El mindfulness contra el dolor no es un placebo, según los escáneres cerebrales
La meditación de atención plena o mindfulness involucra vías neuronales separadas del bien documentado efecto placebo.
Por Miles Martin
El dolor es una experiencia compleja y polifacética determinada por diversos factores que van más allá de la sensación física, como la mentalidad de una persona y sus expectativas sobre el dolor.
El efecto placebo, la tendencia a que los síntomas de una persona mejoren en respuesta a un tratamiento que no tiene propiedades terapéuticas reales, es un ejemplo bien conocido de cómo las expectativas —o el poder de la sugestión— pueden alterar significativamente la experiencia de una persona.
La meditación de atención plena o mindfulness, utilizada durante siglos en diversas culturas para mejorar la salud mental, reducir el estrés, aumentar la concentración y promover un bienestar general, se ha demostrado que es efectivo en el manejo de la ansiedad, la depresión y el estrés, y se integra en varias terapias psicológicas, como la terapia cognitiva basada en mindfulness (MBCT) y la reducción de estrés basada en mindfulness (MBSR).
Durante mucho tiempo se ha pensado que el mindfulness, especialmente en el caso del tratamiento del dolor, funciona activando la respuesta placebo. Sin embargo, los científicos han demostrado que no es así.
La meditación de atención plena activa mecanismos cerebrales diferentes al placebo para reducir el dolor.
Un nuevo estudio, publicado en la revista Biological Psychiatry, ha revelado que la meditación de atención plena activa mecanismos cerebrales distintos para reducir el dolor, en comparación con los de la respuesta al placebo. Para esta nueva investigación, realizada por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego, en Estados Unidos, se recurrió a técnicas avanzadas de imagen cerebral para comparar los efectos reductores del dolor del mindfulness, una crema placebo y una meditación mindfulness simulada en participantes sanos.
Los investigadores descubrieron que la meditación de atención plena producía reducciones significativas en la intensidad del dolor y puntuaciones más bajas en los test para medirlo, y también aplacaba los patrones de actividad cerebral asociados con el dolor y las emociones negativas.
En cambio, la crema placebo solo atenuó el patrón de actividad cerebral asociado al efecto placebo, sin afectar a la experiencia subyacente de dolor de la persona.
«La mente es extremadamente poderosa, y todavía estamos trabajando para entender cómo se puede aprovechar para el tratamiento del dolor —dice Fadel Zeidan, profesor de Anestesiología y de Investigación en Empatía y Compasión en el Instituto Sanford de Empatía y Compasión de la Universidad de California en San Diego, en una nota de prensa de esta universidad. Y añade—: Al separar el dolor del yo y renunciar al juicio evaluativo, la meditación de atención plena es capaz de modificar directamente cómo experimentamos el dolor de una forma que no utiliza fármacos, no cuesta nada y puede practicarse en cualquier lugar».
El estudio reunió a 115 voluntarios, que consistieron en dos ensayos clínicos separados en participantes sanos, que fueron distribuidos aleatoriamente en grupos para recibir cuatro intervenciones diferentes: una meditación mindfulness guiada, una meditación mindfulness simulada; que solo consistía en respirar profundamente; una crema placebo a base vaselina, que los participantes fueron entrenados para creer que reduce el dolor; y, como control, un grupo escuchó un audiolibro.
Los investigadores aplicaron a los participantes un estímulo térmico muy doloroso pero inocuo en la parte posterior de la pierna y escanearon el encéfalo de los participantes antes y después de las intervenciones.
Para analizar los patrones de actividad cerebral de los voluntarios, los investigadores emplearon un método novedoso denominado análisis multivariante de patrones (MVPA, por sus siglas en inglés). Este utiliza el aprendizaje automático para desentrañar los numerosos y complejos mecanismos neuronales que subyacen a la experiencia del dolor, incluidos los derivados de estímulos térmicos específicos, emociones negativas y respuestas al dolor impulsadas por el efecto placebo.
A continuación, los investigadores pudieron determinar si la meditación de atención plena y el placebo activan procesos cerebrales similares o distintos.
Aunque la crema placebo y la meditación de atención plena simulada redujeron el dolor, los investigadores descubrieron que la meditación mindfulness fue significativamente más eficaz para reducir el dolor en comparación con la crema placebo, la meditación de atención plena simulada y los controles.
También descubrieron que el alivio del dolor basado en el mindfluness reducía la sincronización entre las áreas cerebrales implicadas en la introspección, la autoconciencia y la regulación emocional. Estas áreas cerebrales conforman la señal neural del dolor (SND), un patrón documentado de actividad cerebral que se considera común al dolor en distintos individuos y tipos de dolor.
En cambio, la crema placebo y la meditación de atención plena simulada no mostraron un cambio significativo en la NPS en comparación con los controles. En cambio, estas otras intervenciones activaron mecanismos cerebrales completamente distintos con escasa coincidencia.
«Durante mucho tiempo se ha supuesto que el efecto placebo se solapa con los mecanismos cerebrales desencadenados por los tratamientos activos, pero estos resultados sugieren que, cuando se trata del dolor, puede que no sea así —afirma Zeidan. Y continúa—: En cambio, estas dos respuestas cerebrales son completamente distintas, lo que apoya el uso de la meditación de atención plena como una intervención directa para el dolor crónico en lugar de como una forma de activar el efecto placebo».
Hay que probar si funciona en el dolor crónico
En la medicina moderna, las nuevas terapias suelen considerarse eficaces y fiables si superan al placebo. Dado que el presente estudio descubrió que la meditación mindfulness es más potente que el placebo y no afecta a los mismos procesos neurobiológicos que este, los resultados tienen implicaciones importantes para el desarrollo de nuevos tratamientos para el dolor crónico. Esta afecta a entre el 15% y el 30% de la población adulta.
Sin embargo, se necesitarán más investigaciones para demostrar estos efectos en personas que padecen dolor crónico, en contraposición a los participantes sanos.
A largo plazo, los investigadores esperan que la comprensión de los distintos mecanismos cerebrales que subyacen a la meditación de atención plena les permita diseñar intervenciones más eficaces y accesibles que aprovechen el poder de la atención plena para reducir el dolor en personas con diversos problemas de salud.
«Millones de personas conviven a diario con el dolor crónico, y es posible que estas personas puedan hacer más de lo que hasta ahora entendíamos para reducir su dolor y mejorar su calidad de vida —comenta Zeidan. Y concluye—: Nos entusiasma seguir explorando la neurobiología de la atención plena y cómo podemos aprovechar esta práctica ancestral en la clínica». ▪️
Información facilitada por la Universidad de California en San Diego -Adaptación: Enrique Coperías / RexMolón Producciones
Fuente: Riegner, Gabriel et al. Mindfulness meditation and placebo modulate distinct multivariate neural signatures to reduce pain. Biological Psychiatry (2024). DOI: 10.1016/j.biopsych.2024.08.023