Descubren el secreto de la ropa prehistórica que permitió a los primeros pobladores conquistar Norteamérica
Un hallazgo arqueológico en Wyoming revela cómo los primeros humanos se enfrentaron el frío extremo hace 12.900 años y cómo utilizando agujas de hueso y pieles de animales para confeccionar ropa térmica que les permitió colonizar Norteamérica.
Por Enrique Coperías
Un estudio publicado en la revista PLOS ONE desvela detalles fascinantes sobre cómo los primeros pobladores humanos en Norteamérica desarrollaron tecnologías avanzadas para sobrevivir en climas hostiles hace aproximadamente 12.900 años.
Este hallazgo proporciona evidencia directa sobre la producción de ropa compleja y la adaptación al frío extremo, un factor crucial en la colonización de las latitudes más altas del continente.
La investigación, liderada por Spencer R. Pelton y un equipo interdisciplinario, utilizó técnicas avanzadas como zooarqueología mediante espectrometría de masas (ZooMS) y escaneo micro-CT para analizar fragmentos de agujas de hueso encontradas en el sitio arqueológico La Prele, en Wyoming (Estados Unidos).
La Prele es un importante lugar de estudio sobre los primeros habitantes del continente americano. Este yacimiento, también conocido como Sitio Powars II, data de aproximadamente 13,000 años atrás, y ha proporcionado evidencias valiosas sobre la presencia humana temprana en América del Norte, asociada a las culturas clovis y folsom.
Uno de los hallazgos más significativos en La Prele es su riqueza arqueológica, ya que conserva una amplia variedad de artefactos, entre ellos herramientas de piedra, huesos de animales, fragmentos de agujas de hueso y restos de hogares. Estos elementos permiten reconstruir aspectos clave de la vida cotidiana de los primeros pobladores de Norteamérica, que sugieren que los habitantes de la región eran cazadores-recolectores altamente especializados, capaces de aprovechar recursos locales de manera eficiente.
Agujas hechas de huesos de zorro, lince, puma y liebre
Además de los artefactos, La Prele también ha brindado información sobre la organización espacial de los campamentos y las prácticas culturales de los grupos que habitaron la zona. Las excavaciones han revelado zonas específicas destinadas a actividades como la preparación de alimentos, la fabricación de herramientas y el procesamiento de animales. Estas evidencias han permitido a los investigadores reconstruir aspectos clave de la vida cotidiana y las estrategias de supervivencia de estas poblaciones.
El análisis realizado por Pelton y sus colegas ha permitido identificar que las agujas halladas en La Prele fueron fabricadas a partir de huesos de canídeos (zorro rojo), félidos (lince, puma o guepardo americano) y liebres, animales cuyas pieles también eran utilizadas para confeccionar ropa.
La Prele se ubica en una región que, durante el período Paleoamericano —la era inicial y la más larga de la historia americana que comprende todos los sucesos ocurridos aproximadamente antes del 8000 a. C.— estaba marcada por un clima glacial riguroso. Este contexto obligó a los habitantes a desarrollar tecnologías de vestimenta que les permitieran mantener el calor corporal y sobrevivir en condiciones adversas.
Agujas con ojo para costuras más precisas y resistentes
Las agujas de hueso, que aparecen en el registro arqueológico aproximadamente al mismo tiempo que los restos de animales de piel gruesa, representan un cambio tecnológico significativo. A diferencia de los utensilios más simples, como los punzones, las agujas con ojo permiten costuras más precisas y resistentes, necesarias para confeccionar prendas ajustadas al cuerpo y eficaces contra el viento y la lluvia.
Los investigadores encontraron 32 fragmentos de agujas distribuidos en diferentes áreas del campamento, principalmente cerca de restos de hogares. Esto sugiere que la producción y reparación de ropa eran actividades comunes en el lugar.
Además, las agujas se fabricaban principalmente a partir de huesos metapodiales (huesos largos de las patas) de animales de pelaje denso, como zorros y liebres. Estos huesos eran elegidos por su tamaño y estructura, que facilitaban su transformación en herramientas delgadas y resistentes.
Una técnica científica que utiliza el análisis de proteínas, especialmente colágeno
El equipo utilizó la técnica científica ZooMS para identificar las especies de animales a partir de pequeños fragmentos de colágeno en los huesos. Este método permitió diferenciar entre los huesos de diferentes especies con una precisión extraordinaria.
