Descubren tres perfiles psicológicos clave para prevenir el deterioro cerebral y la demencia
Un estudio internacional revela cómo ciertos rasgos psicológicos influyen en el envejecimiento cerebral y el riesgo de demencia. Los hallazgos abren la puerta a estrategias de prevención más personalizadas y efectivas.
Por Enrique Coperías
Un estudio internacional publicado en la revista Nature Mental Health ha identificado tres perfiles psicológicos asociados a distintos patrones de deterioro cognitivo y cerebral en el envejecimiento. La investigación, realizada con más de mil personas adultas de mediana edad y mayores, revela que las características psicológicas específicas de cada perfil pueden influir en el riesgo de desarrollar demencia, así como en la velocidad del deterioro cerebral y la calidad del sueño.
Estos hallazgos abren, sin duda alguna, nuevas vías para diseñar estrategias de prevención más personalizadas.
Según el equipo investigador, los resultados destacan «la importancia de realizar evaluaciones psicológicas integrales para identificar los diferentes perfiles psicológicos y, de este modo, implementar estrategias de cambio de comportamiento más específicas y adaptadas a cada individuo».
El estudio está liderado por David Bartrés-Faz, investigador de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud y del Instituto de Neurociencias (UBneuro) de la Universidad de Barcelona (UB). Bartrés-Faz también es miembro del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) y líder del proyecto Barcelona Brain Health Initiative (BBHI), impulsado por el Institut Guttmann, que busca entender cómo mantener la salud cerebral a lo largo de la vida.
Factores psicológicos y su influencia en el deterioro cognitivo
Investigaciones recientes han identificado características psicológicas que pueden aumentar o reducir el riesgo de deterioro cognitivo, neurodegeneración y demencia clínica. Por ejemplo, los pensamientos negativos repetitivos, la angustia y el estrés percibido están asociados con un mayor riesgo, mientras que el sentido de propósito vital y la autorreflexión actúan como factores protectores.
En este estudio, basado en datos de más de mil voluntarios del BBHI y del proyecto internacional Medit-Ageing, se analizó cómo estos factores de riesgo y protección se combinan en perfiles psicológicos similares en dos grupos independientes: adultos de mediana edad y mayores sin deterioro cognitivo.
«Hasta ahora, los factores psicológicos de riesgo y protección se habían estudiado casi exclusivamente de forma aislada. Este enfoque es limitante, ya que las características psicológicas no operan de manera independiente», explica Bartrés-Faz.
El equipo también investigó cómo cada perfil psicológico se relaciona con indicadores de salud mental, cognición, estilo de vida e integridad cerebral —medida mediante el grosor cortical—, así como con la evolución cognitiva y la atrofia cerebral a lo largo del tiempo.
Durante un seguimiento de 2,3 años, se observó un adelgazamiento más rápido en áreas clave, como las regiones temporales y occipitales, en participantes del perfil de bajo nivel protector. Estas áreas están vinculadas con cambios relacionados con la enfermedad de Alzheimer.
«Nuestro objetivo era comprender cómo distintas combinaciones de características psicológicas afectan a la salud mental, cognitiva y cerebral», detalla el investigador.
Perfiles psicológicos y sus implicaciones
Los resultados indican que un perfil psicológico bien equilibrado, caracterizado por altos niveles de factores protectores y bajos niveles de factores de riesgo, se asocia con mejor salud cognitiva y mental en todos los indicadores estudiados. «Estas asociaciones son consistentes en todas las edades analizadas, lo que subraya la importancia de equilibrar aspectos psicológicos para preservar la salud mental, cognitiva y cerebral a lo largo de la vida», señala Bartrés-Faz en un comunicado de la universidad catalana.
Por otro lado, un perfil con bajos niveles de factores protectores, como el sentido de propósito vital, la extraversión o la apertura a nuevas experiencias, se relaciona con un deterioro cognitivo más pronunciado, mayor atrofia cerebral —observable incluso en la mediana edad— y una menor adherencia a estilos de vida saludables.
El tercer perfil identificado, caracterizado por altos niveles de factores psicológicos de riesgo, como pensamientos negativos persistentes y alta propensión a la angustia, está asociado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia. «Este perfil podría promover el deterioro cognitivo a través de una vía psicoafectiva, que incluye síntomas como depresión, ansiedad, quejas cognitivas, soledad y trastornos del sueño», afirma Bartrés-Faz.
Nuevas perspectivas para la prevención
Estos hallazgos, si se validan en estudios con muestras más amplias, podrían tener importantes implicaciones en el diseño de intervenciones preventivas. Por ejemplo, las personas con perfiles de bajos niveles de factores protectores podrían beneficiarse de terapias que fomenten la identificación de propósitos vitales y comportamientos valiosos, como la terapia de aceptación y compromiso.
Esta es una forma de terapia psicológica basada en la atención plena y la aceptación (ACT, por sus siglas en inglés), que busca ayudar a las personas a enfrentar pensamientos y emociones difíciles de manera más saludable. En lugar de tratar de eliminar estas experiencias negativas, ACT promueve aceptar su presencia mientras se trabaja en identificar y comprometerse con acciones alineadas con los valores personales, fomentando así una vida significativa y plena. Se enfoca en aumentar la flexibilidad psicológica, es decir, la capacidad de adaptarse y actuar efectivamente frente a situaciones complejas o dolorosas.
Por su parte, las personas con perfiles dominados por altos niveles de angustia podrían responder mejor a terapias orientadas a reducir síntomas relacionados con la ansiedad y el estrés, las cuales han demostrado beneficios potenciales en la salud mental y cognitiva.
El estudio subraya la necesidad de llevar a cabo evaluaciones psicológicas completas, integrando tanto factores de riesgo como de protección, para estimar de manera más precisa el perfil de riesgo individual y diseñar intervenciones más efectivas. ▪️
Información facilitada por la Universidad de Barcelona
Fuente: Bartrés-Faz, D., Demnitz-King, H., Cabello-Toscano, M. et al. Psychological profiles associated with mental, cognitive and brain health in middle-aged and older adults. Nature Mental Health (2025). DOI: https://doi.org/10.1038/s44220-024-00361-8