La clave para combatir la tuberculosis, ¿oculta en una esponja de mar?
El descubrimiento de una bacteria en una esponja marina de la Gran Barrera de Coral con una sorprendente similitud con Mycobacterium tuberculosis, el agente patógeno de la tuberculosis, podría arrojar luz sobre el origen de este microbio y cómo erradicarlo.
Por Enrique Coperías
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por la Mycobacterium tuberculosis, una bacteria que afecta principalmente a los pulmones, pero también puede involucrar a otros órganos. El bacilo tuberculoso se propaga por el aire cuando una persona infectada tose, estornuda o escupe.
La tuberculosis es la segunda enfermedad infecciosa más mortífera después de la covid-19 y por delante del VIH y el sida, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Solo en 2022,10,6 millones de personas en todo el mundo enfermaron de tuboerculosis: 5,8 millones de hombres, 3,5 millones de mujeres y 1,3 millones de niños. De ellas, 1,3 millones de personas no lograron superar la infección.
Es más, según cálculos de la OMS, «alrededor de una cuarta parte de la población mundial se ha infectado por el bacilo de la tuberculosis, y entre el 5% y el 10% de estas personas acaba presentando síntomas y enfermando de tuberculosis».
A pesar de la virulencia de la tuberculosis, los orígenes de la bacteria que la provoca aún no se comprenden del todo bien.
Oculta en una esponja de la Gran Barrera de Coral
En este sentido, un nuevo estudio dirigido por el Instituto Peter Doherty de Infección e Inmunidad (Instituto Doherty) y publicado en la revista PLOS Pathogens informa del aislamiento de una bacteria en una esponja marina recogida cerca de Cooktown, en Queensland. Hablamos del microbio bautizado científicamente como Mycobacterium spongiae.
A menudo denominadas por los biólogos como fábricas químicas, las esponjas marinas son una valiosa fuente de compuestos bioactivos con potentes propiedades anticancerígenas, antibacterianas, antivirales y antiinflamatorias. Mientras estudiaban un espécimen de esponja de la Gran Barrera de Coral en busca de sus bacterias productoras de sustancias químicas, los investigadores de la Universidad de Queensland, en Australia, se toparon con una bacteria que les dejó perplejos.
La muestra se envió al Instituto Doherty, donde el equipo realizó exhaustivos análisis de los genes, proteínas y lípidos de Mycobacterium spongiae. Descubrieron que comparte el 80% de su material genético con la Mycobacterium tuberculosis, el agente causal de la tuberculosis descubierto en 1882 por el médico y microbiólogo alemán Robert Koch.
Las dos bacterias comparten genes asociados a la tuberculosis
En el material genético compartido por las dos especies de bacteria aparecen algunos genes clave asociados a la capacidad de Mycobacterium tuberculosis para causar latuberculosis. Sin embargo, los investigadores descubrieron que, a diferencia de esta, Mycobacterium spongiae era incapaz de provocar la enfermedad en ratones, lo que la convierte en no virulenta.
Para Sacha Pidot, jefe de Laboratorio del Instituto Doherty de la Universidad de Melbourne y coautor del artículo, estamo ante un descubrimiento tan emocionante como importante.
«Nos quedamos asombrados al descubrir que esta bacteria es un pariente muy cercano de la Mycobacterium tuberculosis —dice Pidot. Y añade—: este hallazgo aporta nuevos datos sobre la evolución de Mycobacterium tuberculosis, y sugiere que estos agentes patógenos pudieron surgir a partir de micobacterias marinas».
Un grupo de bacterias que amenaza nuestra salud y bienestar
No hay que olvidar que el género bacteriano Microbacterium reúne a casi un centenar de especies diferentes y que muchas de ellas son patógenas. Además de la tuberculosis y la lepra, pueden causar, por ejemplo, enfermedades pulmonares e infecciones de los ganglios linfáticos, como ocurre con Mycobacterium avium, e infecciones cutáneas, caso de Mycobacterium marinum y Mycobacterium ulcerans. Otros tipos de micobacterias, como Mycobacterium fortuitum infectan heridas, tatuajes y prótesis, caso de válvulas cardíacas e implante mamarios; o se instalan en los suministros de agua potable, como ocurre con Mycobacterium abscessus.
Tim Stinear, catedrático de la Universidad de Melbourn, jefe de laboratorio del Instituto Doherty y coautor principal del artículo, afirma que el hallazgo fortuito de Mycobacterium spongiae en una esponja marina abre la puerta a futuras investigaciones tanto biomédicas como biológicas.
«Aunque queda mucho trabajo por hacer en este campo, este descubrimiento es una pieza valiosa en el rompecabezas de la comprensión de cómo la tuberculosis se convirtió en una enfermedad tan grave —asegura Stinear. Y concluye—: Nuestros hallazgos podrían ayudar a encontrar eslabones débiles en Mycobacterium tuberculosis para abordar el desarrollo de nuevas estrategias, como vacunas para prevenir y combatir la tuberculosis».▪️
Información facilitada por la Universidad de Melbourne
Fuente: Sacha J. Pidot et al. Marine sponge microbe provides insights into evolution and virulence of the Tubercle bacillus. PLoS Pathogens (2024). DOI: 10.1371/journal.ppat.1012440