El universo podría estar girando muy suavemente, sugiere un estudio

El cosmos se expande, pero ¿y si también girara, lenta e imperceptiblemente? Una hipótesis audaz podría resolver uno de los mayores enigmas de la cosmología moderna: la tensión de Hubble.

Por Enrique Coperías

La galaxia Remolino o M51 es una galaxia espiral ubicada a 31 millones de años luz de distancia. Cortesía: NASA

Imagina por un momento que el universo entero —galaxias, estrellas, planetas, o sea, todo— no solo se estuviera expandiendo, sino también rotando, casi imperceptiblemente. Aunque pueda sonar a ciencia ficción, un nuevo estudio sugiere que esa lenta rotación del cosmos podría resolver uno de los mayores misterios actuales de la cosmología: la llamada tensión de Hubble.

La constante de Hubble es un número que indica cómo de veloz se expande el universo. El problema es que no hay acuerdo sobre su valor exacto. Si se mide observando las galaxias cercanas —usando estrellas variables y supernovas—, se obtiene un número; pero si se calcula a partir de la radiación del fondo cósmico, que viene del universo primitivo, se consigue otro distinto.

Esta diferencia no es pequeña ni accidental: ha alcanzado un nivel de discrepancia que los científicos ya no pueden ignorar.

Un cosmos en rotación

Para muchos expertos, esta tensión de Hubble podría ser una señal de que falta algo importante en nuestra comprensión del cosmos. Hasta ahora, las soluciones propuestas han sido complicadas: nuevas partículas, interacciones desconocidas, energías exóticas... Sin embargo, un equipo internacional liderado por los físicos Balázs Endre Szigeti, de Universidad de Budapest, y István Szapudi, de la Universidad de Hawái, ha presentado una idea mucho más sencilla y elegante: tal vez el universo esté rotando.

La inspiración viene de lejos. En 1947, el famoso lógico Kurt Gödel, de la actual República Checa, propuso un modelo teórico en el que el universo podía rotar. Aunque su idea presentaba serios problemas, como permitir viajes al pasado, el concepto básico no ha sido descartado del todo. Lo que proponen los autores ahora es una versión moderada: un universo que gira muy despacio, sin causar paradojas ni efectos extraños.

Según sus cálculos, una rotación tan lenta como dos milésimas de vuelta por gigaaño, o sea, un giro cada 500.000 millones de años, bastaría para resolver el enigma. Esta minúscula rotación modificaría ligeramente la expansión del universo, y haría que las mediciones locales de la constante de Hubble, o sea, las que hoy no encajan, se ajusten a las observaciones, sin afectar el resto de la cosmología conocida.

Un modelo cósmico como un fluido oscuro

El propio Szapudi sintetiza la idea de forma poética al parafrasear al filósofo griego Heráclito de Éfeso, famoso por su frase Panta Rhei, todo fluye: «Quizá deberíamos decir Panta Kykloutai, todo gira». Según Szapudi, si todo en el universo —desde las partículas hasta las galaxias— gira de alguna forma, ¿por qué no habría de hacerlo el cosmos entero?

Para probar esta hipótesis, el equipo utilizó modelos basados en física clásica o newtoniana, que simulan el universo como si fuera un fluido oscuro que se expande bajo su propia gravedad, con una pequeña fuerza centrífuga generada por la rotación. Aunque simplificados, estos modelos capturan las dinámicas esenciales y permiten analizar cómo la rotación afecta la expansión del espacio.

Los resultados fueron sorprendentes: al introducir una leve rotación en el modelo estándar de la cosmología, conocido como ΛCDM (Lambda, de energía oscura + Materia oscura fría), lograron resolver la discrepancia de la constante de Hubble, y lo mejor es que esta corrección no contradice ninguna de las observaciones actuales.

Como explica Szapudi, «para nuestra sorpresa, encontramos que nuestro modelo con rotación resuelve el problema sin contradecir las mediciones astronómicas actuales. Y lo que es aún mejor: es compatible con otros modelos que asumen rotación».

La expansión acelerada del universo es el fenómeno por el cual el universo no solo se expande, sino que lo hace cada vez más rápido con el tiempo, en lugar de frenarse como se esperaba.

La expansión acelerada del universo es el fenómeno por el cual el universo no solo se expande, sino que lo hace cada vez más rápido con el tiempo, en lugar de frenarse como se esperaba. Esta aceleración se descubrió a finales de los años 90 y se atribuye a una misteriosa fuerza llamada energía oscura. Cortesía: Alex Mittelmann / Coldcreation

Al límite de las leyes de la física

Una de las mejores noticias es que la rotación propuesta está justo al borde de lo que las leyes de la física permiten. Si el universo girara mucho más rápido, aparecerían problemas serios, como velocidades superiores a la de la luz en los bordes del cosmos. Pero con el nivel de rotación sugerido, todo sigue funcionando correctamente: no hay bucles temporales ni violaciones de la relatividad.

Además, esta hipótesis tiene algo de poético. Todos los objetos del universo —planetas, estrellas, galaxias e incluso cúmulos de galaxias— giran de alguna manera. ¿Por qué el universo mismo iba a ser una excepción? Desde los agujeros negros hasta las estructuras más grandes, la rotación cósmica parece ser una propiedad fundamental de la naturaleza.

El modelo sugiere que el universo podría estar rotando tan lentamente que completar un giro tomaría 500.000 millones de años. Este giro sería imposible de detectar directamente con nuestros instrumentos actuales, pero su influencia acumulativa en la expansión del espacio podría ser suficiente para explicar las diferencias que los astrónomos observan en las mediciones de la constante de Hubble.

Un giro mayor cerca del big bang

Los investigadores también calcularon cómo habría evolucionado esa rotación a lo largo de la historia cósmica. Debido a la conservación del momento angular, el giro habría disminuido con el tiempo, de manera coherente con las observaciones actuales.

Esto implica que, en los primeros momentos tras el big bang, el universo rotaba más rápido, pero no tanto como para causar efectos que hoy podríamos detectar fácilmente en el fondo cósmico.

Ahora bien, como en toda investigación científica seria, los propios autores son conscientes de que esto es solo el principio. La próxima parada será construir modelos computacionales del universo rotante y buscar evidencias observables de este sutil giro cósmico. «El siguiente paso es convertir la teoría en un modelo computacional completo y encontrar formas de detectar signos de esta lenta rotación cósmica», señalan los autores.

Fotones oscuros o física alternativa

Pero ¿podría esta sencilla hipótesis reemplazar propuestas más exóticas? Según los investigadores, vale la pena investigarlo. Otros modelos para resolver la tensión de Hubble han invocado partículas hipotéticas como los fotones oscuros o la existencia de una física alternativa en los primeros instantes del cosmos.

Pero añadir una rotación global lenta sería una solución mucho más natural, y tendría efectos muy similares en términos de cómo se expande el universo.

Si todo esto se confirma, cambiaría nuestra visión del universo de forma profunda. No solo viviríamos en un cosmos que se expande desde el big bang, sino en uno que también gira majestuosamente, siguiendo un ritmo tan lento que ha permanecido invisible hasta ahora. Una danza cósmica a escala inimaginable, marcada no por la música de las estrellas, sino por el giro silencioso del propio espacio.

Por ahora, la rotación del universo sigue siendo una hipótesis, pero es una de esas ideas que nos recuerdan que el cosmos aún guarda secretos asombrosos, esperando ser descubiertos. ▪️

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