieles.
"Sabemos que la ropa hasta el último ciclo glacial solo se usaba de forma puntual —explica el doctor Gilligan. Y continúa—: Las herramientas clásicas que asociamos con aquellas prendas de vestir son los raspadores de piel o de piedra, y las encontramos apareciendo y desapareciendo durante las distintas fases de las últimas glaciaciones [en el Cuaternario]".
El doctor Gilligan y los demás coautores del estudio, que se titula Paleolithic eyed needles and the evolution of dress, sostienen que la ropa se convirtió en un elemento decorativo porque los métodos tradicionales de decorarse el cuerpo, como la pintura corporal con ocre o la escarificación deliberada, servirían de poco o nada durante la última parte de la última glaciación en las zonas más frías de Eurasia, ya que la gente tuvo que ir abrigada todo el tiempo para poder sobrevivir.
"Por eso, la aparición de agujas con ojos es especialmente importante, porque indica el uso de la ropa como decoración —dice el doctor Gilligan. Y añade—: Las agujas con ojo habrían sido especialmente útiles para la costura muy fina que se requería para adornar la ropa".
Marca de identidad individual y cultural
En palabras de este arqueólogo, la vestimenta evolucionó para servir no solo a una necesidad práctica de protección y comodidad contra los elementos externos, sino también para cubrir una función social y estética de identidad individual y cultural.
El uso regular de prendas de vestir permitió la formación de sociedades más grandes y complejas, ya que las personas podían trasladarse a climas más fríos y, al mismo tiempo, cooperar con su tribu o comunidad basándose en estilos y símbolos de vestimenta compartidos. Las habilidades asociadas a la producción de ropa contribuyeron a un estilo de vida más sostenible y, en paralelo, mejoraron la supervivencia y prosperidad a largo plazo de las comunidades humanas.
Cubrir el cuerpo humano con tejidos independientemente del clima es una práctica social que ha perdurado. El futuro trabajo del doctor Gilligan va más allá de la aparición de la ropa como mera protección contra las inclemencias del tiempo, y estudiará las funciones sociales y los efectos psicológicos de llevar ropa puesta.
"Damos por sentado que nos sentimos cómodos llevando ropa e incómodos si no la llevamos en público. Pero ¿cómo influye llevar ropa en la forma en que nos vemos a nosotros mismos, en la forma en que nos vemos como humanos y quizá en la forma en que vemos el entorno que nos rodea?", se pregunta el arqueólogo. ▪️
Información facilitada por la Universidad de Sídney -Adaptación: Enrique Coperías / RexMolón Producciones
Fuente: Ian Gilligan et al. Paleolithic eyed needles and the evolution of dress. Science Advances (2024). DOI: 10.1126/sciadv.adp2887