¿Es malo para el cerebro comer carne roja?

La carne roja procesada está relacionada con un mayor riesgo de demencia y deterioro cognitivo, advierte un nuevo estudio. Reemplazarla por opciones más saludables como pescado, nueces o pollo puede reducir significativamente este riesgo.

Por Enrique Coperías

Un estudio vincula el alto consumo de carne roja, procesada o no, con un mayor riesgo de sufrir demencia.

Un estudio vincula el alto consumo de carne roja, procesada o no, con un mayor riesgo de sufrir demencia. Imagen generada con Grok

El consumo elevado de carne roja, especialmente de carne roja procesada como beicon, salchichas y mortadela, está asociado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia en comparación con un consumo reducido, según un estudio publicado en Neurology®, la revista médica de la Academia Norteamericana de Neurología (ANN).

En la actualidad, más de 55 millones de personas en todo el mundo viven con demencia, una condición que se posiciona como la séptima causa principal de muerte y una de las mayores razones de discapacidad y dependencia en personas mayores a nivel global.

«La demencia es un síndrome que puede deberse a una serie de enfermedades que, con el tiempo, destruyen las células nerviosas y dañan el cerebro, lo que generalmente conduce al deterioro de la función cognitiva (es decir, la capacidad para procesar el pensamiento) más allá de lo que podría considerarse una consecuencia habitual del envejecimiento biológico», según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Carnes ricas en grasas saturadas

«La carne roja contiene altos niveles de grasas saturadas, las cuales, según investigaciones previas, incrementan el riesgo de diabetes de tipo 2 y enfermedades cardíacas, ambas relacionadas con una peor salud cerebral —señala el autor principal del estudio, el doctor Dong Wang, del Hospital Brigham and Women's de Boston (Estados Unidos), en un comunicado de la ANN. Y añade—: Nuestro estudio sugiere que el consumo de carne roja procesada puede aumentar el riesgo de deterioro cognitivo y demencia. La buena noticia es que reemplazarla por alternativas más saludables, como nueces, pescado y aves de corral, podría reducir significativamente este riesgo».

Para evaluar el riesgo de demencia, un término que engloba varias enfermedades que afectan a la memoria, el pensamiento y la capacidad para realizar actividades cotidianas, los investigadores analizaron a 133.771 personas con una edad promedio de 49 años, todas sin diagnóstico de demencia al inicio del estudio. El seguimiento se realizó durante un periodo de hasta 43 años, y durante este tiempo, 11.173 participantes desarrollaron demencia.

Los participantes rellenaron unos diarios alimenticios durante un periodo de dos a cuatro años, donde registraban sus hábitos de consumo. La carne roja procesada incluyó productos como beicon, perritos calientes, salchichas, salami y mortadela, mientras que la carne roja no procesada incluyó carne de vaca, cerdo, cordero y hamburguesas. La porción de carne roja se estableció en unos 85 gramos, equivalentes al tamaño de una baraja de cartas.

Alto consumo y demencia

Con esta referencia, los investigadores categorizaron el consumo de carne roja procesada en tres grupos: bajo consumo (menos de 0,10 porciones diarias), consumo medio (entre 0,10 y 0,24 porciones diarias) y alto consumo (0,25 o más porciones diarias).

Tras ajustar variables como edad, sexo y otros factores de riesgo, se encontró que las personas del grupo de alto consumo tenían un 13% mayor riesgo de desarrollar demencia en comparación con aquellas del grupo de bajo consumo.

Respecto a la carne roja no procesada, no se observaron diferencias en el riesgo de demencia entre quienes consumían menos de media porción diaria y quienes ingerían una porción o más al día.

Deterioro cognitivo subjetivo

En otro análisis, los investigadores estudiaron a 43.966 personas con una edad promedio de 78 años para evaluar el deterioro cognitivo subjetivo, que se refiere a problemas de memoria y pensamiento reportados por los propios participantes antes de que sean detectables en pruebas estándar.

Los resultados mostraron que quienes consumían 0,25 porciones diarias o más de carne roja procesada tenían un 14% mayor riesgo de deterioro cognitivo subjetivo en comparación con aquellos que consumían menos de 0,10 porciones diarias. por otro lado, la ingesta diaria de una o más porciones de carne roja no procesada se asoció con un 16% mayor riesgo de deterioro cognitivo subjetivo frente a quienes consumían menos de media porción diaria.

Un tercer análisis incluyó a 17.458 mujeres con una edad promedio de 74 años. Estas participantes completaron pruebas de memoria y pensamiento en cuatro ocasiones durante el estudio. Los resultados indicaron que un mayor consumo de carne roja procesada se relacionó con un envejecimiento cerebral más rápido, evidenciado por 1,61 años de envejecimiento cognitivo global por cada porción diaria adicional de carne roja procesada y 1,69 años de envejecimiento en memoria verbal por cada porción diaria adicional.

Reducir la ingesta de carne roja y aumentar el consumo de frutos secos, legumbres, pescado y pollo puede ser beneficioso para prevenir el deterioro cognitivo.

Reducir la ingesta de carne roja y aumentar el consumo de frutos secos, legumbres, pescado y pollo puede ser beneficioso para prevenir el deterioro cognitivo. Imagen generada con DALL-E

Por último, el estudio destacó que sustituir una porción diaria de carne roja procesada por alternativas más saludables podría reducir el riesgo de demencia:

  • Frutos secos y legumbres: 19% menos riesgo de demencia y 1,37 años menos de envejecimiento cognitivo.

  • Pescado: 28% menos riesgo de demencia.

  • Pollo: 16% menos riesgo de demencia.

«Reducir el consumo de carne roja procesada y optar por otras fuentes de proteínas, como opciones de origen vegetal, debería considerarse en las guías dietéticas para proteger la salud cognitiva —comenta el doctor Wang. Y concluye—: Sin embargo, se necesitan más estudios para confirmar estos hallazgos en poblaciones más diversas».▪️

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