Además, los escaneos micro-CT proporcionaron detalles tridimensionales de las agujas, lo que permitió revelar técnicas de fabricación y las modificaciones realizadas para lograr las dimensiones adecuadas.
Por ejemplo, las agujas de hueso del zorro rojo presentaban marcas de corte longitudinales que indican un proceso sistemático para dividir los huesos en tiras delgadas. Luego, estas tiras eran pulidas y moldeadas para crear una herramienta funcional.
En contraste, los huesos de liebre mostraban un desgaste característico de la producción de herramientas preliminares, lo que sugiere que los habitantes también procesaban estos materiales en el sitio antes de abandonarlo.
Fabricantes de ropa térmica
Los resultados también indican que los habitantes de La Prele probablemente utilizaban las pieles de estos animales para confeccionar ropa térmica. Los zorros y las liebres tienen pelajes densos y suaves que atrapan una capa de aire caliente cerca de la piel, lo que ofrece una excelente protección contra el frío.
Los investigadores comparan estas prendas con las utilizadas por los inuits modernos, que combinan pieles de diferentes animales para crear trajes térmicos efectivos.
Un dato clave es que los huesos de las patas de los animales, que a menudo permanecen adheridos a las pieles durante el proceso de curtido, estaban disponibles para ser reutilizados como agujas. Esto sugiere que las actividades de confección y costura estaban integradas en el manejo general de los recursos animales.
La importancia de la caza y las trampas
El hallazgo de huesos de carívoros como zorros y linces también proporciona evidencia indirecta de la caza y el uso de trampas en el período Paleoamericano. Estos animales, difíciles de capturar debido a su comportamiento esquivo y baja densidad poblacional, eran probablemente obtenidos mediante trampas colocadas estratégicamente.
Como no puede ser de otra manera, las trampas permitían a los cazadores minimizar el tiempo y el esfuerzo necesarios para obtener animales de piel valiosa. Este es un indicio temprano del uso de tecnologías de caza sofisticadas en América del Norte.
La presencia de agujas de hueso y restos de animales de piel gruesa en La Prele subraya la importancia de la adaptación cultural en la expansión de los humanos modernos hacia ambientes extremos. Sin estas prendas avanzadas, habría sido casi imposible para los primeros colonos sobrevivir en latitudes tan frías.
Productos animales no destinado a la alimentación
Además, estos hallazgos desafían la idea de que los paleoindios se enfocaban exclusivamente en la caza de grandes animales, como los mamuts, y plantea en su lugar una estrategia más diversa que incluía la explotación de pequeños carnívoros y liebres.
El estudio también aporta evidencia crucial para el debate sobre la dieta y las prácticas de subsistencia de los paleoindios. Si bien los huesos de animales suelen interpretarse como evidencia de consumo de carne, este caso muestra que los productos animales tenían otros usos significativos, como la confección de ropa y herramientas.
Unos «sastres» ingeniosos
Este trabajo representa un avance significativo en la comprensión de cómo los primeros habitantes de Norteamérica se adaptaron a condiciones climáticas extremas mediante la innovación tecnológica. La identificación de especies animales utilizadas para fabricar agujas de hueso y la integración de métodos de investigación avanzados, como el ZooMS y el micro-CT, establecen un nuevo estándar para el estudio de las tecnologías prehistóricas.
El equipo de investigación sugiere que futuras exploraciones podrían enfocarse en determinar el sexo de los animales utilizados, lo que podría arrojar luz sobre los patrones de caza y selección de presas. Además, la aplicación de estas técnicas en otros sitios arqueológicos podría ayudar a construir una imagen más completa de cómo las primeras comunidades humanas colonizaron nuevos territorios y sobrevivieron en ambientes desafiantes.
Este estudio no solo destaca la importancia de la ropa en la supervivencia humana, sino también el ingenio y la adaptabilidad de los primeros habitantes de Norteamérica frente a los retos de su tiempo. ▪️
Fuente: Spencer R. Pelton et al. Early Paleoindian use of canids, felids, and hares for bone needle production at the La Prele site, Wyoming, USA. PLOS ONE (2025). DOI: https://doi.org/10.1371/journal.pone.0313610